Capitulo 33

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La noche había terminado, para algunos fue muy rápido mientras que para otros el sol demoró demasiado. Algunos deseosos por vivir ese nuevo día mientras que unos más con ganas de quedarse en esa noche y los placeres que la vida y protección podían ofrecer. 

Para muchos de ellos, esta guerra sería el final de sus vidas pero el inicio de una más en el reino de los cielos. Todo por causa de la rivalidad familiar y el deseo de conquistar un reino lejano del cual se creían dueños. El bando de Agusto lo hacía por defensa y ciertamente habían desarrollado un sentimiento por conquistar y disfrutar de estas riquezas que eso proporciona.

Los preparativos para la batalla ya estaban listos. Los generales formaron a las tropas mientras los hombres de otras profesiones hacían lo suyo. Recojer campamentos, preparar comida, tener listas las armas, etc.

Todo con la intención de salir lo antes posible listos y preparados, ahora con la nueva estrategia diseñada.

—Mi señor buenos días.—Los generales saludaban a Agusto quien se incorporaba a las filas.—Esperamos que haya descansado.

—Fue una noche larga, pero buena.—Les dijo intentando ser cortés.—¿Alguna novedad con los prisioneros?

—Oh si, varias y muy buenas mi señor.—Respondieron al instante.—Permitanos decirle que tenemos una estrategia diferente. Ya no atacaremos a ciegas como un inicio, la información que nos dieron fue muy útil y lista para usarse.

—¿Comprobaron la veracidad de la información?—Preguntó angustiado.

—No del todo porque mucha de esa información es algo que corroboraremos hasta llegar ahí.—Respondieron seguros de si mismos.

—Explique mejor por favor.

—Los prisioneros nos platicaron como era su sistema de espionaje. Nos dieron las coordenadas de su líder, él que informaba directamente al rey enemigo a través de un camino.—Lo contaba muy emocionado, él sentía que la victoria estaba de su lado con esta ventaja.—Fuimos a esa ubicación y efectivamente lo encontramos. Nuestros guardias llegaron hace poco con él y lo interrogamos de igual forma. Algo que nos dió mucho placer y frutos. Conseguimos datos acerca de sus ubicaciones, mapas, defensas, etc.

El general entregó a Agusto algunas hojas que habían recolectado con la información que le decía. 

El rey no resistió las ganas de leer y comenzó con los mapas.

—¿Así que este es el territorio enemigo?—Lo dijo con mucha sorpresa en su tono de voz.—Se parece a los que ví de niño pero hay muchas cosas nuevas, por no decir extrañas.

—¿A qué se refiere señor?—Preguntó el general interesado.

—Solo estoy divagando un poco. Han pasado muchos años así que no lo puedo reconocer por completo.—Agusto suspiró después de verlo detenidamente.—Bueno siendo así esta información vale oro. Es algo que debemos aprovechar de inmediato.

—Y ya lo hicimos mi señor. Ahora que conocemos las debilidades hemos diseñado un plan de ataque el cual seguramente será muy efectivo.

—Estoy ansioso por escucharlo.

Agusto pidió a sus hombres que le dijeran un poco sobre ese plan aquel habían diseñado. Ellos no quisieron perder mucho tiempo en los detalles. Pero le platicaron la gran solución a la que habían llegado y el rey quedó complacido por aquello.

—El plan suena muy bien. Parece que pensaron en todo.—Dijo aún dudoso pero tratando que los demás no se desanimaran.—¿Sabes si Job y su equipo ya regresó?

—¿Aquella expedición que mandó hacia el arroyo?—Preguntaron aún regocijantes por lo que ya consideraban un triunfo.—No, no les hemos visto regresar. Afortunadamente no dependemos de esa información.

El Rey Lisiado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora