Era un nuevo día en Los Santos, todo era violencia, robos y destrucción, como cualquier día normal que a veces termina en tormentas torrenciales que sacan volando algún anuncio o señal de Alto.
Justo en la comisaría iba llegando un patrulla, de él bajo un policía rubio con el cabello rapado a los lados, salió del auto y saco a un chico castaño del asiento trasero, iba esposado, le dió un empujón para que caminara hacia adentro y lo llevo hasta la sala de interrogatorios dónde un hombre pelinegro con algunas canas y unos lentes lo esperaba impaciente.
—Carlo Gambino -hablo el de lentes- ¿Que te trae por aquí? ¿Nos extrañaste?
—No opuso resistencia -informo el poli-.
—¿A si? ¿Se trata de algo importante?
—Superintendente Conway, unos sujetos pretenden adentrar una droga a Los Santos, parece que las entregarán en unos paquetes que llegarán a una hamburguesería que acaba de abrir hace nada, el problema es que yo soy el único que lo sabe, a demás de ellos.
—¿Cuantos eran?
—Cuatro, uno de ellos se veía despistado, como si fuera nuevo o no supiera que hacer.
—Mandare a alguien a qué investigue, fingirá que es rutinario. ¿Es todo?
—Tengo un problema en el Norte, alguien me está frenando pero no logro identificar que, mis hombres no consiguen avances.
—Eso lo resolveré yo más tarde. Gustabo, cubrelo.
—Como diga, súper -Gustabo asintio y desesposo a Carlo- vamos.
Ambos salieron de la sala de interrogatorios y fueron hasta un vestidor donde el opaco se vistió de incógnito y se fue junto a Gustabo de regreso al patrulla, pero en eso un chico de cresta azul y ojos heterocromicos apareció entrando al mismo patrulla.
—¿A quien tenemos aquí? -pregunto en forma de burla el de cresta- El que se droga y ve animales.
—Un coyote -corrigió Carlo sin dirigirle la mirada-.
—Horacio -Gustabo sonrió- pensé que ya habías terminado el turno.
—Aun no, se me fue el tiempo encima, persegui a un camello como por media hora antes de que chocará contra una viga, fue divertido, pero siento que corrí para nada, tenía merca de The Unión y de Los Gambino.
—¿Que? -Carlo se calma intentando disimular- ¿Cómo era?
—Era una mujer mayor.
—Merda...
Los tres fueron hasta unas casas aparentemente abandonadas cerca de un pequeño muelle, era el hogar de el opaco, que al ver que nadie los siguió se quitó la máscara, se le notaba algo cansado.
—¿Cómo está mi hermano? -pregunto encendiendo un cigarro-.
—Toni está bien -le respondió Gustabo- últimamente a preguntado mucho por tí, cosa que parece ser mutua.
—Quisiera verlo.
—Pronto habrá una reunión en el CNI, podrán verse.
Suspira —Si eso es todo, adiós -saca sus llaves y abre la puerta de su casa-.
—¿Es todo? -hablo Horacio- ¿Sin bromas? ¿Ni amenazas?
—Estoy cansado -entra y cierra dando un portazo-.
—¿Cansado de que? -rueda los ojos-.
—Conozco ese sentimiento -dice Gustabo volviendo al patrulla-.
—¿Que? -entra al patrulla- Gustabo, pensé que ya no....
—Ya no pienso en ello, pero se cómo se siente.
—¿Estás seguro? -lo ve asentir- si sientes que..
—Estoy bien, Toni es un muy buen amigo y me ayuda a superarlo.
Se muerde la mejilla y dice entre dientes —Entiendo.
Carlo los miro por la ventana hasta que se fueron, suspiro agotado mentalmente, se la pasaba escondido porque no quería arriesgarse a que descubrieran quien era su hermano, no quería arruinar el sueño de su hermano, él quería ser policía, ahora lo es y no iba a quitarle esa idea, solo quería verlo feliz.
¿Que soñaba el mismo? Ni siquiera lo sabía ya, quería ser un gran mafioso, pero después de todos los acontecimientos ocurridos era casi imposible, la policía lo vigilaba y esa ya no era una opción.
Su otra opción era ser bibliotecario pero era demaciado básico para él, talvez un Bar, pero tener los permisos de sus "amigos" policías era complicado, no se lo permitirían.
Por otro lado, en comisaría, los dos agentes regresaron, encontrandose con "Toni García", en realidad se apellidaba Gambino, pero para ocultar su identidad y no le vieran conección con Carlo, decidieron que llevaría el apellido de su mejor amigo Gustabo García, después de todo eran tan unidos que parecían hermanos, cosa que cierto chico de cresta no toleraba.
—¡Oh! Hola, acabo de comenzar mi turno -hablo con una pequeña sonrisa-.
—Y yo me voy ya... -dijo Horacio casi ignorandolo y llendose de largo-.
—Nada te detiene -dice entre dientes-. ¿Que tal estás Gus? -le sonrie-.
—Bien... y mal, hablé con... ya sabes.
Se preocupa —¿Pasa algo malo?
—Vamos al despacho de Conway.
Conway era el padre de Gustabo y de algún modo también lo era de Toni, lo adoptó de un modo... no legal, pero aún así para ambos Toni era de la familia, por más aires de italiano que tuviera, si se lo proponía con algo de maquillaje era prácticamente una copia de Gustabo.
Ambos subieron al segundo, atravesaron un par de puertas hasta llegar a aquel despacho que estaba vacío, pues casi nadie se atrevía a entrar a la boca del lobo, nadie estaba tan loco, pero por supuesto que para los "hermanos" no era nada del otro mundo.
—Carlo me dijo que estaba cansado mentalmente, está arto de estar escondido y... ser nuestro espía, estoy seguro de ello.
Baja la cabeza —Lo he descuidado mucho, se supone que soy el hermano mayor, debería estar a su lado cuidandolo, apoyándolo, pero en lugar de eso estoy aquí casi ignorandolo por completo, justo como... -mira a Gus- estabas tú cuando te dejaron solo... por eso estás preocupado. Necesito hacer algo o...
—Terminara con alguien apuntandole a la cabeza o él suicidándose.
—Ire a verlo, no me importa si eso trae consecuencias.
Pero en eso se abre la puerta, se vería a un Conway sorprendido de sorprender a ese duo en su oficina, pero solo suspiro, eso solo podían significar problemas.
—Te he mantenido a salvó como para que vayas a arriesgarte de ese modo -opino Conway sentandose en el sillón frente a su escritorio-.
—¿Arries...? ¡Es mi hermano! ¡Necesito verlo! ¡Está en la misma situación que Gustabo estaba hace un año!
Conway hizo una mueca, recordar a su hijo en esos momentos le daba rabia, pero porque él no se había dado cuenta que Gustabo no estaba bien, y si está vivo es gracias a Toni.
—Yo te llevaré con él, pero cuando termines tu turno, nenaza.
—Muchas gracias papá -agradece con una gran sonrisa-.
—¡Que no soy tu padre!
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Y así empieza esta historia ¿Que podría malir sal? Digo... ¿Que podría salir mal?
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Cautivo 💕 [Carlacio]
FanfictionDicen que del amor al odio hay un solo paso, a veces se necesitan varios, incluso empujones Horacio x Volkov Carlo x Volkov Carlo x Horacio Empezada el 30-07-23 Terminada el 27-08-23