01| Oh Allah.

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El dolor consumía cada parte de mi cuerpo, mi vida y mi aliento iban esfumándose poco a poco, a mi lado estaban Mehmed y Emetullah la que seria mi sucesora cuando mi momento haya acabado

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El dolor consumía cada parte de mi cuerpo, mi vida y mi aliento iban esfumándose poco a poco, a mi lado estaban Mehmed y Emetullah la que seria mi sucesora cuando mi momento haya acabado.

Todos aquellos recuerdos que estaban en mi mente los vi pasar por mis ojos, desde haber sido una pequeña esclava rusa, cuyo nombre era Nadia y era la hija de un campesino.

A ser la favorita del Sultán Ibrahim, la favorita de la sultana Kosem y la elegida por Atike, los primeros años que existí en este palacio fueron mi tierra de ensueños.

Luego, cuando la locura de Ibrahim se hizo presente, mi pequeño paraíso en segundos se convirtió en un infierno, un infierno que me causo muchos dolores.

Un infierno que me hizo temer por el futuro de mi hijo.

Un infierno que me hizo enemistarme con aquella que había sido mi protectora.

Un infierno que me hizo poderosa.

Por que fui capaz de resurgir de las cenizas como un ave fénix, arranque a todo aquel que se interpusiera en mi camino, todo aquel que estuviese dispuesto a traicionar o lastimar a los míos termino muerto.

Mi mente viajo hacia aquella elegante mujer, hacia aquella mujer que imponía con solo sus pasos, aquella mujer que podía ser un ángel y el mismo diablo.

Una mujer que sacrifico su corazón para proteger a su imperio.

Cuando era joven, nunca la entendí, a pesar de que le tuve un gran aprecio, jamás entendí sus pensamientos, pensaba que era una persona cruel y despiadada, ¿Qué clase de madre mata a su hijo por poder?, ¿Qué clase de abuela reemplaza a su nieto solo para colocar a otro?

Durante muchos años, pensaba que ella era muy injusta con todos y que haría lo que fuese para conservar su imperio.

Cuando tuve el poder en mis manos, comencé a entender el por que se aferraba tanto al trono, por que ella sabia que este imperio se iría a la ruina sin ella, sabía claramente que su hijo era un incapaz de gobernar el estado.

Sabía que su hijo era perfectamente capaz de acabar con el imperio.

Inconscientemente el arrepentimiento vino hacia mi, Si yo hubiese hablado con ella instantes antes de matarla, ¿Hubiésemos llegado a algo o igual ese habría sido su final?

¿Ella pensó en mi cuando la asfixiaba?

Mis pulmones comenzaron a fallar, dándome a entender que esto iba a terminar.

Bueno, nada es para siempre, mi sultanato no seria eterno y mi tiempo tampoco.

¿Ella estaría bien? Me pregunte, acordándome de la mujer que use como ejemplo a seguir.

¿Me reencontrare con ella?, De ser ese el caso, ¿Cómo reaccionaremos?, ¿La odiare?, ¿Me odiara?

Cerré mis ojos lentamente, un sueño profundo me invadía, y al mismo tiempo, un frio intenso se expandía en todos mis huesos.

──Sultana.──La voz de Emetullah hizo que abriese un poco los ojos.──Nunca se olvide de esto, el que a hierro mata, a hierro muere.


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──Que linda eres

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──Que linda eres.──Susurro una voz que conocía a la perfección.

Abrí los ojos al sentir el tacto de aquella mano que conocía bien, y juro por Allah que mi alma casi abandona mi cuerpo, ¿Qué hacia ella aquí conmigo? ¿Por que me miraba como si fuese lo más valioso que tuviese en el mundo? 

Quise decirle que se alejase de mi, que no me tocase, que no me sonriera.

Levante mi mano intentando protestar, ahí fue cuando caí en la cuenta de que yo era de nuevo un bebé.

──Mi hermosa niña.──Beso mi frente.──Eres una caricia al alma, tu padre no esta actualmente en el palacio, pero me dejo encargado darte un nombre cuando nacieras, un nombre digno de ti.

Guarde silencio y la observe sin decir nada, simplemente parpadee, ¿Un nombre digno de mi? ¿Y cual seria ese?

──Turhan.──Hizo silencio.──Ese será tu nombre, significa: "Piadosa." y quiero que tu seas así con todos.

Bueno, si fui piadosa, con todos menos contigo.

Inconscientemente tome su dedo pulgar con mi pequeña mano, le di una mirada y solté un suspiro.

Bien Kosem, en esta vida no eres mi suegra, eres mi madre y si esta es una oportunidad para expiar mi culpa por lo que te hice, la aprovechare.

Y aunque no niego que te guardo rencor y resentimiento, hare todo lo que este en mis manos para  intentar entenderte y protegerte, es esa mi misión.

Yo voy a cuidarte esta vez.



¿¡Soy tu hija?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora