Atlas y Ares se esfumaron sin dejar rastro, pero intuía que no sería nuestro último encuentro.
Sara regresó a España, pero antes de eso mi abuela tuvo que usar su poder de mentalista para alterar sus recuerdos, ya que nos había visto llegar a casa ensangrentados y armados hasta los dientes, lo que provocó una fuerte conmoción en ella. También se hizo cargo del señor Baillie, los demás rehenes y sus familias, quienes olvidaron el rapto y siguieron con sus vidas como si nada hubiera sucedido.
Dimos sepultura a todos los fallecidos, incluyendo nuestros adversarios, los Hijos de Abel. Morfeo, Helios y Artemisa permanecerán por siempre en tierras escocesas, al abrigo de un árbol centenario.
El valeroso Bearny fue cremado y sus cenizas arrojadas desde la parte más alta de la ciudad, tal y como dejó pautado a su pequeña manada, mientras que los dos arcanos fueron trasladados a las criptas de la orden. El cuerpo de Donovan reposaría bajo un ostentoso escudo y a escasos metros lo haría Declan, cuyo don para sanar a otros no le permitió a sí mismo escapar de la muerte.
Brannagh tardó más de una semana en mostrar su rostro al mundo, el diamante no solo era letal al atravesar nuestras membranas protectoras, sino que el simple contacto con él resultaba venenoso. Unos ungüentos y otros remedios ayudaron a que sus heridas desaparecieran, al menos las externas. Por suerte, la flecha no perforó ninguno de sus órganos vitales, eso logró que no corriera el mismo destino que Donovan.
Pasaron los meses y diciembre trajo consigo la esperanza de un nuevo año que se cernía sobre nuestra eternidad.
Antes de las vacaciones, interpretamos una obra en la clase de Teatro a la que pusimos por título Los Iniciados. En ella hacíamos referencia a una batalla «ficticia» entre vampiros y cazadores.
Tenía un poco de todo: amor, lucha, sacrificio y moraleja: «Eres dueño de tu destino». La señora Gordon nos calificó con sobresaliente general, lo que fue recibido de buen grado por todos los alumnos del Royal.
Bastian, totalmente recuperado, había firmado un tratado con el nuevo líder Arcano, Aedan Tavish, en el que acordaban que se regirían por las leyes de respeto a los mortales que en su día mi padre y sus aliados instauraron.
Poco a poco las aguas volvían a su cauce, pese a los recientes acontecimientos y las dolorosas pérdidas.
***
Es veinticinco de diciembre. Nunca he sido devota, sino más bien agnóstica, pero dejo que me inunde el espíritu navideño, ¿cómo no hacerlo? Al fin y al cabo el bien prevaleció y Donovan dio la vida para expiar sus pecados. Lo que no consigue que sobrelleve mejor su muerte. Le echaré de menos, todos los haremos de una u otra forma, pero me llevo la mano al cuello y al acariciar el medallón me siento en conexión con Donovan, mi guardián, mi insólito amigo y algo más que no puedo reconocer.
Isabella, Carlo, Doménico, los Burnett, Chloe, Duna Orphidia, Ty, Hide, Bas y mi familia compartimos comida, bebida, risas y recuerdos alrededor de una gran mesa con decoración festiva en casa de Blair. Nuestras copas están rebosantes de sangre de donaciones anónimas y brindamos en memoria de los caídos por la unión de las razas vampíricas.
Soy consciente de que la lucha no ha hecho más que comenzar, pero al fin y al cabo los finales cerrados solo se dan en esos cuentos que terminan con un «fueron felices y comieron perdices».
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Los Iniciados
ParanormaleTres jóvenes. Dos clanes enfrentados. Un destino. Lucía Campbell, una adolescente amante de la literatura de terror y del cine, lidia con lo que supone un cambio de país y de cultura, al tiempo que se enfrenta a unas visiones cada vez más reales que...