27. ¿Amigos?

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—Por qué no contestas al puto teléfono, Jisung —gritó Félix a la pantalla iluminada.

Changbin lo miró una vez más, conteniendo una sonrisa. Debía verse como un imbécil, porque se sentía como uno cada vez que estaba alrededor del omega. El chico estuvo a punto de lanzar el dispositivo contra el suelo, pero el alfa le agarró la mano. Hubo un segundo de reconocimiento, como si se diera cuenta de quién era él y lo que acababa de hacer. Se apartó, dando un paso para alejarse. Seo se sintió otra vez rechazado.

El aroma a fresas era fuerte porque estaba agitado. Él lo entendía, no le había dado un gran pronóstico: el que consideraba "su omega" estaba encerrado con un alfa en celo que tenía una pequeñísima obsesión con él. Era un desastre, se mirara por donde se mirara.

—Voy a subir, entraré al apartamento y dejaré la bolsa.

—Iré yo, soy un omega.

—Minho no tendrá consideración por tu rango, Lee. —No mentía, su amigo era terriblemente territorial cuando estaba en celo, razón por la que tenía que irse a dormir a casa de sus padres una vez cada seis meses.

—Su nivel de agresión será más bajo con los omegas, a ti te arrancará la cabeza —A pesar de las circunstancias adversas, estaba bien que por fin lo tuteara—. Cuando mis hermanas tenían sus celos, era yo quien les llevaba la comida.

—Son tus hermanas, os une un lazo familiar, es normal que no se sientan atacadas por ti. Mi hermana solo me gruñe un poquito cuando está en celo —bromeó, para tratar de quitarle hierro al asunto. La mejilla del pecoso se contrajo.

—Igualmente subiré contigo, Seo sabumnim, necesito saber que Jisung está bien. No estaba preparado para esto. Por tu culpa —Le dio una mirada de reojo y se encaminó al portal del edificio. Lo siguió.

—Ya te he dicho que lo siento.  Pensé que Han sabía que estaba en celo, joder. 

—Te preguntó por teléfono si estaba enfermo y si estaba bien que lo cuidara.

—¡Creí que era algo en clave! Todos nos dimos cuenta de cómo olía cuando volvió en el festival. 

—Todos menos él. Amo a Jisung, pero no es muy listo para estas cosas. Así que voy a entrar para asegurarme de que está bien y no está haciendo estupideces.

—No entrarás, Minho se vuelve loco en su celo. 

—Como todos los alfas —Rodó los ojos. Changbin frunció el ceño—. Voy a ir, necesito comprobar que Jisung está de acuerdo con esto. No voy a permitir que tu amigo lo encierre contra su voluntad.

—Oye no te pases —Empezaba a enfadarse—. Tampoco es tan hijo de puta.

—Acababas de decir que es territorial, ¿cómo podría escapar alguien como Jising de un alfa territorial? Por dios, es incapaz de jugar al fútbol sin rodar por el suelo.

—No subestimes a Han. Y tampoco el honor de Minho.

—Mira, Seo, me parece que deberíamos estar subiendo de una puta vez. Me importa una mierda el honor de tu amigo, lo que quiero es saber que mi omega está bien.

Ahora ambos estaban enfadados. Changbin no quería entrar a la casa con ese ánimo porque, seguramente, y tal y como Felix había dicho, Minho le arrancaría la cabeza. O lo intentaría, él seguía siendo cinturón negro de taekwondo al fin y al cabo.

Resopló frustrado y abrió el portón, dándole paso al obstinado omega. Lo siguió y entraron al ascensor juntos, inevitablemente recordó el día que lo había llevado a casa, aunque las circunstancias eran completamente distintas. Felix martilleaba con los dedos sobre la barra trasera, estaba nervioso aunque fingiera entereza.

LAVANDA  | Minsung | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora