Charlie y Lucy

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Me explicó la situación que le hizo entrar en este mundo.

La historia de un adolescente y su hermana pequeña. Un padre maltratador que asesinó a su esposa de una paliza y ese mismo hombre, desapareció misteriosamente, cuando contrajo uns deuda de juego que no podía pagar

Los críos huérfanos, sin techo, con el peligro de caer a merced de cualquiera.

Entonces sin darse cuenta, empezó a trabajar para una pequeña familia en little Italy.

Consiguió un hogar para él y su hermana, comida caliente y una familia que velaba por los dos.

Con los años la familia creció y su responsabilidad también.

Conoció a la familia de mi marido y se forjó una relación de casi hermanos.

La noche del asesinato de mi esposo, Charlie tenía que haber estado, pero Lucy llevaba unos días enferma y lo sustituyó Guillermo.

Charlie me volvió a pedir disculpas por eso.

Pero ahora que yo los había acogido en mi casa, nunca me dejaría sola, para que no se repitiera nada.

Le dije que para mí, era un honor haberlos conocido. Les prometí, que nunca estarían solos. Ahora éramos una familia.

Cuando dije esa frase, me acordé de mis hijos. Los echaba mucho de menos, pero sabía que estaban bien y no podía arriesgarme a llamarlos, hasta que todo fuera más tranquilo. Aún así noté una gran tristeza

Lucy se unió a la conversación y nos hizo cambiar de tema.

Mientras cenábamos, estuvimos hablando de cotilleos de prensa, política y de reuniones futuras. Charlie me recomendó en qué orden de familias, tenía que hacer las visitas, para que nadie se ofendiera.

Acabamos de cenar y mientras yo tomaba café, Charlie fue a preparar el coche.

Cuando nos quedamos solas, Lucy se sentó en mi regazo, rodeó mi cuello con sus brazos, me miró fijamente y me besó.

Me pidió que regresáramos los dos a salvo y que me esperaría despierta. Le dije que si seguíamos así, al final nos pillaría su hermano.

Que teníamos que ir con mucho cuidado.

Charlie ya me había dicho de lo que pensaba de la gente como nosotras y no creía que le hiciera mucha gracia, que su hermana pequeña y su jefa, estuvieran juntas. Le hice prometer a Lucy que esta noche, tendría que dormir en su cuarto.

No le gustó la idea, pero lo entendía.

La besé, se levantó mirándome con ojos de cachorrita triste, sabiendo que mirándome así, me esperaría en mi cama. No pude dejar de sonreír, salí de la casa, Charlie condujo el coche hasta el local.

Tommy, el hijo de Greco, ya estaba preparado detrás de la barra, acabando de limpiar copas y vasos. Los músicos en su sitio, acabando de preparar los instrumentos.

Y otra noche más que empezaba con la llamada especial a la puerta.

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Ya había pasado un año, desde la muerte de mi marido, las cosas iban muy bien.
El local, funcionaba a las mil maravillas, y los otros negocios con las familias, daban buenos frutos y las empresas legales textiles funcionaban.

Lucy dormía a mi lado, todas las noches y se iba temprano para que ni Charlie, ni Nani, nos descubrieran.

Tenía una sensación que no me dejaba dormir tranquila. Todo iba demasiado bien.

Esa mañana, como todas, Lucy me despertó para avisarme de que había salido el sol y se iba a trabajar. Me daba mi beso de buenos días y me decía que me vería a la hora del desayuno. Cuando bajé a la cocina, hice mi rutina de siempre, mientras desayunaba, leía la prensa y ahí empezaron los problemas.

El Rancho de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora