Huída

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Era casi una oscuridad total, lo único que iluminaba la habitación era una vela en un pastel, Toni soplo la vela dejo todo a oscuras hasta que prendieron las luces, le salieron un par de lágrimas de felicidad y salto a abrazar a Carlo.

—Gracias por estar conmigo -le agradeció-.

—Siempre -le limpia las lágrimas- en las buenas y malas, pero ahora son buenas así que no llores.

—Estoy tan feliz -Gustabo empujó a Carlo- me alegra de que lo hayas superado.

Ríe —Tu tampoco me dejaste solo -le da un besito en los labios- mi héroe.

—No digas eso -desvía la mirada sonrojado-.

—Conway -voltea a ver al nombrado- quiero volver a comisaría lo más pronto posible.

—¿No crees que deberías descansar un poco más antes de volver a todo ese descontrol? -sugirió el mayor de todos-.

—Estoy totalmente seguro, ya estuve sin hacer nada por mucho tiempo, quiero volver a la acción.

—Tranqui Conway -se interpuso Gus- yo lo estaré cuidando.

—Eso me preocupa, capullo.

—Eres un terrible padre -se queja y abraza a Toni buscando su apoyo-.

—Claro, tú eres el hijo del año -Toni le dió un par de palmadas en la cabeza, el último en lugar de palmada fue un golpe con el puño cerrado- capullo.

—Pasar mucho tiempo con Conway te afecta -se soba la cabeza-.

—No quiero arruinar esto pero... -hablo Horacio- teniendo en cuenta que te has recuperado... yo debo irme, si me quedo volverán a meterme en el FBI y es lo que menos quiero, me quedé por Carlo, pero... no puedo quedarme más.

—¿Ya te vas? -pregunto Carlo-.

—S~si... -todos notaron lo difícil que fue para él decir esa simple palabra.

Carlo miro a su hermano, este le hizo una seña de que fuera con él, apretó los labios indeciso, pero sabía que a Toni no le pasaría nada estando con Conway y Gustabo, así que tomo la mano de Horacio.

—Pues vámonos.

—¿Juntos?

Asiente —Si.

—Pero Toni...

—Yo estoy de puta madre -informo Toni agarrando su pedazo de pastel-.

—Si que le afecta pasar tiempo con Conway...

Carlo y Horacio sin soltar sus manos salieron de la casa y corrieron hasta el auto como si hubiera hecho la mayor travesura de sus vidas, el rubio arranco el auto y se fueron juntos con mucho cuidado a la casa abandonada de la zona rica, se quedarían ahí está encontrar un buen sitio en el cual ocultarse.

—¿Como estás? -pregunto Horacio- por lo de Toni.

—Bien, me siento más tranquilo.

Sonríe —No te había visto tan feliz... y decirlo de alguien con tu transtorno es impresionante.

Rueda los ojos —Muy gracioso. El psicólogo dijo que mi transtorno no es taaan grave, esa es la razón por la que siento apego emocional por dos personas, por eso mis expresiones son más fuertes cuando se trata de ustedes, pero con los demás... nada.

—Los demás no importan, solo debe importarte Toni -sonrie- y yo -lo abraza del cuello- lo demás no importa.

—¿Porque tanta cercanía tan de pronto? -lo toma de la cintura- ¿Que tienes?

—Quiero sentirte cerca, es todo.

Alza una ceja incrédulo —No te voy a follar.

—¿Porque?

—Se supone que tenemos que pasar desapercibidos, llamaremos la atención si en una casa abandonada se escuchan los gemidos de una perra ninfómana.

Lo suelta y se cruza de brazos —Me siento ofendido, puedo guardar silencio.

—No lo creo, espera hasta mañana que nos vayamos de la ciudad.

—No creo poder aguantar tanto...

Le da un consolador —Ten, disfruta -va a la cocina-.

—Esto no es suficiente -mira el juguete- y ni siquiera es de tu tamaño.

Una queja más y se fue a una de las habitaciones a darse placer, Carlo solo se rió de la situación, después se encargaría de darle todo el placer que quiera, pero por ahora no quería llamar la atención de ningún agente.

Al día siguiente la pareja abandonó la ciudad y fueron a un pueblo pequeño, pero era más que nada un pueblo fantasma, conseguir provisiones sería complicado, pero valía la pena.

—Es acogedor a pesar de estar todo abandonado -dijo Horacio mirando por las ventanas y escombros del pueblo- supongo que tienes un gusto por los sitios abandonados y solitarios.

—Si, me recuerdan a La isla.

Se detiene —Lo siento tanto -voltea a verlo- se que no merezco tu perdón pero enserio estoy arrepentido de todo el daño que te hice, te deje secuelas y cicatrices que no se pueden borrar con palabras, pese a todo quiero que sepas que me arrepiento de todo, cada palabra, golpe, droga consumida. No hay palabras que describan exactamente todo lo que siento cuando recuerdo esas epocas, tus gritos de dolor y súplicas de que parará, me atormentan cada noche.

Lo mira de pies a cabeza —Te perdono.

—¿Que? ¿Porque? No lo merezco, antes no las aceptadas ¿Que hay ahora de diferente? No quiero que me perdones.

—Y esa es una de las razones -ríe- antes solo lo intentabas para tu beneficio, pero ahora noto que lo dices de verdad, y tú corazón no miente, me amas, lo veo en tus ojos.

Se sonroja —Carlo, no merezco tu perdón.

—Pero te lo otorgó -le acaricia la mejilla- aceptas tus errores y eso es bueno, no si por eso dejas que te... maltrate.

Se sonroja aún más —Un poco si, pero... mi masoquismo es cosa aparte, ni siquiera sabía de ese fetiche en mi, pero mientras seas tú quien me pisotee lo voy a aceptar, porque me gusta cuando te vez dominante, me exita demaciado.

Mira a los lados y lo ve a los ojos —De rodillas.

—¿C~como? -imita la acción contraria- ¿Aquí?

—Dije... ¡De rodillas!

Traga saliva y se arrodilla —Y~ya estoy.

Le acaricia los labios —A veces es mejor que mantengas la boca cerrada, pero ¿Quien soy yo para juzgar tus gustos? Si quieres follar en el exterior te lo concederé.

—Y~yo no dije es...

No pudo terminar de hablar porque el italiano metió un par de dedos su boca.

—Manten la boca cerrada, maldita zorra.

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Toni quedó fuera de peligro ¿Sienten un poco de tranquilidad ante eso?

¿Alguien encontrara a la pareja?

¿Estarán a salvó?

Cautivo 💕 [Carlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora