CAPITULO 5

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Aquí siempre estaré.

Camelie Shellbia.

Han pasado 1 mes desde que no hablo con Mikele, me llama todos los días o me manda razones con Maliet o Shalú, que en estos días oficiaron su relación después del tratado de paz en dónde ví a Mikele.

Ese día del tratado de paz que fue hace aproximadamente una semana, lo hicimos en el coliseo dónde se reunió mi pueblo.

Le devolví la ciudad y firmamos el acuerdo de paz y dónde Máxime se hacía propietario de Pulchritudo.

El estaba ahí, mirándome mientras daba mi discurso o el daba su discurso. Nuestros padres no fueron los que hicieron el tratado de paz, fuimos nosotros y ellos firmaron como testigos.

Fue nuestra primera acción oficial como herederos, lo ví con unas ojeras no muy notorias pero se veía cansado y no se por qué quise hablarle pero no lo hice.

Me sigue doliendo lo que ví y se que debemos hablar, soy fiel amante de la comunicación pero en éstos momentos no.

Ese día trato de hablar conmigo pero como siempre lo esquivé y no le dí la oportunidad.

Vaya que se ha estado esforzando, mando un arreglo de tulipanes con una nota que decía que habláramos, pero en éstos momentos estoy mal.

No solo por el hecho de que ya no esté con él, mi ancla emocional que era él se desvaneció y me dió mucho más duro lo que esperaba el tema de la violación.

Empecé a tomar pastillas mediadas, adelgacé, mi cabello estaba perdiendo el brillo, yo estaba perdiendo el brillo.

Cuándo me alejé de él me sentí sola y desprotegida, no dejaba que nadie me abrazara o tocará porque podía entrar en pánico. Mi gusto por vestir bien se fue, ahora solo uso cosas básicas.

Cuando tengo que actuar como reina me muestro sin miedos, hermosa y triunfal. Tal como debería ser una monarca. Con la vida perfecta que tengo todos me envidiarán hasta que se enteren de lo que su reina pasó.

Me he sumergido tanto en ese poso que no quería, dejé de hablar con Shalú, dejé de hablar con mi hermana, dejé de hablar con mis padres, dejé de hablar con Brenly, dejé de hablar con Maliet y con Mikele.

Hablo con ellos únicamente para dar órdenes o ponernos de acuerdo en cosas exclusivamente de monarcas, cuando quieren hablar de otra cosa me voy.

Empecé a tomas pastillas para dormir porque empecé a desarrollar insomnio, me quedaba en mi habitación llorando hasta que me dormía y no pasaba mucho que me despertaba por mi tormento.

Me estoy dejando hundir, me estoy acabando y no hago nada para evitarlo, simplemente existo. Me llenó de trabajo para no pensar en nada, cómo monarca me volví más cruel.

Los que han cometido asesinatos, violaciones o secuestros los mató. No les doy cadena perpetua como lo hacía antes.

Los que han cometido delitos menores, manejar ebrio, robar, peleas clandestinas, etc. Les doy una sentencia tan absurda que yo sé que está exagerada pero no me importa.

-Princesa -entra Shalú con una bandeja de comida- sus padres le mandaron el almuerzo ya que no quiso bajar.

-Dejala ahí -señalo el tocador y sigo leyendo uno de los libros que me regaló Mikele, villano con corazón de héroe- cuando te encuentres con mis padres diles que iré a Vis, estaré con Brenly unos días.

-Sí, princesa -hace una leve reverencia y se va.

Me duele que me trate como si no fuera mi mejor amiga, pero no quiero amigos, solo quiero existir, me he dejado hundir horrible, estoy segura que no he tocado fondo pero muy pronto lo haré.

LO BUENO DE LA GUERRA [BIOLOGÍA CM #1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora