Sol y mar

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Me levanté a las 9 am, fui a desayunar y encontré una llamada perdida de Maxi.

Ancler:- ¡No! Me olvidé de llamarlo anoche, debe de estar furioso, odia cuando no me contesto-, pensé mientras estaba bajando.

Intenté llamarlo varias veces pero me atiende el contestador, seguro está ocupado armando la valija porque mañana se va a Miami para instalarse en nuestro nuevo hogar; estoy segura que en un ratito me volverá a llamar.

Al terminar el desayuno, fui rápido a la habitación para prepararme porque había quedado de juntarme con Charles a las 12 am para ir a navegar con Carlos.

Me puse mi bikini negra favorita, busqué los anteojos mas chic que tenía, me puse un vestido corto negro de hilo y armé un bolso con las cosas típicas de playa o para navegar en este caso, como toallas, protector solar, entre otras cosas. Agarré el celular de trabajo el cual lo dejé cargando a la noche para poder generar contenido y además agarré mi celular de uso personal y fui al hall del hotel a reunirme con Charles.

Cuando bajé lo vi a Charles vestido con una camisa blanca y unos shorts de playa que en conjunto resaltaban el azul de sus ojos y cuando lo saludé sentí su exquisito perfume francés. Sentí como que el tiempo pasaba más lento mientras él sonreía hacia mi.

Charles: - ¿Estás lista para salir?-. Asentí con mi cabeza y me llevó al auto que usa en Italia, una Ferrari roja, claramente. En el camino al puerto puso música fuerte y los dos empezamos a cantar a los gritos, demás está de aclarar que ninguno de los dos afinó una nota.

Nos encontramos con Carlos e Isa en el puerto.

Ancler:- Hola Isa, soy Ancler y soy nueva en ma escudería, un placer-. Me presenté y le estreché la mano acompañada de una sonrisa.

Isa:- Si, lo sé, Carlos me cuenta todo lo relacionado al trabajo-. Lo miró a Charles y le preguntó: - ¿Y Charlotte dónde está? Esperaba que nos acompañe ella hoy-. Sentí que fue un comentario pasivo agresivo porque yo esta allí en vez de la novia de Charles, pero tampoco le di mucha importancia porque lo considero como un amigo y además estoy en una relación de años.

Charles: -Ella está en Mónaco por trabajo-. Respondió de forma un poco seria.

Carlos: - Buenos, vaya, subamos de una vez que el día está perfecto para salir a navegar-. Exclamó para cortar un poco el ambiente pesado que se había formado.

Navegamos un rato hasta que Carlos encontró el lugar perfecto para anclar el barco y así podíamos relajarnos y almorzar algo. Luego de charlas triviales Isa comenzó a hacer preguntas más personales, las cuales respondí sin problema, ya que me considero un libro abierto.

Isa: -Ancler, dime ¿estás en pareja?-. Preguntó mostrando mucha curiosidad.

Ancler: -Si, estoy hace 5 años de novia con Maximiliano y hace unos meses me propuso casamiento y acepté-. Le contesté mientras le mostraba el anillo de compromiso que llevo siempre puesto.

Isa: -Buenísimo, así no se van a generar malos entendidos-. Dijo en tono desafiante, supongo que cree que pasa algo entre Charles y yo pero no puede estar más lejos de la realidad porque primero ambos estamos en pareja y segundo somos prácticamente dos extraños. - Y... ¿cuándo es el gran día?-. Agregó.

Ancler: - Todavía no pusimos fecha porque nos estamos mudando a otro país y además con mi nuevo trabajo viajo mucho y es un tema que no hablamos bien, pero supongo que en algún momento de este año celebraremos la boda-. Le respondí.

Luego de almorzar y de admirar la gran belleza de las costa italiana Chales me preguntó :- Ancler, ¿quieres ir a dar una vuelta en la moto acuática conmigo?-.

Ancler: -Claro que sí-. Dije exaltada porque amo andar en este tipo de motos.

Nos pusimos los chalecos salvavidas y nos subimos a la moto acuática que nos prestó Carlos. Charles fue quién manejó, fuimos rápido, saltamos y en un momento en medio de la nada apaga el motor y dice: -Saltemos al agua y disfrutemos del mar-. Y así fue como ambos nos tiramos al agua. Estaba hermosa, estaba calentita y comenzó a caer el sol. Nos miramos, fueron de esas miradas que hacen que se detengan el tiempo, el corazón se me aceleró y el me sonrió a lo cual respondí también con una sonrisa tímida.

Luego volvimos al barco con Isa y Carlos para poder volver al puerto y volver al hotel, porque ya de estaba haciendo de noche.

Al llegar al puerto Carlos e Isa se despidieron y quedamos Charles y yo solos nuevamente.

Charles: -¿Te parece de ir a cenar algo rápido y luego vamos al hotel?-. Preguntó rascándose la cabeza de forma tímida.

Ancler: -Dale! ¿A dónde quieres ir?-. Le pregunté y en mi mente pensaba que no sea un lugar muy elegante porque estaba vestida con ropa de playa y estaba despeinada por haberme tirado al mar anteriormente.

Charles: -Vamos a ir a uno de mis lugares favoritos, suelo ir cuando no quiero que me vean porque no es muy conocido-. Contestó.

Llegamos a un restaurant elegante, estaba iluminado con velas y nos llevaron a la mesa regular de Charles, era en la terraza y solo había una mesa armada, la cual era para nosotros.

Charlamos toda la noche, la conversación con él se da fácil y siento que no es forzado, cuando estoy con el siento que puedo ser yo misma y que no tengo que ocultar nada.

Al salir del restaurant estaba lleno de fotógrafos y reporteros y todos preguntaban si yo era la nueva novia de Charles porque hace días que no se lo ve públicamente con Charlotte. Para salir más rápido del lugar Charles me agarra de la mano y caminamos tapándonos las caras aunque fue en vano porque cualquiera nos podía reconocer en las fotos que tomaron, me abrió la puerta del auto y nos fuimos li más rápido posible.

Charles: -Perdón, no quería que esto pasara, espero que no te genere conflictos con tu prometido-. Dijo de forma apenada.

Ancler: -No tranquilo, él entenderá la situación perfectamente-. Mentí, ayer no lo llamé hoy tampoco, ni siquiera vi mi celular y si ve estas fotos estoy frita. -Espero que no te genere problemas con Charlotte-. Agregué.

Charles: - Nuestros problemas no son por algunas fotos, tenemos asuntos que no podemos resolver, no se si la relación pueda durar mucho más-. Dijo con voz enojada y triste a la vez.

Llegamos al hotel, el me acompañó a la puerta de mi habitación como lo había hecho la otra noche y nos despedimos diciéndonos buenas noches.

Antes de acostarme me bañé, luego me puse el pijama y por último antes de dormirme veo mi celular después de todo el día.

Ancles: -¡Maldita sea!-. Me dije a mi misma, tengo 10 llamadas perdidas de Maxi y no lo puedo llamar ahora es muy tarde allá.

Mi vida en la fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora