La melodía del teléfono resonó en el salón. Jisung pensó que podría devolver la llamada a quien quiera que fuese cuando terminara de lavarse los dientes y peinarse. Ahora mismo, verse lo suficientemente decente para ir al río Han a montar en bicicleta era más importante. Y si era Choi Soobin, Sunwoo o cualquier otra persona relacionada con su trabajo lo ignoraría.
De acuerdo, tal vez no lo ignoraría. Pero, cielos, era sábado y necesitaba tener un fin de semana tranquilo antes de enfrentarse a su realidad a las 8 de la mañana del lunes. No había nada lo suficientemente grave como para joderle su cita.
A no ser qué...
—¡Abuela! —El grito de Suni atravesó el pasillo y se coló en su habitación justo cuando escupía el agua—. ¡Nos vamos al río Han, voy a aprender a ir en bicicleta!
Por supuesto que había una pesadilla más terrible que Hyunjin y su oficina juntos: una llamada telefónica de su madre.
—Papá está acicalándose como dice el tío Lixie... No, el tío Lixie no está, pero Minho oppa está preparando unos sándwiches, ¿quieres hablar con él? —ofreció Suni.
Claro que había algo peor que una llamada de su madre: una conversación entre Minho y su madre.
No lo malinterpreten, Jisung no se avergonzaba de Minho en absoluto. Pero tal vez hubiera ignorado deliberadamente a su amada progenitora durante las últimas semanas. Y era muy posible que se hubiera olvidado de mencionar al alfa desde... Bueno, desde nunca.
Los Han tenían una dinámica extraña, eran reservados y discretos con los desconocidos, pero terriblemente entrometidos con la vida de Jisung. Los amaba con locura, pero era muy feliz desde que vivían lo suficientemente lejos como para no tener que comer con ellos los domingos. Suni y Jisung visitaban a la familia en Seollal y Chuseok. Ellos aparecían a veces por Seúl y comían juntos.
Eso funcionaba bien: una llamada a la semana, dos o tres visitas al año, algunas fotos y videos de Suni de vez en cuando. Eso era todo. Su madre no necesitaba hablar con "Minho oppa", más que nada porque ni siquiera sabía quién mierda era Minho. Y por supuesto que no necesitaba saber qué hacía en su cocina haciendo sándwiches para ellos.
—¡Claro, te lo paso!
Salió del baño a toda prisa, con el pelo a medio peinar, el vaquero desabrochado y la camisa colgando de un brazo. Buscó a la niña con los ojos y la vio entrar a la cocina donde debería estar Minho.
Jisung nunca había sido una persona con habilidades deportivas. Tenía la suerte de haber heredado una buena silueta y la capacidad de desarrollar músculos en pectorales y brazos fácilmente. Pero no tenía un buen juego de piernas, de hecho tenía un malísimo juego de piernas que a Felix le gustaba llamar "anime girl legs".
Era la crónica de una caída anunciada. Fue totalmente inevitable que tropezara, enredándose con el pantalón para caer de bruces delante de la puerta de la cocina con un grito desquiciado.
Había dos pares de ojos observándolo cuando levantó la cabeza del suelo. Por suerte, Minho no había llegado a alcanzar el teléfono que Suni tenía en la oreja. El alfa, tan caballeroso y amable como era, reaccionó rápido acercándose para ayudarlo a levantarse, olvidando que la pequeña Han lo reclamaba solo un segundo atrás.
—¿Estás bien, Hannie? ¿Te has hecho daño? —preguntó.
Comprobó con sus manos que todo estaba bien, con sus enormes ojos llenos de preocupación. Jisung no pudo evitar la sonrisa tierna que tiró de su mejilla. El alfa le colocó la camisa sobre sus hombros, abrochándola. Incluso tuvo tiempo para pasar sus dedos entre su pelo, supuso que trataba de arreglar el desastre. Han era incapaz de ayudar y solo podía mirarlo hipnotizado. Era tan guapo, tan amable, tan perfecto y tan suyo...
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LAVANDA | Minsung | Omegaverse
FanfictionHan Jisung lo intenta: trabaja a destajo para conseguir un ascenso, hace malabares con sus escasas finanzas, trata de no abusar de su mejor amigo Felix y, por encima de todo, quiere darle una buena vida a su pequeña hija Suni. Pero el mundo es un lu...