Turhan entró en la habitación del palacio donde se estaban preparando sus hijos para la ceremonia de bienvenida. Se acercó a una de las criadas que estaba ayudando a vestir a los niños y preguntó con amabilidad:
—¿Están listos Mehmed y Beyhan para la ceremonia?
La criada asintió con respeto y respondió:
—Sí, Su Majestad. El príncipe Mehmed y la Sultana Beyhan están listos y esperando.
Turhan notó que la criada parecía nerviosa y que la pequeña Beyhan lucía pálida. Se acercó un poco más y le preguntó con preocupación:
—¿Por qué mi hija parece pálida? ¿Está bien?
La criada, visiblemente incómoda, respondió:
—Perdóneme, Su Majestad. La Sultana Beyhan ha estado sintiéndose un poco enferma esta mañana, pero no quería preocuparla antes de la ceremonia.
Turhan asintió, agradeciendo la sinceridad de la criada.
—Gracias por decírmelo. Asegúrate de que Beyhan se sienta cómoda y bien atendida. La salud de mis hijos es mi prioridad —dijo Turhan, con voz suave pero firme.
La criada asintió y se apresuró a atender a Beyhan, mientras Turhan salía de la habitación, preocupada por la salud de su hija pero decidida a mantener la compostura frente a los demás.
Turhan salió de la sala del palacio y se dirigió al jardín donde estaba esperando el carruaje que la llevaría al encuentro de su hijo Mehmed. El pequeño príncipe, de tan solo siete años, estaba sentado en el carruaje, con una expresión de emoción en su rostro.
—Hola, mamá —dijo Mehmed, emocionado—. Estoy tan ansioso por ver a mi tío y a mi padre después de tantos años.
Turhan se acercó y acarició la cabeza de su hijo con ternura.
—Yo también estoy emocionada, querido. Será maravilloso ver de nuevo a tu tío Murad y a tu padre. Será un reencuentro lleno de alegría y amor familiar —respondió Turhan, con una sonrisa.
Mientras el carruaje se ponía en marcha, Turhan y Mehmed continuaron hablando sobre el reencuentro con sus familiares. Turhan estaba agradecida por la oportunidad de reunirse con su hermano y su esposo, después de tantos años de separación. La familia era lo más importante para ella, y cada momento juntos era precioso y significativo.
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¿¡Soy tu hija?!
Tarihi KurguKösem y Turhan, históricamente las mujeres mas poderosas del imperio otomano. De igual modo, es bien sabido que ambas eran enemigas, aunque en un principio no fue así... ¿Que hubiese pasado si Turhan fuese hija de Kösem? ¿Se seguirían odiando? ¿Y si...