Minho llevaba cinco días flotando, concretamente desde el domingo, cuando despertó con Jisung a su lado. Ese lunes había llevado al agotado y adolorido chico al trabajo con una de sus camisetas de cuello vuelto y un vaquero que le quedaba grande. Antes de que dejara el coche, lo besó en los labios sin vergüenza y le deseó un buen día.
El resto de la semana había sido igual de buena. A menudo, se encontraba a sí mismo sonriendo como un idiota cada vez que volvía a casa y sentía el olor de Jisung en alguna parte de su habitación. A pesar de que cambió las sábanas y limpió concienzudamente (toda la casa), su esencia seguía, de algún modo, impregnada en el colchón.
Changbin estaba un poco taciturno, le echó una gran bronca por el espectáculo y Minho tuvo que prometer que le haría la cena todos los días de su vida. Pero no dejó de tener las mariposas revoloteando en su estómago.
Los niños preguntaron una vez la causa de su sonrisa estúpida. Él les contestó la verdad: que estaba muy feliz.
Como los astros parecían haberse alineado, los chiquillos se portaron muy bien. Todavía estaban con la resaca del éxito del festival y parecían más unidos, incluso Suni y Eunji habían compartido alguna actividad sin pelear.
—¿Qué planes tenéis para este fin de semana? —preguntó, mientras recogían los lápices de colores y ordenaban la clase.
—Yo voy a ir a casa de mis abuelos —comentó Yunho.
—Mis abuelos y yo arreglaremos el jardín —intervino Ryujin—. A mi abuelo le gusta mucho el jardín y tiene lechugas plantadas.
—¿De verdad? —preguntó Eunji, extrañamente interesada—. Mis papás nos dejan ir al jardín pero no podemos tocar las plantas...
—¿Por qué?
—Porque son cosas del jardinero. Pero Eunwoo oppa y yo plantamos girasoles con nana una vez y crecieron altísimos.
—Los girasoles son muy bonitos —Suni le regaló una sonrisa amable a Eunji. Minho se sentía bien porque estuvieran en esa especie de tregua—. En mi casa no hay plantas, pero a mi papá le encanta ir a ver las flores. Creo que este fin de semana le pediré que vayamos a verlas.
«Vayamos a ver las flores con la cachorra y el omega», era una idea excelente.
El resto de niños contó sus planes, hablaron animadamente sobre películas y juegos. Minho sentía que su existencia era casi idílica.
Cuando llegó la hora de la salida, los chiquillos recogieron sus mochilas y sus chaquetas. Se pusieron los zapatos y esperaron tranquilamente a que sus padres entraran a recogerlos. Le dio un abrazo a cada pequeño, como todos los viernes. Seungmin le recordó que la semana siguiente deberían ir a comer a su casa, él aceptó con una sonrisa. Jisung, como siempre, llegaba tarde.
—Señor Lee —llamó Suni, agarrando las asas de su mochila. Llevaba puesto el suéter rosa con la ardilla tejida—, podría venir a ver las flores con nosotros —ofreció.
—Oh... Eres muy amable, Suni, pero es mejor que le preguntemos a tu papá primero, ¿no? ¿Qué pasa si ya tiene otros planes? —Esperaba que no—. ¿O si no le apetece ir conmigo y quiere ir solo contigo?
—Pero ya está solo conmigo todos los días. Bueno, y con el tío Lixie. Además, son novios, los novios van a dar paseos y ver las flores —aseguró.
Minho se atragantó con su propia saliva. Tosió con fuerza y ella se acercó, dándole unos toquecitos en la rodilla con su minúscula mano.
—¿Está bien? —preguntó.
—Sí, sí... pero... ¿De dónde has sacado eso Suni?
—¿El qué?
—Que tu papá y yo somos... hmmm....
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LAVANDA | Minsung | Omegaverse
FanfictionHan Jisung lo intenta: trabaja a destajo para conseguir un ascenso, hace malabares con sus escasas finanzas, trata de no abusar de su mejor amigo Felix y, por encima de todo, quiere darle una buena vida a su pequeña hija Suni. Pero el mundo es un lu...