LOS SONIDOS DEL SILENCIO

Maybe Next Time

Maybe Next Time—Jamie Miller

Charles Bukowski dijo: —"Todavía me preguntó a qué sabrán sus labios, cómo se sentirán sus caricias. Pero siempre me lo voy a preguntar porque nunca sabré la respuesta..."

Era domingo por la mañana, el día de anteayer Jimin me había preguntado si Jungkook me gustaba y lo negué. Me sentía como el apóstol amigo de Jesús que lo negó tres veces; porque después de negárselo a él, se lo negué a Yoongi y después a Taehyung.

—¿Por qué lo niegas? Es tan obvio que te gusta...—Taehyung se recostó en el pasto y suspiro.

—Porque en alguna parte del camino quiero que me ame, se convirtieron en sinónimos de no quiero perderlo. A veces el amar no significa que siempre serás correspondido.

Y llegamos a hoy. Domingo por la mañana; siendo despertado por el ruidoso de Kai que cantaba a todo pulmón en la ducha.

Estaba viendo el techo; repitiéndome a mí mismo que esto era lo correcto. Que ayudar a Jungkok a estar con Jimin estaba bien.

Y me conozco, no iba a cambiar mi esencia sólo porque me rompió el corazón.

Yo decidí amarlo, y yo decidiría el momento en que esto terminará.

Y seguiría amando los giraloses que le da a él, porque eso no impide que tenga que odiar mis flores favoritas.

Seguiría viendo las nubes en forma de nada hasta encontrar las formas que tanto él veía, pero algún día, con una persona que me amará como yo a él.

Y seguiré amando el mar como lo amé a él, recordando atardeceres que no nos pertenecen, y deseando amaneceres dónde este dolor desaparezca.

Eso era lo correcto.

Pero... ¿por qué estaba llorando?

El nudo en la garganta que estuve aguantando desde hace varias semanas y que tanto parecía querer ahogarme, salió en un quejido de dolor; tanto que cubrí mi boca rápidamente para no ser escuchado y limpiaba las lágrimas que brotaban de mí como si de un río se tratara.

Quería que este dolor parara.

Pero no lo hacía.

Porque decir que lo amaba se quedaría corto. Él hacía más que eso, hacía que me brillara la vida.

Cuando lo conocí, estaba roto. Y sus pedazos fueron pisoteados. Su sonrisa no llegaba a sus ojos. Y aún así, me pareció arte sus cicatrices. Quería convertirme en la persona que aún con su alma rota, pudiéramos, tal vez, conseguir pedazos nuevos. Buscar en este mundo de caos su sonrisa perdida; ser yo quien adornará con tatuajes de besos sus marcas, hasta que su propia sonrisa le llegara a los ojos.

Pero no era yo.

Y quería que estos sentimientos pararan, pues no quería ser un mentiroso con máscara frente a él.

Pero el narrador de mi mente estaba de su lado y mi corazón quería pertenecerle.

Lo amé... realmente lo amé. Y quisiera decir que estoy en lo correcto al hablar en pasado, pero lo amo, realmente lo amo.