CAPITULO 19

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De vuelta a la realidad.

Camelie.

Al despertar Mikele no estaba en la casa, lo busqué y no encontré nada de él. Supuse que se fué, no me molesta, tenemos obligaciones.

Me levanto, me ducho, salgo a la cocina esperando que no haya nada ahí, pero si hay. Al abrir los estantes todo está lleno de comida al igual que el refrigerador.

Cocino spaghetti aglio e olió, es uno de mis favoritos, amo con todo mi ser el spaghetti.

Termino de comer y hago lo que no hice después de ducharme; revisar el closet, me llevo una maravillosa sorpresa, si hay ropa y parece de Mikele, pero él dijo que nunca había estado en esta casa.

Algo raro está pasando aquí...

Sin pensarlo mucho me colocó una sudadera (pantalón) negra con los bordes rojos, y la blusa que tenía ayer.

No tengo ni puta idea de cómo me puedo comunicar con mi consejero, necesito irme para mi reino ya. Dejé mis obligaciones a medias, tengo muchas cosas que hacer, y aquí estoy, en “vacaciones”.

Dudo que mis padres estén al tanto, así que cuando llegue les contaré todo, desde el inicio hasta el final. La confianza con ellos es increíble, a pesar de todo los amo y sé que ellos a mí.

Me siento en el sillón de la sala pensando en que hacer, cuándo subo la mirada en el estante que está frente a mí hay un celular y una carta a su lado.

Tomo la carta y la abro, la caligrafía de corrida plasmada en la hoja con tinta negra.

Princess, si estás leyendo esto tal vez ya no esté ahí contigo, te pido disculpas por ello, pero aún sigo siendo el principe y tengo muchísimas cosas que hacer, aunque quiera estar contigo tengo mis obligaciones.

Mi cumpleaños se acerca, hasta ese día nos veremos, creo que sabes cuándo es, y si no lo sabes es el 31 de octubre. Nos veremos dónde gustes, te lo debo.

Te preguntarás ¿Por qué te fuiste? Te cuento, me llegó una llamada de Luegan, tengo varias reuniones atrasadas, las creaciones de varias cosas también las tengo pausadas.

Hay otra cosa... No me he atrevido a decírtelo de frente, sí, está mal y me merezco lo peor, pero Camelie... Me voy a casar.

Para ser rey tengo que estar comprometido al menos, sentar cabeza, y no porque mis padres lo hayan dicho, solo por el hecho de que no puedo ser rey sin una reina...

No sé si esto te vaya a doler o no, pero sé que eres fuerte y lo superarás, sigo siendo tu amigo, cómplice y paño de lágrimas.

De verdad lo siento, Camelie. Esto es de algo que me arrepiento totalmente, cosa que nunca pasa.

Con tristeza, tu estrella.

No me dí cuenta que empecé a llorar hasta que las lágrimas salpican la hoja. Nunca me esperé esto. Bueno, no ahora.

Mi cuerpo de la nada desarrolló un leve temblor, y las lágrimas no paran de salir ¿Por qué? ¿Por qué lloro? ¿Por qué siento un vacío en el corazón? ¿Por qué siento miles de dagas clavándose en mis entrañas? ¿Por qué siento que mi mundo se tambalea?

En algo tenía razón, me va a doler, pero soy fuerte y lo superaré. No lo volveré a ver, mi guerra, mi vida, mi reino. En eso él no entra.

LO BUENO DE LA GUERRA [BIOLOGÍA CM #1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora