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No esperaba aquella respuesta, nunca nadie me ha visto con la suficiente atención como para darse cuenta de aquello, las personas comúnmente quieren saber sobre tu éxito y un par de cosas privadas para sentirse cercanos a ti, para creer que confías en ellos o que acabas de crear un lazo que nunca estuvo ahí, es interesante pero a la vez me aterra que esta mujer quiera saber quien soy en realidad, lo que me emociona, lo que me enfurece, aquello que me hace solo una humana mas por que se que todo lo que averigüe lo incluirá en el libro.

[…]

Me encontraba parada al pie de un edificio algo viejo, lo notaba por la estructura y el vecindario, el cual era bastante acogedor, árboles por aquí, unos cuantos soportes para bicicletas por allá, algunas personas conversando en los pórticos de sus edificios, niños jugando en medio de la calle a algo llamado "Stop", era bastante hogareño

~ ¡¿A donde vas?! ¡¿que pasa contigo?! - algunos gritos provenientes del edificio a mis espaldas llamaron mi atención, era una voz masculina y no es que sea muy conocedora pero este hombre parecía muy molesto. - No me importa! de aquí no sales! - volvió a gritar el hombre; después de aquellos gritos se escucho un fuerte golpe y varias cosas cayendo, pero su voz, su voz me hizo reaccionar, no lo pensé 2 veces cuando escuche a Dasha gritando por vaya a saber la razón.

Corrí a la puerta del edificio y subí 2 pisos corriendo como desquiciada, llegue al tercer piso donde una mujer de edad avanzada miraba a la puerta al final del pasillo con cierto temor, ella me miro por unos segundos aferrada al palo de su escoba y después suspiro como si quisiese ayudarme.. pero no lo hizo.

Camine a prisa hasta la puerta e intente abrirla pero estaba trabada, toque y parecía inútil, solo estaba perdiendo el tiempo, di un par de pasos atrás y de una patada rompí el picaporte y un poco de la puerta,que por cierto era de muy mala calidad, al entrar al departamento los gritos y el llanto se hicieron mas fuertes camine hasta el arco de la primera puerta a la derecha y vi a un hombre gritando y maldiciendo a una esquina del salón, donde Dasha se encontraba en posición fetal.

Ambos voltearon a verme en cuanto entre a la habitación, el hombre no parecía estar en sus cinco sentidos y aunque parezca gracioso tenia una maceta vacía en la mano, supongo que la tomo para arrojarla por ahí.

~ ¿Estas bien, Dasha? - pregunte mientras me acercaba a ella sin perder de vista al hombre con la maceta, quien por cierto me miraba furioso, una nunca sabe cuando se le vaya a ocurrir lanzarla. Ella me miro y sus ojos estaban cristalinos, no dijo una sola palabra, solo se quedo ahí, observándonos.

Sus ojos me pedían auxilio, estaba asustada y el que le hiciera eso era algo que no iba a tolerar, independientemente de si era mi empleada, mi amiga, mi vecina o una total desconocida.

~ Esta perfectamente, ahora paga mi puerta y lárgate o llamare a la policía. - dijo el, tirando la maceta a un lado.

~ Llámelos! veremos a quien se llevan - le dije mientras ayudaba a Dasha a levantarse, el hombre tomo el gorro de mi hoodie y me jalo lejos de la chica para después empujarme al pasillo. - No me iré sin ella, no pienso dejarla con usted, además Señor, ella es mi empleada y esta bajo un contrato - dije mientras me daba empujones a lo largo del pasillo.

~ Ella es menor de edad y es mi hija así que su contrato me importa media mierda, ella se queda aquí y si dices algo a algún policía te buscare y matare, ¿entiendes? - me dijo mientras me apuntaba con su dedo y picaba mi hombro con fuerza, tome su mano y lo aparte bruscamente de mi.

~ No vuelvas a tocarme si sabes lo que te conviene, ella viene conmigo, no importa lo que piense. - El comenzó a reírse y a empujarme hasta que mi espalda topo con la pared, Dasha se había levantado y miraba la situación desde el marco de la estancia.

Maldita coincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora