Nueva Vida

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Carlo y Horacio se fueron de Los Santos a El Pueblo, una ciudad cercana que seguía estando dentro de los terrenos de Estados Unidos, compraron una pequeña casa en la que comenzaron a remodelar el lugar, compraron una casa que llevaba tiempo abandonada, eso significaba hacer unos cambios.

Compraron pintura color rosa pastel, intentando pintar las paredes terminaban ellos llenos de aquel color, entre risas y felicidad volvieron aquella casa en reúnas a una ideal para ellos, las cosas por fin estaban llendo bien para ellos.

—Mañana podemos seguir con el resto de la casa -dijo Carlo con una leve sonrisa-.

—Al menos ya está terminada la habitación, bueno eso creo... siento que le falta algo. Talvez después podamos ir a una mueblería e investigarlo.

—Es buena idea. Por ahora tengo otros planes -revisa unas cosas en una maleta que aún no había abierto-.

—¿Que tienes en mente?

—Varias cosas -acerca la maleta a la cama dejándola a un lado- arrodíllate.

Traga saliva arrodillándose —Ya estoy.

—¿Y tú collar?

—M~me lo quite, lo siento.

Le da una cachetada —¿Porque te lo has quitado? ¿Quien te a dado permiso?

—Nadie, lo lamento.

—¿Que esperas? Póntelo.

—Ya voy -toma el collar y se lo coloca- listo.

—¿Acaso te mandas solo?

—N~no amo.

—¿Entonces porque eres tan rebelde? -lo toma de la barbilla- ¿Creés que merezco eso de tu parte?

—No, amo, lo lamento.

—No lo parece -palma sus piernas- sabes que hacer.

Le mira las piernas —E~espera, n~no estoy listo -dice sonrojado- es decir.... mierda...

Trago saliva nervioso y poso su pecho contra el regazo de su pareja con las rodillas en el suelo dejando sus glúteos alzados, sujeto del pantalón al rubio con la respiración agitada, hace tiempo que no hacían las cosas así y no podía evitar ponerse... cachondo.

—Estas hablando demaciado -se "quejo" Carlo- ¿Tan mimado te has vuelto? ¿Cuántas ofensas planeas hacer -le baja el short junto con el boxer, acaricia aquellos bollos esperando una respuesta-.

—L~lo siento, estoy nervioso... ¡Ah!

Carlo le había dado una nalgada sacándole un leve grillo por la sorpresa, por algún motivo Horacio sentía que había olvidado su pasado, había dejado atrás esa versión suya lujuriosa o talvez era el hecho de que con Carlo era diferente.

—Callate, solo habla cuando yo lo diga ¿Has entendido?

—S~si... ¡Ah! -aprieta los ojos-.

—¿Si que...?

—Si, amo.

—Asi está mejor ¿Era tan difícil? Hay que asegurarse de que no vuelvas a cometer este error, así que tú castigo será de 10 nalgadas, cuentalas debidamente, si te equivocas o no se te entiende, tendrás que repetirlo ¿Has entendido?

—Si amo.

Una a una Horacio enumero cada palmada en su trasero, una tras otra se iban haciendo cada vez menos dolorosas y más exitantes, varias lágrimas bajaban por sus mejillas, su cuerpo temblaba, su voz se volvía cada vez más jadeante.

Cautivo 💕 [Carlacio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora