Amenaza

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Los días pasaron, Viktor seguía llendo al bar todo con tal de cuidar de la salud mental del dueño, los primeros días los disimulaba muy bien, pero ya estaba a un punto en el que no pedía nada para tomar, su relación se había fortalecido un poco, ya no sentían incomodidad al estar cerca del otro.

Y como detalle extra, Horacio ya no se había presentado en el CNP, agentes del FBI dicen que lo ven caminar por las oficinas de estás mismas, pero al siempre llevar un pasamontañas en la cara no pueden saber la expresión en su cara. No le contesto el mensaje a Viktor y no le a llamado.

—¿Y eso te preocupa? -pregunto Carlo-.

—Un poco, no se de lo que es capas actualmente.

—No va a hacerte daño, ya te digo.

Ambos se encontraban en el segundo piso del bar, este constaba de dos plantas, la de arriba era un pasillo cuadrado con vistas al primer piso con unas barandillas, pero al contrario estaban unas habitaciones privadas de las cuales aún se hacen remodelaciones. Los dos estaban recargados en las barandillas viendo como todos se divertían excepto ellos.

—¿Cómo sabes?

—Te ama ¿No? No podría hacerle daño a la persona que ama, es un demente pero... no creo que cruze esa línea, no contigo.

—Pero podría dañarte a tí.

Frunce el seño extrañado volteando a verlo —¿Y yo porque? Tú fuiste quien terminó con él, no yo.

—Es que... me aterra que se de cuenta que... pienso en alguien más, que paso tiempo con esa persona y que la apoyo, que quisiera tener algo con... ese alguien.

Desvía la mirada levemente sonrojado —Viktor... ¿En qué momento te volviste tan directo? Solías ser difícil de leer, ni siquiera podías decir algo claro, parecías libro de acertijos.

—No lo se...

—Deberias pensarlo mejor, deben haber personas mucho mejores ahí afuera ¿Que tiene de bueno un ex jefe de una mafia con problemas mentales provocados por tortura?

—¿No piensas como yo?

—Si te refieras a si el sentimiento es mutuo, pues no... no aún...

—Pero ¿Podría?

—Talvez... nunca he llegado a amar a alguien que no sea mi hermano, no sé que debería sentir.

—Yo tampoco termino de entender, pero se siente bien cuando estoy contigo -le agarra la mano con nerviosismo-.

Mira ambas manos —Que atrevido -se burla de él- no sé si quiero que esto pase, no creo que seas el indicado, no lo tomes a mal.

—Entiendo -intenta soltar la mano contraria pero Carlo se aferra más a ella sorprendidolo-.

—F~fue involuntario -lo suelta-. Sabes, ya no reconozco al Carlo de antes, no soy ni la sombra de lo que era.

—Puedo comprender la razón, Horacio dejo una gran huella en tí, debes estar aterrado de... pues de cualquier cosa.

—Nada me asegura que no me vaya a volver a encerrar y drogar, si vuelvo a lo de antes creo que sería el primero en llevarme a un lugar desconocido donde me torture solo porque si... -mira a un punto fijo-.

—Deberias ir a un psicólogo para...

—No estoy loco -lo interrumpe-.

—No digo que lo estés, pero necesitas ayuda.

—No estoy loco -vuelve a repetir-.

Viktor ya no dice nada más que para despedirse, bajo las escaleras y se fue, Carlo no despegó la vista de aquel punto, pues ahí se encontraba Horacio observándolo, no se le veía muy feliz.

El de cresta subió hasta el segundo piso estando frente a frente con el italiano, este con algo de miedo lo miro, por lo menos teniéndolo enfrente debía fingir que no temía.

—Yo solo venía para tomar algo y... me sorprendo al verte hablar con mi novio -empezo Horacio con cara de buena persona-.

—Se que terminaron, así que no es tu novio, supéralo.

—Quieres que lo supere para que puedas enterrarle tus malditas uñas en su espalda ¿Verdad?

Hace una cara de asco —Eres horrible, pero eso ya lo sabía. Viktor no me interesa en lo más mínimo.

—Te ví agarrándole la mano.

—Él fue quien tomo mi mano, no te equivoques francesito.

—Me las vas a pagar, te aseguro que algo haré para que te arrepientas de esto, después de todo soy un experto haciendote tener pesadillas.

—Razón por la que estás solo, no sé si te lo dijo, pero hacerme eso fue lo que hizo que Viktor terminara contigo y no te diera ese bonito anillo de compromiso.

—¿Que? ¿Anillo de compromiso? -frunce el seño- te gusta mentir ¿Verdad? La próxima vez que me veas créeme que no seré tan amistoso, así que alejate de Viktor o tendrás graves consecuencias.

Horacio se fue del bar y todos las personas ahí presentes se preocuparon por el dueño, no es que el de cresta fuera cauteloso, llamo la atención de todos con sus quejas. Carlo tenía el mejor bar de la ciudad, era amable y dejaba a algunos criminales vender ahí su droga, por lo que muchos le tenían respeto, no podían hacer nada, pues quién lo amenazó era el director del FBI, pero si algo le pasaba al italiano sabían a quien culpar y no importaba si se trataba de un criminal, persona promedio o policía infiltrado, iban a denunciar quien fue quien lo amenazó.

—¿Que sucede? -les dice intentando verse fuerte- eso no fue nada, sigan con lo suyo. Barra gratis para todos -intento animar-.

Eso no calmo a nadie, pero fingieron que si para no alterar más al chico, pues lo veían temblar.

Bajo al primer piso y fue al baño de empleados donde se hecho agua a la cara para tranquilizarse. Se miro al espejo, si su yo del pasado lo viera estaría decepcionado, tiene que hacer algo para redimirse, por más arriesgado que fuera... pero... sin ser tan arriesgado, no quería perjudicar a Toni.

Miro su mano, justo la que Volkov había tocado, quizás era la única parte de su cuerpo que se encontraba en calma, podría ser una coincidencia o ¿Realmente siente algo por el ruso? No, no podía ser eso.

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¿Que hará Carlo?

¿Carlo si siente algo por Viktor?

¿Que hará Horacio?

Cautivo 💕 [Carlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora