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~ No estoy segura de que me agrade - dijo Oli mientras se quitaba los tacones en la sala, cosa que por cierto odio, si algo deberíamos aprender de los japoneses es aquella costumbre de quitarse los zapatos antes de entrar al hogar, no es que sea una obsesiva de la limpieza ni nada por el estilo, pero lo considero adecuado, yo no se lo que pisaste ahí afuera y me gusta sentarme en el piso cuando hace calor, entonces aleja tus sucios pies de mi piso.

~ ¿A que te refieres? - dije a la vez que recogía sus tacones para llevarlos al recibidor, junto a mis tenis blancos y las zapatillas de Dash quien hasta el momento ha seguido mi regla.

~ No lo se, me parece extraña y poco comunicativa. - contesto ella y yo reí por lo absurdo que sonaba eso ya que yo misma me portaba así de vez en cuando.

~ No seas celosa, puedo salir de compras contigo también cualquier día de estos.

~ Ja! Que graciosa. - dijo ella de mala gana mientras yo volvía a la sala a sentarme a un lado suyo. - ¿Qué tienes planeado para celebrar que terminaste la película? - Preguntó la rubia cambiando de tema mientras me abrazaba y acariciaba mi cabeza, se sentía muy bien.

~ Si te soy honesta con todo lo que ha pasado no he tenido cabeza para pensar en celebraciones. - dije cerrando mis ojos. - Tal vez solo haga una cena o me presente a alguna de las fiestas que haga el elenco, ya sabes que a los actores jovenes les encanta presumir sus logros.

~ ¿Celebras el fin de una grabación? - una voz en la escalera llamó mi atención, era Dasha, quien al parecer ya había tomado su baño o simplemente prefirió no tomarlo ya que eso fue muy rápido.

Me levante a pesar de que Oli puso cierta resistencia ante lo que quería hacer, al parecer estaba mas cómoda de lo que pensaba pero de igual forma me levante para invitar a Dasha a sentarse con nosotras y una vez que lo hizo respondí a su pregunta, recostando nuevamente mi cabeza en el hombro de la rubia.

~ Ocasionalmente organizamos pequeñas reuniones con las personas involucradas en el rodaje y esas cosas pero como habrás notado, no tengo muchas ganas de organizar nada.

~ Bueno, no tienes por que organizarla tu, para eso tienes a Olivia, dile que empiece a trabajar. - dijo ella, yo cerré los ojos y casi al instante llego la respuesta de Oli, digo casi por que la chica tomo una gran bocanada de aire antes de responder.

~ Soy su representante - dijo Oli con molestia, lo notaba por su tono de voz y la manera en que se levanto de su sitio para tener un mejor control de la situación - No una organizadora de fiestas.

~ ¿Cuál es la diferencia? - respondió Dash igual de molesta, ¿Qué les sucede?

~Mi trabajo es darle trabajo, no ser su sirviente.

~ Ehm.. ¿Chicas? - Había demasiada tensión en el aire.

~ Como sea, estamos en los ángeles! Si tu no quieres trabajar podemos encontrar una fiesta todas las noches no pasa nada! - dijo la chica con energía e interrumpiendo la replica de mi amiga.

~ Tienes toda la razón pero estas fiestas no son seguras y tampoco estamos invitadas a ellas - comento con ambas manos en su cintura arrugando un poco la blusa blanca que llevaba aquel día debajo de uno de sus trajes negros.

Dasha soltó un bufido, parecía aburrirle la situación y Oli por otra parte la miraba como si quisiera matarla, yo preferí quedarme callada, no es la primera vez que me encontraba en medio de una posible guerra entre Oli y cualquier otra persona que no le agrade, si decía algo tendría que pagar otro desayuno.

Note que la rubia iba a decir otra cosa pero su celular comenzó a timbrar y yo agradecí a quien quiera que estuviese en la línea; Se veía tan poderosa con ese traje perfecto que llevaba, la posición en la que estaba y la seguridad con la que hablaba, admiro a Oli desde siempre y admiro todo lo que ha logrado por su cuenta, sin la necesidad de que nadie, absolutamente nadie, ni si quiera un titulo universitario le ayude, supongo que he ayudado un poco pero es que realmente yo solo le di un nombre a lo que hace, Oli se esfuerza todos los días y le da alma a su trabajo, mi vida no tendría un orden sin la locura de la rubia.

Maldita coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora