22| Un nuevo sol nace, su majestad el Sultán Murad esta aquí.

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Kosem se sumergió en la tarea de distribuir los víveres del palacio viejo entre la gente necesitada

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Kosem se sumergió en la tarea de distribuir los víveres del palacio viejo entre la gente necesitada. A medida que repartía comida y escuchaba las historias de aquellos que sufrían, sintió una mezcla de tristeza y determinación. Sabía que esta era una oportunidad para mostrar su preocupación por el pueblo y ganarse su apoyo.

La gente, agradecida por su generosidad, comenzó a expresar su gratitud hacia Kosem. En medio de las muestras de agradecimiento, Kosem vio la oportunidad de sembrar una semilla de descontento hacia Osman. Con voz firme pero compasiva, compartió una mentira que parecía lo suficientemente creíble para el pueblo: que Osman estaba tomando represalias contra ellos porque sentía que ella le robaba el poder.

El pueblo, indignado por esta supuesta injusticia, expresó su apoyo incondicional a Kosem. Le aseguraron que siempre estarían de su lado y que lucharían contra cualquier injusticia que se les impusiera.

Después de la exitosa distribución de víveres y el respaldo del pueblo, Kosem regresó al viejo palacio, donde se reunió con los pashas del estado. Con una expresión seria y determinada, les advirtió sobre la situación con Osman y la creciente influencia de Hamza y Turhan.

─La situación con Osman no puede continuar así. Todo lo que están haciendo Hamza y Turhan pronto llegará a su fin. Necesito que me digan quiénes están de nuestro lado, el de mi hijo y el mío─, declaró Kosem, buscando lealtad y apoyo entre los líderes del imperio otomano.

Los pashas, conscientes de la creciente tensión en el imperio, escucharon atentamente las palabras de Kosem. Sabían que su decisión tendría un gran impacto en el futuro del imperio y en sus propias vidas. Uno a uno, expresaron su lealtad a Kosem y a su hijo, asegurándole que estaban dispuestos a seguir sus órdenes y proteger sus intereses.

Con el apoyo de los pashas y el respaldo del pueblo, Kosem se preparaba para enfrentar a Osman y asegurar el futuro de su familia en el trono otomano.

Mientras la situación en el palacio otomano se volvía más tensa, Osman se encontraba abrumado por el peso del poder y la presión de Mahfiruze, quien lo instaba a mantenerse firme y no ceder ante Kosem y Turhan, alegando que estaban cometiendo traición y que merecían la ejecución.

Osman, atrapado entre el amor por su madre y el deseo de mantener el control, se sentía acorralado. Mahfiruze, con su astucia y manipulación, continuaba presionándolo para que no flaqueara en su posición, recordándole constantemente las consecuencias de ceder el poder.

La amenaza de ejecución pendía sobre Kosem, Turhan y toda nuestra familia, como una sombra que oscurecía el futuro del imperio otomano. La lealtad de Osman estaba dividida entre su madre, y cada movimiento que hacíamos tenía el potencial de cambiar el curso de los acontecimientos de manera irreversible.





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