Los primeros meses del reinado de Osman fueron pacíficos y tranquilos en el palacio. La vida parecía seguir su curso habitual, y la familia disfrutaba de la calma después de la tormenta. Sin embargo, todo cambió un día cuando Mahfiruze decidió confrontar a Kosem y a sus hijos.
Nos reunimos en el salón principal del palacio, donde Mahfiruze nos comunicó su decisión: debíamos abandonar el palacio imperial. Sus palabras resonaron en la habitación, llenándola de tensión y sorpresa. Mahfiruze explicó que temía la influencia que Kosem aún mantenía en el palacio y que consideraba prudente que nos mudáramos.
Kosem, por su parte, se negó rotundamente. Argumentó que el palacio había sido nuestro hogar durante años y que no podía abandonarlo tan fácilmente. Además, no estaba dispuesta a dejar a sus hijos varones solos en el palacio, sin su protección y cuidado.
La discusión entre Mahfiruze y Kosem fue intensa y emotiva. Ambas sultanas defendieron con vehemencia sus puntos de vista, sin llegar a un acuerdo. Yo observaba en silencio, sintiendo la tensión en el aire y la preocupación por el futuro.
Finalmente, Kosem decidió que no tenía más opción que aceptar la decisión de Mahfiruze. A regañadientes, comenzamos los preparativos para dejar el palacio imperial y mudarnos a otro lugar. Fue un momento difícil para todos, pero sabíamos que debíamos seguir adelante y enfrentar los desafíos que el futuro nos deparaba.
Tras dejar el palacio imperial, nos instalamos en el Palacio de las Lágrimas. El cambio de ambiente fue notable; el nuevo palacio tenía una atmósfera más sombría y melancólica, en contraste con la majestuosidad y el esplendor del anterior.
Una vez que nos instalamos, Kosem me llamó a sus aposentos. Entré con cautela, sintiendo la pesadez del ambiente. Kosem estaba sentada en su cama, con una expresión seria y reflexiva en su rostro.
La conversación entre Kosem y yo fue tensa desde el principio. Tan pronto como entré en sus aposentos, ella me abordó con una pregunta que hizo que mi sangre hirviera.
─Turhan, ¿recuerdas que prometí tu mano a Hamza?─ Su tono era tranquilo, pero su pregunta resonó en la habitación como un trueno.
─¡Por supuesto que lo recuerdo!─ respondí con indignación. ─Pero eso fue antes, madre. Las circunstancias han cambiado y no puedo aceptar un matrimonio que no sea por amor.─
Kosem me miró con firmeza. ─Turhan, entiendo tus preocupaciones, pero debes entender que en estos tiempos difíciles, necesitamos asegurar alianzas y estabilidad para el imperio. Casarte con Hamza sería beneficioso para todos.─
Mi enojo creció ante su respuesta. ─¡No! No me casaré con alguien a quien no amo. Mi felicidad es importante, madre, y no la sacrificaré por una alianza política.─
Kosem suspiró, visiblemente frustrada. ─Turhan, ya es momento de que te cases. Es parte de tu deber como miembro de la familia real. Debes aceptarlo.─
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¿¡Soy tu hija?!
Historical FictionKösem y Turhan, históricamente las mujeres mas poderosas del imperio otomano. De igual modo, es bien sabido que ambas eran enemigas, aunque en un principio no fue así... ¿Que hubiese pasado si Turhan fuese hija de Kösem? ¿Se seguirían odiando? ¿Y si...