Cautivo 💕 [Carlacio]

Psique

Los días pasaban y Horacio fue sacado de esa habitación después de volver a ser drogado y fue llevado hasta una habitación con una cama, pero eso era lo único que había, en ella había una cadena que tenía aprisionadas sus brazos, eso quizás fue lo último que noto de la habitación pues al intentar alejarse de la cama cayó al suelo por culpa de la cadena.

Carlo entro al cuarto y levanto a Horacio para después sentarlo en la cama.

—¿Eso planeas? Llevarme de habitación en habitación sin hacer... ¿Nada?

—Primero quería matarte de hambre, ya lo hice, pero ahora tengo ideas diferentes. Las drogas son solo el principio de un plan muy interesante -saca una pirula- ya verás.

Le abrió la boca y le metió la pastilla a la fuerza haciendo que la trague. El resto de días Carlo le daba de comer y después lo obligaba a consumir una pirula, hasta que dejo de hacerlo, solo le daba de comer comida común y corriente, sin ninguna droga o similar.

—Carlo... -traga saliva nervioso- s~sobre las pirulas...

—¿Que tienen? -deja el plato a un lado-.

—Es que... yo... -baja la cabeza, estaría temblando un poco- dame pirulas por favor.

Sonríe —Eso quería escuchar, pero ¿Que crees? No son gratis, aún que podrías hacer algo por mi, verte así de débil es tan... exquisito.

—N~no voy a rebajarme tanto.

—En ese caso no las necesitas -se encoge de hombros y se levanta- pues llámame cuando tengas realmente ganas de una pirula.

—No, espera...

Pero la puerta fue cerrada, se estaba desesperando, realmente quería una pirula, pero tampoco iba a rebajarse ante Carlo, le demostraría que sus métodos de "tortura" no funcionan para nada, solo debía ser paciente, más tarde que temprano terminarían por encontrarlo y lo salvarían.

Esa era la idea, pero apenas la puerta fue abierta al siguiente día Horacio intento correr hacia el contrario pero la cadena no se lo permitió.

—Tranquilo, nunca te vi tan ansioso por comer -dijo Carlo dejando la bandeja sobre la cama-.

—Sabes que no es eso lo que quiero.

—Y tu sabes que tienes que hacer para que te lo de.

Desvía la mirada —¿Es tan necesario?

—Tú eres el que quiere la droga, no yo.

—¿Y que? ¿me tengo que rebajar a hacer cosas por tí solo para tener una maldita pastilla?

—Tu eres el que quiere esa maldita pastilla.

Horacio se dejó caer de rodillas rendido, tenía la cabeza gacha, se sentía pisoteado y todo por ¿Droga? Justo cuando comenzaba a disfrutarla se la quitaron, y eso es lo que más le molestaba, que termino gustandole estar en ese éxtasis.

—Por favor -rogo- quiero una pirula.

—¿Porque la quieres?

—Porque me volviste adicto a ella, maldito psicópata.

—Me gusta, porque eso te está destruyendo, no como tú lo hiciste conmigo pero... funciona.

Sale un largo silencio, Carlo solo mira al inofensivo agente del FBI, y este piensa detenidamente en lo que va a decir, abre la boca un par de veces intentado formular una palabra, pero no está del todo seguro lo que dirá.

—Perdoname, por favor ¡Perdóname! -alza la cabeza- ¿Que es exactamente lo que quieres de mi?

—Esto -sonrie- pero aún no es suficiente -deja caer una pirula al suelo y la pisa- te darás cuanta por ti mismo cuando este satisfecho.

Horacio solo miro la pirula pulverizada lejos de su alcance, ni aún que lo intentará podría llegar a ella, miro a Carlo con cierta furia que llevaba acumulada. El italiano solo se fue cerrando la puerta, se recargo en esta con una sonrisa en su rostro, parecía bastante satisfecho con el lento pero efectivo avance que estaba teniendo todo.

—O talvez ni siquiera te des cuenta.

Dio un par de pasos alejandose de la habitación cuando escucho cosas raras, como susurros, miro a los lados, penso que talvez algún insecto había entrado. Siguió caminando hasta que otra vez escucho voces.

"Quieres hacerle daño, hazlo ahora que lo tienes a tu Merced."

—No ahora... -se agarra la cabeza- no es momento...

Estar todo ese tiempo en la isla con Horacio torturandolo dejo varias secuelas en su ser, y para su desgracia una de ellas fue la esquizofrenia, muchas veces puede disimularlo o ignorarlo, pero hay otras veces en las que está tan desprevenido que los golpes son muy duros.

"Deberías devolverle el favor ¿Que crees que haces? No es lo que quieres, deseas torturarlo."

Miro el cuarto de la limpieza, con la mirada en otro sitio la abrió, de reojo miro un escoba de madera. Quería dañar a Horacio, pero no con golpes, aún así, esas voces lo estaban convenciendo. Rompió la escoba y volvió sobre sus pasos hasta la habitación del de cresta.

Horacio intentaba comer aún teniendo sus manos encadenadas, no era tan difícil. Se sorprendió al ver la puerta volver a ser abierta, normalmente el italiano solo le da de comer una vez al día, pero al ver que tenía un palo roto en la mano se hizo para atrás, la mirada que veía en él... era como la que a veces tenía Gustabo o Conway cuando... torturaban...

—No quería esto, pero no sé callan -se acerca a él lentamente-.

—¿Q~quienes?

—Las voces -alza el palo- ¿No tienes un deja vu?

No supo en qué punto ya no estaba encadenado, pero estaba en el suelo con varios moretones y sangre en el cuerpo, no tenía la fuerza para levantarse, la puerta seguía abierta, pero no podía ni arrastrase, solo respirar le dolía.

—Esto no debía pasar.

Admitió Carlo para después cargarlo hasta la cama, se sentó a su lado acariciandole el cabello, el de ojos bicolor tenía horror del hombre frente a él, lo había golpeado por varias horas y ahora lo tenía a un lado como si eso no hubiera pasado hace unos minutos.

—Me salí de control, pero cada que intentaba parar... no podía, era hipnotizante ver cómo te revolvias de dolor en el suelo, talvez lo haga más seguida -le sonríe-.

Niega —No, por favor. Está bien, perdóname, lamento haberte hecho todo lo que te hice, enserio, perdóname.

Lo mira detenidamente —En realidad... aún no me parece el momento adecuado, así que no acepto tu disculpa.

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¿Alguien de confianza ya sabía de la esquizofrenia de Carlo?

¿Que pasará con Horacio?

¿Cómo irá la búsqueda de la policía con la desaparición de Carlo y Horacio?