Me desperté luego de ese sueño horrible de forma abrupta, eran las 7am, Maxi seguía aún dormido al lado mío. Me levanté de la cama sin hacer ruido y me dirigí a la cocina, armé un buen desayuno y lo esperé.
15 minutos después bajó ya listo para irse a trabajar. Estaba vestido con un traje gris oscuro y una camisa blanca. Su pelo oscuro contrastaba a la perfección con sus ojos azul cielo. Sus facciones estaban bien marcas y tenía una pequeña barba de crecimiento de unos días.
Maxi: -Creo que es la primera vez en años que haces un desayuno-. Dijo sorprendido.
Ancler: -¿Si?-. Dije confundida, soy el tipo persona que no desayuna.
Maxi: -Si, siempre vas apurada o tarde y nunca tienes tiempo, lo máximo que llegas a desayunar son galletitas poco saludables-. Dijo mientras untaba el queso en la tostada- Hoy salgo antes del trabajo, pensaba que podrías ir a un buen lugar para cenar, ¿te recojo dónde la psicóloga?-.
No le respondí pero asentí con la cabeza. Se levantó y me dió un beso tierno en la cabeza a modo de saludo.
Otra vez, me quedé ahí sola, sola con mis pensamientos. Limpié toda la casa, busqué películas pero las horas no pasaban.
Estaba recostada en el sofá del living hasta que escuché a alguien tocar la puerta. Me levanté sabiendo a quién me iba a encontrar del otro lado, estaba nerviosa pero lo podía manejar. Me dirigí al picaporte, lo agarré fuerte, cerré los ojos con fuerza por unos segundos, respiré profundo y finalmente abrí.
Psicóloga: -No viniste a la sesión de hoy-. Dijo con una mueca de preocupación en su cara.
Ancler: -Pasa ¿qué te ofrezco? ¿Un café?-. Dije de forma cortes, abrí la puerta de par en par y me corrí a un costado para dejarle paso.
Psicóloga: -Un café está bien-.
Nos sentamos en dos sillas qué están colgadas del techo, una especie de hamaca. Están ubicadas en la galería del jardín. Teníamos como vista un extensión grande de pasto y al fondo una piscina con reposeras a su costado.
El día estaba cálido pero había una pequeña brisa que en combinación hacían la temperatura perfecta. Los rayos de sol nos daban en la cara, cada una tenía una taza de café y tuvimos la sesión en casa.
Psicóloga: -¿Por qué te ausentaste hoy?-. Preguntó con su voz dulce y serena.
Ancler: -No lo se-. Dije mirando hacia el suelo para desviar mi mirada de mi psicóloga.
Psicóloga: -Tus expresiones me dicen que sí tienes un motiva para haberte ausentado, puedes decirme lo que sea-. Dijo de forma paciente.
Ancler: -Tuve un sueño, me generó una sensación de angustia y tengo miedo de que sea un recuerdo-. Dije y continué explicando lo que soñé- Sentí que la persona que se accidentaba era cercana, además estaban mis padres y mi hermano... ¿y si mi vida era triste y por eso mi mente no quiere recordar?-. Agregué dejando caer una lágrima.
Psicóloga: -¿Le preguntaste a tu pareja si lo que soñaste fue solo eso o si es un recuerdo? Por lo que me has contado Maximiliano se encuentra en tu círculo desde antes que sean pareja-.
Ancler: -No, no le he preguntado. No lo quiero molestar, además anoche creo que se molestó porque aún no me siento lista para tener intimidad. La cicatriz que tengo en la pierna me frena y además, no se, no me siento completamente enamorada de él, no es que sepa lo que sentía antes pero no siento la atracción que debería-. Dije dejando que las lágrimas se apoderen de mis mejillas.
Psicóloga: -Es normal que sientas dudas, además viviste una experiencia traumática aunque no lo recuerdes, eso puede ayudar a que cambies de perspectiva en algunas cosas. Lo importante es que no te obligues a hacer nada que no quieras, esto es un proceso y lleva tiempo. Bueno, tengo que volver al consultorio-. Dijo levantándose de la silla- Gracias por el café, te espero la próxima semana-. La acompañé hasta la puerta de entrada para saludarla.
Estuve unas horas más sola, ya se estaba anocheciendo y decidí dormir una siesta. El cansancio me llegó de golpe. Cuando abrí los ojos era demasiado tarde, bajé a la cocina y Maxi estaba preparando la cena.
Maxi: -¿Por qué no fuiste a tu sesión con la psicóloga?-. Dijo con voz cortante.
Ancler: -¿Cómo lo sabes?-. Pregunté abriendo los ojos como platos.
Maxi: -Te descargué una aplicación de seguimiento, así estoy más seguro de que te encuentras bien-. Dijo con la mirada fija en las verduras que estaba cortando.
Ancler: -¿Qué hiciste qué? Bueno, no voy a discutir por eso. Necesito un favor, quiero que llames a mi hermano Luca, necesito hablar con el-. Ahora soy yo la que tiene la voz cortante.
Maxi: -¿Para qué?-. Desvió su mirada hacia mi.
Ancler: -No estoy lista para hablarlo con vos, solo sé que lo involucra a él-. Dije cruzando mis brazos.
Maxi: -Está bien, mañana me comunico con él-.
Después de una hora estábamos comiendo en completo silencio, la tensión se sentía en el aire. Maxi se lo notaba molesto y nervioso a la vez. Estuvo toda la cena con la pierna temblando y un poco torpe, cómo si su mente estuviera en otro lado.
Él se fue a dormir y yo me quedé un rato más despierta. Lavé los platos y me acosté en el sillón para ver las redes sociales. Los perfiles en redes que estoy usando son nuevos, así que tengo muy poca gente conocida, solo me paso el rato viendo cosas de moda.
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Mi vida en la fórmula 1
RomanceAncler es una chica joven , de 22 años, recién recibida de la carrera de marketing y su vida empieza a tener sentido cuando le llega la oportunidad de su vida, fue aceptada en la escudería Ferrari como CM, es decir encargada de las redes sociales de...