Capitulo 21

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El nuevo día ya había comenzado y la reunión más importante en ese año estaba a punto de ocurrir.

Los tres reinos hablarían no solo de su unión si no de su primera acción en conjunto y esta, para temor de muchos, era la guerra.

La reunión se llevó acabo en el salón real, ahí donde estaba el hermoso trono de Ricardo junto al de su esposa. Ambos bañados en oro y con valiosas joyas rojas decorándolos.

Todos los demás ya ocupaban sus posiciones en aquel espacio. Para esta ocasión se habían colocado mesas y sillas, dejando dos espacios muy importantes para los reyes invitados. El resto de espacios estaban para que se distribuyeran por rangos. 

En esta ocasión estaban presentes Sleidy con su prometido. El príncipe que había estado en peligro se había animado a estar ahí, ocupando el valioso lugar en la corte de su padre. Estaba también la reina y de Kreiton así como sus consejeros.

El lugar donde estaría Agusto quedaría un poco más vacío, no había príncipes ni reinas y por supuesto había falta de consejeros.

En ese espacio estaría el padre Jacinto que quien sin falta se uniría ahí como el miembro de máxima confianza. Pero había una sorpresa más....

Erendira ya se había unido a la sala y se dirigió al lugar donde siempre había estado en fichas reuniones.

Al dirigirse ahí, la reina Griselda esposa de Ricardo, la detuvo.

—¿A dónde crees que vas sobrina?—Le dijo con una voz sería la cual sorprendió mucho a Eréndira.

—Voy a mi lugar.—Respondió muy nerviosa por su interrupción.—Pretendo escuchar lo que se diga aquí.

—Ese ya no es tu lugar.—Le dijo la reina con un tono despectivo lo cual hizo sentir mal a su sobrina.—Lo has abandonado ¿Recuerdas? 

—Amm mi reina yo...

Erendira creyó que debía abandonar aquel lugar pues a pesar de no esperar aquel comentario no se atrevía a cuestionar a su tía.

—Está bien, me retiro de la reunión.

Dijo mientras agachaba la cabeza en señal de respeto a su reina.

—Tu lugar está allá.—Griselda continúo al decirle antes que se fuera.—Mandé a poner una silla especial para ti en ese lado.

La reina le había indicado que debía irse con el reino del norte. Ahí donde estaba su futuro esposo.

—Generalmente tu lugar debería ser aquí con nosotros aún —La alcanzó y le dió la mano para continuar.—Pero tu tío y yo hemos llegado a la conclusión que gracias a tu intervención y ayuda estamos aquí. Así que debes tomar ese lugar importante y no el de siempre donde solo escuchabas.

—Mi reina yo no sé que decir.—Dijo mirándola a los ojos con ganas de llorar.—Solo se que deseo seguir siendo parte de esta familia.

—Y siempre lo serás, no digas esas cosas.—Le guiñó el ojo y le sonrió.—En otras circunstancias te tendríamos con silla de honor aquí pero mira allá. Seamos sinceros está muy vacío por allá. Servirá tu presencia para dar peso.

Este gesto le dió ánimos y esperanzas a Eréndira. Estaba por ocupar un lugar muy importante, como reina de Agusto y así participar en esa reunión.

—Yo estoy muy bien con eso.—Respondió ella mirando hacia la zona donde estaría Agusto.—Pero ¿Crees que él esté de acuerdo?

—¿Enserio tú crees que no?—Dijo su tía riendo.—Si le encantas a ese hombre, además no tiene muchas opciones. Solo ese cura, le hace falta gente en esa zona. Créeme te lo agradecerá.

El Rey Lisiado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora