🔞#AvisoDeSabroseo: Capítulo +18. Lean bajo su responsabilidad, si no les gusta este tipo de contenido les ruego amablemente que pasen de largo. #NoMeReporten
Changbin despidió a los últimos alumnos y pulsó el mando para cerrar la verja delantera de la academia. Estaba cansado, esa última clase se había alargado más de la cuenta y eran casi las nueve de la noche. Rezó porque Minho le hubiera dejado algo de cenar.
Volvió al dojang y recogió las protecciones y el material, ordenándolos en su lugar. Pensó en ir a cambiarse, pero igualmente tendría que lavar el dobok ese fin de semana, así que desistió. Llegaría a casa antes si conducía con él puesto. Sacó los calcetines de la bolsa de deporte y se los puso.
Alguien llamó a la puerta del dojang y casi se le sale el corazón del pecho. Maldición, creyó que estaba solo en la academia, pero alguien parecía haberse rezagado. Por un microsegundo, pensó que podría ser un ladrón, pero, vamos, los ladrones no llamaban a la puerta. Y no era como si tuviera algo que robar en aquel lugar. ¿No?
—Espere un momento y nos marcharemos —gritó, sacando las zapatillas del bolso para calzarse.
Quien sea que estuviera allí no le hizo ni puto caso, abrió la puerta bruscamente y su lobo levantó las orejas antes de que él tuviera tiempo para voltearse. Cuando lo hizo, lo entendió. Casi le da un infarto cuando se encontró de frente con el omega que llevaba semanas ignorándolo. El hermoso Felix lo miró con los ojos encendidos y la respiración acelerada.
Changbin no entendió nada; se puso de pie, mirándolo de arriba abajo. Llevaba puesto un dobok completamente blanco, su cintura estaba ceñida por un cinturón negro y pensó, estúpidamente, que él tenía razón y que su nivel estaba muy lejos del de los niños de cuatro años y, sobre todo, del de Han Jisung.
Su olor era tan suave que casi no lo percibió.
«Artificialmente suave», el lobo tenía razón. El aroma del chico era rico e intenso normalmente, casi abrumador. En ese instante parecía que estuviera metido en una burbuja. ¿Por qué tomó inhibidores? ¿Cuántos inhibidores tendría que tomar un omega dominante como Felix para tapar su olor?
Changbin no había conocido a muchas personas de su categoría, era muy extraño encontrarse con gente con feromonas tan fuertes y, aunque no sabía nada de Felix, imaginaba que aquello podría haberle acarreado algunos problemas en su vida. ¿Sus padres serían dos omegas? ¿Vendría de una familia en la que todos tendrían esos olores tan potentes?
A su lobo le molestaba no poder olerlo y él estaba de acuerdo, a Seo le gustaba todo de Felix, incluidas sus penetrantes feromonas. Pero eso no era lo más importante, lo importante era saber qué demonios hacía ahí.
Abrió la boca para hablar, pero el rubio se adelantó: azotó la puerta para cerrarla y caminó hasta él con pasos decididos. El alfa se tensó porque su lenguaje corporal era agresivo. Frenó a dos pasos de distancia y, con ademanes perfectos, se inclinó para saludar. Lo imitó, confundido y sin palabras, soltando la zapatilla que mantenía en su mano.
Cuando Felix se enderezó, lo atravesó con los ojos y su cuerpo adquirió una postura de ataque clara, tan clara que Changbin se asustó. Automáticamente, respondió posicionándose también, esperando la primera patada.
Se tantearon el uno al otro, el alfa estaba calculando la forma de no hacerle daño y alejarse lo suficiente para que desistiera de esa mierda, fuera lo que fuese. Se movió por el tatami, pasando el peso de una pierna a la otra. Felix estaba tenso, pero apreció su agilidad porque no paraba de dar saltitos y observarlo con el mismo interés calculador. Sacudió los brazos y el lacito que sostenía la camisa del dobok cerrada se estiró un poco, mostrando más del pecho pálido entre las solapas. Changbin se distrajo, craso error. La primera patada le dio con fuerza contra el bíceps y gruñó un quejido, sorprendido y enfadado.
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LAVANDA | Minsung | Omegaverse
FanficHan Jisung lo intenta: trabaja a destajo para conseguir un ascenso, hace malabares con sus escasas finanzas, trata de no abusar de su mejor amigo Felix y, por encima de todo, quiere darle una buena vida a su pequeña hija Suni. Pero el mundo es un lu...