24| Parece que paz no hay.

151 20 0
                                    

Turhan observaba con mezcla de emociones el tranquilo almuerzo en el jardín

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Turhan observaba con mezcla de emociones el tranquilo almuerzo en el jardín. La presencia de sus seres queridos le llenaba el corazón de alegría, pero su paz se vio perturbada al ver a Ibrahim y Humasah acercarse. Aunque en esta vida Ibrahim era su hermano, los recuerdos de su vida pasada como concubina de Ibrahim y de las malas acciones de Humasah aún estaban frescos en su mente.

Turhan intentó mantener la compostura mientras Ibrahim y Humasah se acercaban al grupo. Ibrahim la saludó con cortesía, pero la hija de Kosem apenas pudo devolver el gesto. Humasah, por su parte, se mantuvo en silencio, observando a Turhan con una mirada fría y desafiante.

A medida que se acercaban, Turhan se sintió cada vez más incómoda. No quería revivir los dolorosos recuerdos de su vida pasada, pero sabía que debía mantener la calma por el bien de su familia. 

Observó con curiosidad a la mujer que acompañaba a Ibrahim y Humasah, preguntándose quién podría ser. Con una sonrisa burlona, Ibrahim se sentó frente a Turhan y respondió:

—Pensé que la reconocerías, hermana. Ella es la Sultana Abide, una de las hijas de nuestro difunto padre.

Kosem intervino, mirando a Ibrahim con seriedad.

—Deja de jugar, Ibrahim, y responde adecuadamente a la pregunta de tu hermana —dijo Kosem, con autoridad.

Ibrahim, aún con una sonrisa en el rostro, se dirigió a Turhan y explicó:

—Abide es una de las hijas ilegítimas de nuestro padre. Ha venido a visitarnos en esta ocasión.

Turhan asintió, comprendiendo la situación. Aunque la presencia de Abide podía ser inesperada, Turhan decidió mantener la compostura y recibir a la Sultana Abide con respeto, siguiendo el ejemplo de su madre.

 Aunque la presencia de Abide podía ser inesperada, Turhan decidió mantener la compostura y recibir a la Sultana Abide con respeto, siguiendo el ejemplo de su madre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En medio de la tensión, Kosem perdió la calma y le gritó a Ibrahim:

—¡Las hijas del difunto sultán Ahmed deberían vivir en el antiguo palacio como manda la tradición!

Ibrahim, manteniendo su actitud desafiante, respondió:

—Si seguimos esa tradición, entonces Fatma y Gevherhan también deberían estar allí, ya que ninguna de las dos está casada.

¿¡Soy tu hija?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora