25 Making decisions.

965 94 108
                                    

25. Making decisions

Kim observó a Ché dormir hecho un ovillo, anoche había sido difícil. Y las sospechas de todos se alertaron, alguien quería hacerle daño a Ché y a Porsche, en todos los atentados estaba Ché y su hermano involucrados, no era... casualidad, era un plan, y Kim sentía el hervor de su sangre mientras veía a su ángel dormitar con una ligera arruga en la frente.

[Kinn Theerapanyakul]

Kim, Pete se encargó de investigar...

Pero no encontró nada diferente.

Kim miró la pantalla de su celular, en el fondo tenía esperanza de saber de quién se trataba, pero todo apuntaba a la misma persona.

Ché era una persona fuerte, a pesar de su nobleza, cuando Kim se reunió con él en la mansión, prácticamente lo asfixió en un abrazo y Porsche relató lo que había sucedido.

Sintió un agudo temor recorriéndole la espalda porque no podía idealizar un universo sin él. Y en este mundo, incluso un pez gordo como Kan podía morir desprevenidamente, él era un hombre que llevaba años en el negocio, astuto e inteligente, y sin embargo, murió. Kim sabía desde joven que tanto él como sus hermanos estaban expuestos a una cruda realidad, el peligro inminente, la muerte siendo su más fiel compañera, y Kim lo entendía, se había... resignado hace muchísimo tiempo, pero Ché no, por eso cuando llegaron al apartamento, el jovencito lloró amargamente en sus brazos, Kim recordaba secar sus lágrimas y besarlo con tanto amor, quería que se sintiera protegido, en casa... pero sabía una cosa, mientras no mate a la persona que quiere joder a Ché, nadie iba a estar tranquilo.

Se unió después de una ducha rápida con Alek, Tong y Big que lo esperaban en la sala del apartamento tomando café, Alek un jugo de naranja.

– Buen día, Jefe – saludó Tong – ¿Cómo se encuentra Ché?

Kim tiró su cabello húmedo hacia atrás – Durmiendo, no pasó buena noche – contestó – ¿Algún dato del ataque? Kinn no ha encontrado nada.

Big unió sus manos – No, nada Kim... cuando llegamos se habían marchado, imagino que fue porque no encontraron lo que estaban buscando.

– ¿Registros de cámara?

– Borrados – contestó Alek – Alguien ya había entrado al sistema de cámara del hospital, cuando pedimos las grabaciones no se encontró nada desde las nueve que Ché entró, hasta las dos de la madrugada.

Kim asintió – Son patrones, la misma persona con diferentes grupos de ataque – comentó – ¿Han reconocido a alguien de las personas que te atacaron, Big?

– De hecho, no – respondió – Ninguno tenía identificación

– Es como si no existieran, cualquier dato de aquellos bandidos estaba eliminado – dijo Tong – Puedo buscar muertes cibernéticas pero eso me tomaría un mes o dos. Debo comunicarme con un amigo hacker, pero tardaría...

– No tenemos tiempo para eso, de todos modos ya están muertos – dijo Kim –

En ese momento, el celular de Kim vibró:

[Ché]

P'Kim, ¿puedes subir?

[Kim]

Enseguida voy.

Kim subió las escaleras y llegó a su habitación, allí ya estaba Ché, sentado en la cama, tenía los ojos hinchados, la cara escurrida demostrando notablemente su tristeza, sus ojos... oscuros sin ningún brillo, Kim quiso matar y comer del muerto al responsable del disgusto de Ché, usualmente, él era su rayito de luz, la felicidad que desbordaba Ché en cualquier momento era contagiosa y Kim lo adoraba, ahora parecía una flor marchita, y odiaba pensar que era por su culpa. Porque de no haber enamorado a Ché, quizá él... tendría una vida común y corriente, feliz y trabajaría en el hospital como siempre ha querido, a salvo de cualquier mal, en vez de eso, le arrebató la tranquilidad... era un puto egoísta. Y por eso, Ché merecía una versión más jovial de Kim, una versión menos jodida...

Why'd you only call me when you're high? - KIMCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora