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El día estaba precioso, las nubes adornaban el cielo y el calor en los ángeles casi desaparecía por completo, podría ser perfecto pero el pequeño detalle de mi amiga cantando en el asiento del copiloto no es lo que yo tomaría como concepto de perfección.

~ Olivia juro que si no te callas pronto voy a bajarte en mitad de la autopista. - le grité apretando un poco el volante.

~ Se acabo mi horario de trabajo - dijo ella dejando de cantar por unos segundos - no eres mas mi jefe así que cállate y déjame cantar con Demi, ¿si? Gracias que amable eres Ally. - y siguió cantando, ¿si la tiro por la ventana y digo que fue un accidente me creerán?

~ Te hubiera dejado en el restaurante. - comente y ella empezó a reír.

[...]

Después de casi una hora y media de "cantos" al fin llegamos a mi casa, estacione mi jeep, frente a la cochera y Oli comenzó a quejarse sobre el que le haría caminar hasta la entrada, yo simplemente seguí mi camino hasta la puerta y entre, dejando las llaves en la pequeña mesita que tenia en el recibidor, me quité los zapatos y fui directo a la cocina con Oli pisando mis talones.

~ Hablaré con el señor Becker sobre tu contrato esta misma tarde, si es tan eficiente como lo parece estaremos firmando mañana mismo y comenzarían a trabajar en un par de días, si las cosas se entorpecen tal vez en una semana, todo depende de cuanto tarde en proporcionar al escritor. - dijo Oli, mientras tomaba una caja de galletas de mi estantería, mientras tanto yo intentaba abrir un frasco de mermelada que tome de por ahí y no estaba prestándole mucha atención en realidad, no quiero discutir ese tema y creo que no lo disimulé muy bien.

~ Al estoy hablando contigo - dijo ella quitándome el frasco - ¿Estas de acuerdo con firmar este contrato? - Yo no la miraba, no sabía que decir, pensé que ella ya lo había decidido y no quiero arruinar sus planes.

~ Creo que es... - comencé pero fui interrumpida para después quedarme estática.

~ ¡Sabía que había escuchado algo! ¡Ladronas de galletas! - ese era... ¿Chris?

~ ¡Chris! ¡Charla de negocios! - gritó Oli como si nada, como si la presencia del chico no fuese algo realmente anormal.

~ Lo siento pero con su alboroto tampoco me dejaban trabajar a mi - dijo mientras comía de las galletas de mi amiga; si, definitivamente ese era mi hermano.

Chris era un chico alto, 26 años, de pelo negro al igual que yo, ojos negros y de cuerpo atlético; el es una especie de hombre salvavidas, es un especialista en psicología y lleva casos difíciles en su consultorio, sin embargo también es un gran artista y todo lo que gana con sus pinturas y obras de arte lo usa para apoyo de sus pacientes.

~ ¿¡Cual alboroto!? - grito Oli, mi hermano solo se encogió en hombros y volteo por fin hacia donde me encontraba para darme un abrazo.

~ Hola hermanita, perdón por colarme en tu casa pero quería darte una pequeña sorpresa - Dijo el con una sonrisa.

¡Ah! Dato importante, hacía 4 años que no veía a nadie de mi familia, no sabía absolutamente nada de ellos, así que lo abrace y de no ser por Oli, me hubiese puesto a llorar.

~ ¿Que haces aquí? - lo solté por unos segundos y lo inspeccione de pie a cabeza - ¿Por que?

~ ¡No hay tiempo suficiente para esas preguntas! - dijo Oli apurando a mi hermano - Dile lo de la cena y vayámonos que tenemos que arreglar ya lo de tu mudanza, Ally, me llevo el Audi.

~ ¡Esperen! ¿Mudanza? ¿Cena? ¿Mi audi? - dije tomando el brazo de mi amiga - ¿Tu sabías que vendría? - pregunté a la rubia.

~ Ally, linda. - comenzó a decir la chica mientras me tomaba por los hombros con ambas manos - Soy tu agente, yo lo sé todo. - dijo y comenzó a empujar a mi hermano fuera de la cocina. - ¡A las 8 en Luiggi's llega puntual o no llegues!

Maldita coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora