15

47 2 0
                                    

No se como no pude verlo era idéntica a nosotros, la misma mirada, los mismos gestos, misma nariz, es mas, creo que la única diferencia entre esta pequeña y nosotros, los hermanos, es que su cabello es castaño y no negro, sin embargo era preciosa, vestía un vestido blanco con flores rosadas y un bonito listón del mismo color de las flores sosteniendo en alto una coleta castaña.

~ ¿Tía? - pregunte buscando una respuesta en los ojos de mi hermano a quien rápidamente se le borro la sonrisa y se deslindo de la responsabilidad de la niña.

~ No, no me mires a mi. - Contesto el chico para después abrazar a su prometida y dirigir la mirada a nuestra hermana.

Yo me agache para cargarla y aunque me dolió un poco el movimiento no me fue difícil levantarla, era demasiado ligera y pequeña, también demasiado delgada lo cual llamo un poco mi atención, ¿le habían estado alimentando bien? no lo se, no me lo parece pero no quise decir nada al respecto.

~ Si Lizy, ella es tu tía Alisson - contesto mi hermana a la pequeña, por lo cual la niña con una enorme sonrisa me abrazo fuertemente y comenzó a reír gritando que tenia una tía, era realmente adorable, me dieron unas ganas enormes de apretujarla y mimarla como hacían las madres con sus mocosos consentidos con los que estuve trabajando los últimos meses.

Y ahí fue cuando entendi que la niña no era de Chris y Beth, la pequeña era hija de Jany, mi hermana pequeña, quien al parecer ya no era tan pequeña, Jany se levanto del sofá y camino hasta donde estábamos su hija y yo, dejando notar su abultado vientre de embarazada, era extraño pero al mismo tiempo lindo verla de esa manera, tal parece que "Lizy" tendrá un hermano o hermana.

Cuando se paró frente a mi esperaba ver una sonrisa, alguna mínima muestra de felicidad en su rostro pero para desgracia de mi fragilidad no fue así, en sus ojos no veía nada mas que odio y ¿por que no? Desdén, Parecía que me estaba haciendo el favor de venir.

Debí esperarlo.

~ Suelta a mi hija - gruñó la chica frente a mi con una mirada gélida. - ahora.

Le sostuve la mirada por unos segundos, tal vez minutos pero al final di la guerra por perdida y baje a la niña con cuidado, cuando volví a enderezarme, Jany me estaba esperando de nuevo con su mirada amenazante, sin embargo no vi venir la bofetada que acomodo en mi mejilla aun morada por la golpiza de hace días.

"Jane" escuche gritar a Chris y a Oli pero no me importó, volví a mirar a Jany con dolor, tanto físico como emocional, no me moleste en ocultarlo, ¿Qué caso tenia? 

~ Espere tanto por eso - me dijo por lo bajo para después tomar la mano de su hija y volver donde mis padres. - no la vuelvas a tocar.

~ Bienvenidos supongo - fue todo lo que pude decir cuando la chica volvió a su lugar junto a mi madre.

[...]

No sabía que pensar mucho menos como reaccionar, me sentía una extraña en mi propia casa, una triste existencia en un rincón de su mundo, a eso me habían reducido en segundos.

Yo sabia que Jane me odiaba, le han metido ideas sobre mi desde que ambas tenemos memoria, Jany es la versión sin errores de mi, según las expectativas de mi madre, ella es la hija perfecta... Supuestamente.

Mi madre, ya que hablamos de mi madre. Ella y mi padre eran un asunto muy aparte, a diferencia de Jane ellos demuestran su resentimiento hacia mi en silencio, juzgando todo con miradas acusativas y dando al ambiente una sensación áspera e incómoda.

Notaba como analizaban cada rincón de mi casa, cada cuadro colgado en las paredes, cada decoración rellenando vacíos en las esquinas, veía la aprobación de mi padre al notar lo limpio que mantenía los pisos y el orden específico de las películas en el mueble sobre la chimenea y ¿Cómo no? si aquella manía se la había heredado a el precisamente, la extraña mirada que mantenía mi madre mientras caminaba por mi comedor y rozaba sus dedos por la madera de las sillas, tal vez en busca de astillas o polvo, no lo sé, con esa mujer nunca se sabe en realidad.

Maldita coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora