XXXVIII. Cita

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No puedo dormir

Se que mis preocupaciones y problemas no son nada comparadas con las de otras personas en el mundo que realmente la están pasando mal por pobreza, depresión, hambre, perdida....

Pero aún así me quita el sueño estás ideas que rondan en mi mente.

Estoy pensando cuando seria el momento adecuado para viajar al Reino mágico. Tengo una idea vaga de quien fue mi padre, donde nació y vivió en su vida y que le hizo feliz, pero por el otro lado desconozco todo de mi madre, bueno casi todo, solo se que de ella heredé mi magia...
Y muy probablemente por ella es que tengo este collar qué inhibe mi esencia ...

¿Debería quitármelo? Y dejar que Todos vean lo que soy, pero ¿que soy?; Una loba sin rango aparente con sangre mágica de brujo. Ah y se me olvida :Mate del Rey de los vampiros y lobos, y Rey de las criaturas libres.

Una brisa fría me hace temblar un poco, subestime el frío de las tierras altas de Escosia.

Igual y es mi culpa por estar en el techo del castillo , pero no podía dormir y ver el cielo nocturno en su esplendor era tentador en mi mente, estoy sentada en el borde de la terraza.

Desde aquí puedo ver parte de la seguridad que rodea al palacio, y me sorprende mucho no haberla visto cuando regresaba con el Rey desde el bosque hasta la entrada del palacio.

-!!No lo hagas!! -¿Esa voz? Que hace aquí.

Me giro en mi eje para ver desde mi lugar al Rey esta en pijama azul juraría que es de seda , avanza lentamente con una mano a mi altura como si quisiera detenerme.

-Se que te obligue a tener una cita conmigo - dijo cita? - No fue mi intensión imponerte salir juntos - me muevo más en mi posición, este se altera avanzando más

- Por favor! - Me súplica - ¡No saltes! La Vida puede mejorar, dejame ayudarte a ser feliz, nadie te hará daño. - Esta ya muy cerca de mi.

Piensa que me quiero suicidar?
Definitivamente estas han sidos las 24 horas más inusuales de mi vida.

-Su magestad, se equivoca - me pongo en pie y sus ojos se agrandan - No quiero s... - El Rey en un movimiento rápido me toma de la parte inferior de mi cuerpo alejándonos del borde de la azotea.

-No - grita y puedo ver sentimiento en sus ojos azules. - No me equivoco puedes ser feliz te lo aseguro - Busca mi mirada aun en esta rara posición.

-Puedes bajarme- le hablo con una calma qué no tengo, este se niega.
- Tus manos están en mi trasero. - Veo microexpresiones en su rostro, vergüenza sobre todo.

Me deja delicadamente en el suelo, pero no se separa, espera unos segundos tal vez tentando a saber si me voy a matar al no tenerlo cerca.

Suelto un suspiro y me toco la frente - Enserio esperaba que no fueras tu.

Hace un ligero gesto con sus ojos - Me puedes explicar. - Aun sigue muy cerca de mi.

-Usted fue quien me salvo de hacerme daño hace doce años - ahora me tiene sujeta de mis antebrazos. -Porfavor, hablemos en otra parte -Me muevo pero no me quiere soltar.

Como le explico que no me quiero matar.

-¡No me voy a suicidar! -trato de hacerle entender para que me suelte.

-Nada me asegura que cuando te suelte no saltes por la azotea - es enserio? Mi rostro demuestra lo exasperada qué estoy y el lo nota - Entiéndeme, porfavor.

Cierro los ojos por un momento, le ofrezco mi mano para que la tome.

-Sujeta mi mano -le digo, mi mano aun sigue en el aire, este aun no la agarra, ve mi mano como un objeto extraterrestre.
- Si no estas segura de mis acciones, no sueltes mi mano y guíame tú, adentro.

Humana entre lobos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora