Corre

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POV TN:

-Así que... -empezó al terminar de comer- estuve pensando, mañana podemos vernos en el parque y quiero grabarte cantando una de tus canciones y subirlo a tu Instagram. Si quieres empezar tu carrera musical, creo que es una buena forma de hacerlo, además yo misma te promocionaré por mi cuenta y podrás obtener seguidores más rápido -sugirió.

-Me agrada la idea -apoyé emocionado, ya quiero impulsar mi carrera.

-Bien, entonces vamos a comprar tus zapatos -se levantó colocando la paga de la comida en la mesa. Salimos y nos subimos al auto.

-Pobre chofer, llevándonos a todos lados, debe estar cansado -comenté.

-Mañana yo manejaré -le informó al hombre.

-¿Segura, señorita Ortega? -habló por primera vez el chofer, me imaginé que su voz sería gruesa y formal.

-Completamente segura -el señor asintió captando la orden-. Llévanos a una tienda de zapatos por favor -volvió a asentir.

-En hora y media hay que buscar a Cristina -dije viendo la hora en mi celular.

-Tenemos tiempo -respondió Jenna.

Bajamos y entramos en una tienda muy grande de zapatos, me sorprendí al ver la cantidad de zapatos que venden, parece que tardaremos un rato en comprar, por mí agarro el primer par que vea, pero Jenna se molestaría conmigo, así que al menos tengo que fingir ver diferentes zapatos.

-Busca unos que combinen con los conjuntos que compraste -recomendó Jenna. Asentí y me puse a pasear por los pasillos.

Pasó lo que pareció una hora y ya tenía cuatro pares de zapatos. Satisfecho con las elecciones, Jenna me guió a la caja y pagó, sentí como crecía en mi interior otro remordimiento de conciencia, volví a jurar que le pagaría por todo cuando pudiera.

-Bueno, queda media hora, ¿qué hacemos? -pregunté.

-¿Y si caminamos por ahí?

-Vale -acepté, lo que sea por pasar tiempo con ella.

-Vamos a dejar los zapatos en el auto -la seguí y guardé las cajas en los asientos de atrás-. TN y yo estaremos caminando por ahí, regresaremos en media hora, si quieres ve y compra un café o yo que sé -le dijo Jenna al chofer dándole un billete de 20 dólares. Asintió serio, pero en sus ojos se notó un destello de agradecimiento.

Jenna empezó a caminar, la alcancé y me puse a su lado. Sólo escuchábamos a los autos pasar y a la gente hablar cuando pasaban a nuestro lado. Nosotros íbamos en silencio, pero era cómodo a diferencia del silencio en el restaurante después de la llamada de Emma Myers.

-Me agrada estar contigo -soltó Jenna mirando al frente.

-Lo mismo digo -busqué su mirada, pero parecía evitarla, y me di cuenta de algo-. ¿Por qué no tienes los lentes de sol? -me miró con pánico en sus ojos.

-¡Cómo pude ser tan estúpida! Los dejé en la cama del hotel -se golpeó la frente con la palma de su mano.

-Lo mejor será entonces que regresemos antes de que alguien te reconozca -tomé su mano y tiré de ella para correr hasta el auto, ya habíamos caminado un par de cuadras, sin embargo no estaba muy lejos.

La gente nos miraba, algunos enfadados porque chocábamos con ellos, otros con curiosidad y otros felices porque ven nuestras manos entrelazadas, cualquiera piensa que somos una pareja escapando de alguna situación embarazosa o yo que sé. Llegamos al auto y Jenna se echó a reír, no pude evitar hacer lo mismo.

-La cara del tipo con el que chocamos, ¡Dios! Parecía que quería matarnos ahí mismo -expresó riéndose.

-Si las miradas mataran, ya nosotros estuviéramos enterrados 10 metros bajo tierra -seguimos riendo. Se acercó al auto y me miró-. ¿Qué sucede?

-El chofer no está -se pasó las manos por la cara, me volví a reír.

-Y nosotros corriendo para poder ocultarte y ahora hay que esperar aquí parados -negué con la cabeza.

-Vamos a tener que entrar en algún local -vio a su alrededor-. ¿Quieres helado? -señaló una heladería cruzando la avenida.

-Claro -acepté. Me miró asombrada-. ¿Qué?

-¿Quién eres y qué hiciste con TN? No te quejaste por el dinero, ¡aceptaste sin chistar! -reí.

-Ya me rendí, eres demasiado testaruda como para seguir discutiendo contigo sobre lo mismo -me encogí de hombros.

-Tiene que ser un milagro -suspiró y tomó mi mano.

Nos acercamos al rayado y esperamos a que la luz cambiara de color para poder cruzar la avenida. Había varias personas a nuestro alrededor, esperando lo mismo. Una niña estaba sujetando la mano de su madre, vio a Jenna y gritó:

-¡Mira mamá, es Merlina! -señaló a Jenna, la morena me miró con pánico en los ojos-. ¿Puedo tomarme una foto contigo? -le pidió la pequeña a Jenna.

-Claro -se agachó y la niña le sonrió al celular que sostenía su madre. Jenna puso la clásica cara de Merlina mientras la niña abrazaba un brazo de la chica.

-¡Gracias! -agradeció la niña y agarró la mano de su madre, quien le sonrió a Jenna, ella le devolvió el gesto.

Vi que estaba nerviosa porque jugaba con sus manos. Moví la mía y sostuve las suyas, me miró a los ojos, tenía ansiedad, la comprendo. Parecía que la gente a nuestro alrededor ignoraba su presencia, porque fácilmente por culpa del grito de la niña muchas personas estuvieran pidiendo fotos también, es su día de suerte.

-Debí traer mi audífonos también -se reprochó, la luz cambió y cruzamos la calle, sin soltarnos la mano en ningún momento.

Entramos a la heladería y pedimos nuestros helados, nos sentamos en una mesa para disfrutarlos.

-Gracias -me miró, ya sabía a qué se refería.

-Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa -le sonreí.

-Ahora eres como mi lugar seguro, estoy contigo y me relajo y sé que no debo tener miedo ni nervios por nada, porque sé que estarás allí para ayudarme -confesó.

-Me gusta saber que confías en mí de esa forma.

Estiró su mano por encima de la mesa para tomar la mía, y la miré, perdiéndome en sus preciosos ojos marrones, podría durar horas mirándola.

-Te quiero -solté sin pensar y desvié la mirada avergonzado.

Tienes que ser un idiota me reproché.

-También te quiero, y mucho TN -volví a mirarla.

Y en ese momento supe que me estaba enamorando de Jenna Ortega.

Extraño || Jenna Ortega x TN MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora