Capitulo 29

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—¡Prima, prima, levántate por favor!—Sleidy tocaba como loca en la puerta de la habitación de Eréndira.—¡Venga prima, no hay tiempo!
Erendira se despertó con esos gritos pero aún tenía sueño pues se desveló leyendo libros. Había aumentado ese hábito pues quería ser una reina ejemplar y poder aportar algo positivo al que sería su nuevo hogar.
Se acomodó nuevamente para dormir pues creyó que su prima se venceria y se iría de ahí. No le quiso prestar importancia a su llamado pues pensaba que era alguna cosa sin importancia, como ayudarla a elegir un peinado o hablar de alguna nueva idea de cómo sería su boda.
—¡Prima se estás ahí, despierta que es urgente!—Continuaba desesperada tocando cada vez más fuerte.
Era imposible que Erendira siguiera durmiendo con ese ruido molestando. Entendió que su prima estaba verdaderamente muy insistente y además era muy temprano para que ella estuviera tan activa así que decidió hacerle caso.
—¿Qué pasa Sleidy? Quiero seguir durmiendo, regresa después.—Su voz iba acompañada de un tono de fastidio.
—¿Estás segura Erendira?—Dijo mientras dejó de golpear la puerta.—Solo te diré que mi padre acaba de recibir un mensajero que viene directo de reino de tu novio...trae noticias de ahí.
Erendira abrió los ojos despertándose por completo y sintiendo la necesidad de enterarse se levantó rápidamente de la cama y fue a abrir.
—¿Enserio?, ¿ya leyó la carta mi tío?—Se notaba que estaba recién levantada pero se notaba más el brillo en sus ojos al querer enterarse de lo que pasaba.
—No, apenas se dirige a la sala del trono.—Respondió su prima con una sonrisa muy grande.—Ahi recibirá al mensajero, en cuanto lo escuché corri para decirte. ¡Así que vamos!
—Espera, espera.—Dijo al regresarse rumbo a su ropero.—No puedo ir así al salón, necesito cambiarme.
—No pierdas tiempo que padre ya va para allá.—Entró a la habitación para jalarla.—Ponte una bata y vamos de una vez.
Erendira venció la pena y le hizo caso a su prima. Se puso una bata y ambas salieron de ahí a toda prisa.
—Se me hace muy extraño que te hayas levantado por noticas que no van con tus intereses.—Indagó Erendira mientras avanzaban.—Tú no eres de levantarte de la cama por cualquier cosa.
—Prima me sorprenden tus palabras.—Le respondió un poco indignada.—Claro que me interesa, ¿No recuerdas que ahora somos aliados todos?
—Si pero no pensé que la política te interesara.—Dijo reflexiva por la situación de su prima.
—Si seré una reina debo empezar a velar por los intereses ¿No?—Erendira asintió con la cabeza.—Además me preocupaba que el atentado contra mi príncipe hermoso no quedara en vano.
—Pues si, veo que tienes varios motivos para todo esto.
Ambas primas continuaron corriendo por el pasillo que conectaba con el salón al que deseaban ir. Al acercarse pudieron notar que ya había un alboroto ahí. No solo el rey Ricardo se había dado a la tarea de asistir. También estaba el rey de Kraiton y todo su familia incluído el príncipe prometido de Sleidy.
Los miembros del consejo también estaban ahí queriendo escuchar el mensaje para velar por sus intereses. Eran bien sabido que enviaron a su ejército para luchar y con ellos sus esperanzas y dinero. La promesa de conquistar un reino y obtener grandes ganancias aún estaba vigente.
Los guardias estaban custodiando perfectamente el salón y les estaban dando el acceso uno por uno. El rey había ordenado eso para evitar que los interesados se perdieran de dichas noticias.
Erendira y Sleidy estaban hasta el final de dicha fila pero la princesa no dudó en hacer uso de sus encantos y de su jerarquía ahí.
—Con permiso, con permiso, mi padre nos pidió estar ahí antes que nadie.—Decía mientras se abría paso ante las personas que las reconocieron fácilmente.—Necesitamos pasar, lo siento.
Llegaron a la entrada principal donde los guardias les pedían rango y puesto del consejo para dejarlos pasar.
—Princesa buenos días.—La saludó uno de ellos.—Es un placer tenerla por aquí.
—Muchas gracias, ¿Podemos pasar ya?—Sleidy usaba un tono de voz dulce y seductor con el que era muy difícil negarle algo.
—Por supuesto que si, pueden pasar junto al rey de Kreiton.—El guardia movió su mano en señal de aprobación hacia los invitados.
Las chicas no se habían dado cuenta que pasaron sobre los invitados del otro reino y que no habían saludado.
—¡Oh mil disculpas!—Dijo la princesa muy apenada al verlos detrás.—¡Veníamos tan apuradas que no nos dimos cuenta que estaban aquí!
—No se preocupe princesa, nosotros tenemos la misma prisa e interés que ustedes.—Contestó el rey muy atento y amable.—¿Qué les parece si entramos?
Todos estuvieron de acuerdo y avanzaron por las puertas para llegar al salón y ver que el rey Ricardo ya estaba ahí junto a su esposa y algunos miembros del consejo, además de varios guardias que estaban ahí. Desde los atentados la vigilancia había aumentado.
—Pasen por favor, buenos días a todos. Que Dios nos bendiga.—Ricardo comenzó con los saludos al verlos llegar.
—Que Dios nos bendiga y a su reino, rey Ricardo.—Su homólogo respondió muy cordialmente.
Todos tomaron sus posiciones, Sleidy no perdió la oportunidad de ir con su amado y tomarlo de la mano para escuchar juntos el mensaje. Erendira por su parte se aisló como siempre y se puso en una orilla para dejar que el resto pasara.
En cuestión de algunos minutos, todos los invitados a la reunión ya habían entrado y estaban listos para escuchar el mensaje. El rey Ricardo se veía muy nervioso, confiaba en el ejército pero al no haber visto una guerra en mucho tiempo, dejó que los nervios le consumieran y rogaba por tener buenas noticias, su reino dependía de eso para mantenerse en lo alto, una derrota o un mal movimiento en esta nueva alianza, le haría perder mucho más que sus tropas.

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