Golpe de calor.
-Hola, Kyle.
-Hola, señor Patrick.
Cuando se terminó el grabado, la feromona de Omega se estabilizó eclipsando el ciclo con éxito. Incluso si tomó el inhibidor con unos días de anticipación, tuvo que pasar por un ciclo de calor estremeciéndose por la sutil sensación de latidos y zumbidos, pero se sentía tan claro y limpio.
Kelly se sintió un poco avergonzada.
Kyle, la raíz del problema, aún estaba perdido. Por supuesto, ahora se ha vuelto emocionante jugar algunas bromas eróticas con Noah, pero Kyle tenía mucho que decir sobre su responsabilidad. Realmente era demasiado que no hubiera ningún mensaje de texto incluso después de que había pasado el día prometido.
Enterró su ira y saludó a Patrick con torpeza. Como le dijeron que la saludaría con preocupación, se volvió muy incómodo el saludarlo.
«¿Cómo no voy a estar nerviosa? ¿Cómo puedo saludarle?»
-Oye, ¿Te sientes mejor?
-Si gracias a ti, tuve un buen descanso.
-¿Resfriado?
-Tengo gripe.
Patrick asintió y se acercó a Kelly. Presionó su hombro hacia abajo con su mano grande, y con el pulgar le presionó el músculo de manera indiscriminada.
Un sonido maligno salió de la nada.
-¿Es refrescante?
-Sí, Patti, Patrick. Está bien.
-Bien entonces. Soy bueno en eso.
Sin saber que Kelly estaba apretando los dientes, Patrick le golpeó la espalda con una gran palmada.
-Ugh, ve, gracias.
Entonces sonó el móvil de Patrick.
-¿Sí?
El marco plateado brillaba a la luz. Lo levantó con el dedo índice y tocó la pantalla del teléfono.
-Mmm...
Miró a Kelly por un momento, luego deslizó su teléfono en su bolsillo interior.
-Kyle, ¿Hay algo que odies del señor McCaster?
-Oh, no.
Los hombros de Kelly se tensaron ante la mención de Noah.
-No es el tipo de persona que se burlaría de ti solo porque te pones un perfume para mujeres.
-¿Está llamando?
-Sí, eres el único al que llama, Kyle Weisz. Ruega a la señorita Harper para asegurarse de que estás realmente bien. Aunque la Reina parece ser despiadada, es el tipo de persona que se debilita si lloran y se aferran a ella.
-Bien...
Una vez más, una gran mano golpeó su espalda con fuerza.
Patrick le golpeó la espalda como si estuviera respirando energía y se miró las palmas de las manos por un momento, sintiendo la fuerza de su cuerpo flaco.
-Esto es verdad. De todos modos, no destaques más ante el señor McCaster. Hagamos lo que se nos dice que hagamos con cuidado. ¡Yo pago el almuerzo!
-Gracias, señor Patrick. Volveré.
-Ah, ¿Debería siquiera protestar por esto...
Kelly agitó su mano.
-No. Al menos es hora de preparar el almuerzo, ¿Eh?
