CAPITULO 28

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No todo podía ser tan perfecto,
No en estos momentos.

Camelie.

Mikele me levanta cuando llegamos, antes de salir entro al baño del jet y me lavo la boca, en el espejo veo que el chupón parece un hematoma. Salgo del baño y Mikele me espera en la puerta, bajamos del jet y nos subimos a un carro que mando a traer, bueno, supongo eso porque le entregan las llaves a él y no a mí.

Subimos a el carro, el conduce y yo de copiloto, lo único que sé escucha son nuestra respiraciones y las canciones que se reproducen.

— Necesito hacerte una pregunta —digo y él voltea a verme.

— Pregunta lo que quieras, princess.

— ¿Me amas?

— No.

Dice eso y siento como mi corazón se apachurra, asiento sin ganas y él continúa.

—Eres la luz en las penumbras de mi vida, eres esa llama que mantiene caliente mi frío corazón, eres esa divinidad a la cuál le rendiría devoción. Te diría que te amo, pero esas palabras se quedan cortas para describir lo que yo siento por tí, algo que es más grande que el universo, más grande que yo, es algo que no puedo describir simplemente con un te amo, mi princesa. Lo que yo siento por ti es algo inefable.

(Inefable: hace referencia a lo que no se puede describir ni expresar, algo tan fuera de lo normal que las palabras no logran explicarlo. Puede expresar algo increíblemente positivo)

— ¿Cuánto tiempo te tomó aprender eso?

— Ni idea, se me ocurrió ahora.

— En pocas palabras dijiste que me adoras más que a ti mismo.

— Eso mismo dije.

— Eso es increíblemente asombroso —digo y él se ríe.

— Lo es.

— Yo también te adoro, Mikele.

Una sonrisa se instala en su rostro, y en el mío también, para que negarlo.

El viaje va transcurriendo en total silencio, y yo como no me sé quedar callada cuando estoy con él digo:

— Existen amores que solo sirven para crear guerras, y también hay amores que sirven para avanzar de las guerras, superarlas y hacer más fuerte el amor; espero que nuestro amor sea el segundo.

Digo de la nada y él voltea a verme.

— Te juro que lo es, princess.

Sonrió y él hace lo mismo.

— Andas muy risueño —digo.

— Tú me pones así, antes solo sonreía una vez por semana.

— Cuatro por mes.

— Algo así.

Después de eso el viaje continua en total silencio, lo único que sé escucha es photography de Ed Sheeran.

Hmm, we keep this love in a photograph
We made these memories for ourselves
Where our eyes are never closing
Hearts were never broken
And time's forever frozen, still.

Minutos después llegamos a el lugar, por obra y gracias del universo no habían inaugurado todavía, no sé si es porque Maliet quería que su hermano y rey estuviera o solo llevamos temprano.

LO BUENO DE LA GUERRA [BIOLOGÍA CM #1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora