Volví del palacio de caza junto a mi hermano y mi madre, los dos primeros habían estado tan cansados que decidieron ir a dormir, en parte, yo también lo hubiera hecho, de no ser por que tenia más energía que lo esperado, por lo que decidí ir al harem, y para mi mala suerte, allí estaba la gran "amiga" de mi madre.
Mahfiruze dejó escapar una risa sutil mientras jugueteaba con una cadena de oro alrededor de su cuello. Levantó la barbilla con orgullo, y con una sonrisa burlona, anunció:
──Oh, Turhan, mientras tú y tu madre disfrutaban de su tiempo en el palacio de caza, yo daba a luz a un nuevo príncipe para la dinastía otomana. ── Sus ojos chispearon con malicia.
La noticia me golpeó como un rayo. Traté de ocultar mi sorpresa, pero mi rostro no pudo disimular la inquietud que sentía. Un nuevo príncipe significaba una amenaza directa para Mehmed, mi hermano y el actual príncipe heredero. En este implacable imperio, la competencia por el trono podía ser feroz y despiadada.
Intenté recuperar la compostura y mantener la mirada desafiante, aunque mi mente ya estaba maquinando posibles escenarios. ¿Cómo podría proteger a mi hermano de esta nueva amenaza? Sabía que el destino de Mehmed estaba en juego, y cada movimiento que hiciéramos en el palacio podía tener consecuencias fatales.
Mahfiruze, al notar mi reacción, río con más intensidad, disfrutando de mi incomodidad. Mi madre siempre me había advertido sobre la astucia de Mahfiruze, pero ahora estaba experimentando su astucia de primera mano.
──Así que, pequeña Turhan, ¿Cómo te sientes al saber que hay un nuevo contendiente en la carrera por el trono? ── dijo, su voz susurrando desafío.
Me mantuve en silencio, evaluando la situación y buscando una estrategia para proteger a mi hermano. La competencia en el harén otomano no era solo por el afecto del sultán, sino también por la supervivencia de los hijos que engendraba. En este juego mortal, debía aprender a moverme con astucia y anticipar los movimientos de los demás.
Mahfiruze se alejó con gracia, dejándome con la tarea de descifrar el laberinto de intrigas en el que me encontraba. Mientras la observaba retirarse, su risa se mezcló con el susurro del viento, llevándose consigo un presagio de desafíos que se avecinaban en el horizonte del palacio.
Corrí por los pasillos hasta entrar con cautela en los aposentos de mi madre, la Sultana Kosem. Los rayos de sol se filtraban suavemente por las cortinas, creando una atmósfera cálida y acogedora. Sin embargo, la noticia que llevaba en mi corazón hacía que el aire se volviera denso y sombrío.
──Madre. ──Mi voz temblaba levemente cuando pronuncié esa palabra. Me acerqué a ella, que estaba recostada en un diván, y me incliné respetuosamente.
Kosem levantó la mirada hacia mí, sus ojos oscuros reflejaban sabiduría y una comprensión profunda. Sabía que ella era consciente de la complejidad de la vida en el harén otomano, donde la intriga y la competencia eran moneda corriente.
──¿Qué sucede, Turhan? ──Su voz resonó con calma, pero sus ojos expresaban una preocupación materna.
Respiré hondo antes de compartir la noticia que me había revelado Mahfiruze, la Sultana rival.
──Mahfiruze ha dado a luz a un nuevo príncipe mientras estábamos en el palacio de caza. Un heredero más para la dinastía otomana. ──Mis palabras colgaban en el aire, pesadas de implicaciones.
La noticia de la llegada de un nuevo príncipe a la dinastía otomana golpeó a mi madre, la Sultana Kosem, con un dolor silencioso que se reflejaba en sus ojos oscuros. La sombra de la preocupación cruzó su rostro, y aunque intentaba mantener la compostura, podía sentir el peso de la situación en su ser.
──Madre... ──Susurré con suavidad, sintiendo la necesidad de ofrecer consuelo en medio de la incertidumbre.
Me acerqué a ella y, con cuidado, posé mi mano sobre la suya. La calidez de su piel contrastaba con la frialdad de la realidad que enfrentábamos en el harem otomano.
──Sé que esta noticia te duele. ──Mis palabras fueron un susurro compasivo. ── Pero estamos juntas en esto, y encontraremos la manera de proteger a Mehmed y asegurar nuestro lugar en este palacio.
Kosem asintió, agradecida por mi gesto de apoyo. Sus ojos se encontraron con los míos, transmitiendo una mezcla de tristeza y gratitud.
──Eres mi fuerza, Turhan. ──Su voz temblaba levemente. ── A veces, olvido cuánto has crecido y cuánto has asumido por el bien de nuestra familia.
Respondí con una sonrisa, reconociendo la complejidad de nuestras vidas en el harem.
──Madre, siempre estaré aquí para ti. Juntas superaremos cualquier desafío que se nos presente. ──Prometí, sintiendo que debía proteger de ahora en mas a mi madre y hermano.
Después de calmarla y asegurarle que todo estaría bien, salí de los aposentos de mi madre y me dirigí hacia Cennet Kalfa, si Mahfiruze quería entrar en juego de la dinastía, eso íbamos hacer.
En la historia original Kosem tuvo trece hijos, por lo tanto, solo tenia que dejar de darle hierbas de infertilidad a empezar a darles hierbas de fertilidad, si tenia hermanas, podíamos usarlas como herramientas políticas, y si tenia hermanos, podríamos asumir al trono de manera justa.
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¿¡Soy tu hija?!
Historical FictionKösem y Turhan, históricamente las mujeres mas poderosas del imperio otomano. De igual modo, es bien sabido que ambas eran enemigas, aunque en un principio no fue así... ¿Que hubiese pasado si Turhan fuese hija de Kösem? ¿Se seguirían odiando? ¿Y si...