24 Someone wants me dead.

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24. Someone wants me dead. 

Kim le había dicho una vez que él tenía secretos de Korn que Ché no podía saber porque estaría en peligro. Porsché estaba seguro de que Kim no le contó eso estando consiente y era lo que más le preocupaba, aquellos traumas de la infancia estaban matando a Kim de a poquito y él no tenía a nadie con quien comentarlo. Tenía miles de preguntas, ¿cómo fue posible que el padre de Kim asesinara a su propia espesa y madre de tres niños? ¡Era una locura! Ché ya sospechaba que Korn era una persona... oscura, no supo nunca porque pero lo presentía, y no se equivocaba. Dejó a tres niños sin madre, y se preguntaba ¿por qué? Pero lo que más llamaba su atención era... ¿Por qué Kim lo sabía? Estaba seguro de que ni Kinn ni Khun tenían idea de lo que su padre había hecho, entonces... a eso se refería Kim cuando también le dijo que ahora era una amenaza directa para su propio padre, Kim al parecer sabía muchísimas cosas.

Mientras lo veía dormir plácidamente encima de las sábanas blancas, Ché decidió hablar con Aleksander, necesitaba comprender que tantas cosas habían sucedido anoche para que Kim llegara en aquel estado. A Ché le había dolido las duras palabras de Kim, pero también sabía que en ese momento no era exactamente su novio el que hablaba si no el dolor que provocaba la abstinencia, esas ganas de mandarlo todo a la mierda y consumir, Kim había estado haciéndolo durante seis años, Ché entendía bien lo que estaba sintiendo, y él había decidido quedarse a pesar de saber lo duro que sería. ¿Qué si se arrepentía? No, Ché no iba lamentar nunca haberse enamorado de Kim.

Aleksander abrió la puerta encontrándose con Ché que le obsequió una sonrisa, el labio de Alek estaba tintado de morado.

– Hola, Ché – saludó con una sonrisa – ¿Pasa algo?

Ché movió la cabeza – ¿Puedo...? – señaló el interior de la habitación.

– Sí, por supuesto – el guardaespaldas se hizo a un lado y Ché entró.

Era más pequeña que la que estaba compartiendo con Kim pero seguía siendo lujosa y ordenada, con una bonita vista.

– Tengo té de jengibre, lo ordené hace poco –

Ché sonrió y negó – No, gracias. Em... yo quería hablar contigo –

El guardaespaldas ruso ya tenía su uniforme puesto, se cruzó de brazos.

– ¿Sobre qué?

Ché enmarcó una ceja – Ay, Alek... tu sabes sobre qué – puntualizó

Alek respiró hondo, asintió.

– Kim estaba extraño desde que salió de la habitación anoche, usualmente, jamás está tenso antes de una reunión, y anoche lo estaba, pensé que ustedes habían tenido alguna discusión... entonces, los Bakker le dieron prueba de la droga que los chinos están exportando, creo que Kim estaba en una de sus crisis de abstinencia – dijo Alek y bajó los hombros, se veía culpable – El no recuerda nada. Cuando terminó la reunión, ambos salimos, pero Kim se desvió a un Club, dijo que quería tomar algo así que lo acompañé, pidió un whisky, luego... quiso consumir las pastillas, pero traté de evitarlo... así que... me golpeó, y el otro guardaespaldas que nos acompañaba, Travis... pensó que yo le estaba haciendo algo a Kim y me golpeó también, pero luego Kim lo golpeó a él...

Ché parpadeaba, asombrado – ¿Kim te golpeó por la droga...?

– Solo quería evitarlo, sabes que quiero mucho a Kim, y a ti – Alek bajó la mirada – No quería que sufrieran... y sé lo mal que se pone Kim cuando consume.

El más joven se acercó y colocó una mano en el brazo de Alek.

– Gracias, Alek – musitó Ché – Y lamento lo que te hizo Kim, él no estaba bien.

Why'd you only call me when you're high? - KIMCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora