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Eventualmente lo alcance y le quite la bola de algas con la que estaba jugando, regresamos y deje a ambos con un bowl de agua fresca junto al desayuno que Katia ya les tenía preparado, no daré detalles pero estos dos comen mejor que yo, salude a la mujer quien como siempre me ofreció una taza de café que negué ya que solo quería llegar a casa y  tomar un baño.

~ Dios mio! Tu vas a provocar que me enferme de los putos nervios! - me grito mi exagerada amiga cuando cerré la puerta corrediza de vidrio y me quite los tenis deportivos.

~ Lo siento Oli, tranquilízate, estaba ejercitándome un poco, ya me dolía el cuerpo de no moverme - eso es verdad, después de estar acostumbrada a cierta rutina física, el cuerpo comienza a doler si no vas y corres un poco como mínimo.

~ Eso veo, estas llena de arena y algas - dijo ella - toma un baño, tu empleada delincuente esta haciendo el desayuno.

~ Si señora - bromee para después salir corriendo escaleras arriba, no me juzguen, corría el riesgo de que la rubia me golpeara, nadie puede llamarle "señora" nadie excepto yo claro esta.

Esta vez no me tome mi tiempo para relajarme, simplemente tome un baño rápido y me preocupe por buscar algo en mi guardarropa que no fuesen hoodies, joggers o ropa holgada, fue difícil pero logre encontrar unos jeans y me puse una blusa verde de manga corta que se ajustaba a mi cuerpo, para después ir en busca de mi desayuno. 

No puedo acostumbrarme aun a tener a tantas personas en mi casa, normalmente y como ya lo he mencionado anteriormente, suelo estar sola o con Oli paseando por ahí, sin embargo la chica no duraba mas de 3 o 4 días en la casa, sabe que mis espacios de paz son importantes y a veces necesito estar sola.

Al bajar Beth me intercepto escondiéndose detrás mio, casi haciéndome tropezar.

~Ah no! Ven acá! - grito la rubia corriendo tras Beth, quien al verla acercarse me soltó y salio corriendo detrás del sofá.

Decidí no darle mucha importancia y simplemente seguí mi camino a la cocina, si me involucro quien sabe que deba comprarle a Oli ahora.

Como sea, no se que es lo que sea que prepare Dasha pero puedo asegurarles que huele muy bien, entre a la cocina y me senté en la isla a ver como ella seguía concentrada en su preparación, la chica el día de hoy se veía cansada, la delataban sus movimientos lentos y pausados, ademas de los repetidos bostezos que pegaba cada tanto, me pregunto si la medicina realmente le fue útil. 

La chica suspiro, dejo el sarten de lado y se dio media vuelta, aparentemente buscando algo, sin embargo al verme dio un pequeño salto del susto, creo que no se había dado cuenta el momento en que llegue, aunque eso es mi culpa al no saludar cuando entre a la cocina.

~ ¿Cuanto tiempo llevas ahí? - pregunto la chica, se veía nerviosa, tal vez por el mismo hecho de que la sorprendí. 

~ No mucho en realidad, un par de minutos, escuche que preparabas el desayuno y se me ocurrió venir a ver que tan buena eres cocinando, no quiero intoxicarme o algo así.

~ Estoy segura de que te voy a sorprender -  respondió la chica recuperando su confianza de siempre - hice un platillo que mi madre solía prepararn.. prepararme - dijo la chica y claro que no pase por alto el hecho de que corrigió su oración. - se llama Sirniki, debo confesarte que mi abuela era rusa y crió a mi madre con estas delicias en el desayuno, pero! - Dash camino rápidamente al refrigerador y saco una especie de tarta, corto un pedazo de esta y la coloco en un plato frente a mi. - hice esto especialmente para ti, se llama sharlotka y como se que no desayunas pesado creí que una rebanada y algo de café seria perfecto para ti. 

No sabia que decir, así que me limite a sonreirle e ir en busca de mi acostumbrada taza de café, para después ayudarle a la chica a llevar la comida a la mesa y servir a cada una de las personas reunidas, después de algunos comentarios por parte de Chris sobre lo extraño que le parecía el desayuno y el regaño de mi madre por considerar grosero a mi hermano, yo volví por mi porción de "pastel" de la barra, junto con mi café y me senté en la mesa a un lado de mi pequeña sobrina.

Maldita coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora