"Actualmente"
Veo que una chica rubia que sirve detrás de la barra se cerca. Lleva puesto un suéter azul Prusia con un empastado que dice "Moon Light" en blanco.
–¡Hello! –Se apoya en la barra con un brazo–. Cariño, ¿quieres algo más?
–Sí... ¿Por qué hay demasiada gente aquí? –Siento que todo lo que he dicho ha sido un trabalenguas.
–¿Qué esperabas? Es el bar más visitado de la zona. Es la primera vez que vienes, cierto –asiento y ella me guiña un ojo–. Además, es el cumpleaños del boss y créeme que eso siempre lo festejamos a lo grande –señala con la cabeza hacia la otra esquina de la barra en donde se encuentra un tipo alto con una pañoleta roja que le cubre el cabello, sirviendo cervezas. Él también lleva un suéter parecido al de ella–. Tú no eres de por aquí. No olvido rostros y el tuyo no lo recuerdo para nada.
–¡Eres muy buena adivinando! –Eructo y me tapo la boca, riéndome–. Lo siento... ¿Conoces algún hotel cerca? –ella niega y disculpándose empieza a atender a un señor que acaba de llegar a la barra–. Disculpa... –ella vuelve a ponerme atención y levanto las manos en señal de pregunta– Me hago pis ¿En dónde está el baño? –ella me señala un pasillo.
–Es la puerta con un lazo –me bajo del taburete a tropezones.
Una vez ya he salido del baño regreso a mi puesto; por defecto, este ya se encuentra ocupado por un tipo rubio.
–Disculpa... –le toco el hombro con un dedo. Apenada. Él se voltea y me mira amargado–. Estás en mi puesto –señalo el taburete.
Él solo pasa de mí y se vuelve a lo que estaba haciendo. Miro a otro lado buscando un lugar y no encuentro ningún puesto libre. El bar está atestado de personas. Veo a la chica de la barra que me está mirando con preocupación y con rapidez se acerca al chico de la pañoleta para susurrarle algo al oído. Vuelvo a insistirle al tipo que está ocupando mi sitio.
–Disculpa la molestia, de verdad estás ocupando mi asiento.
–¡Maldita loca!
Se levanta exaltado y al instante me arrepiento de haberlo molestado. El tipo mide casi un metro más que yo; no obstante, el estado en el que me encuentro en este momento, no me detiene. Me siento briosa y estoy a punto de hacerlo a un lado. Cuando él me empuja con fuerza y me tropiezo con una chica que ni atención me presta. Me recompongo. Me acerco y lo cacheteo con energía y fuerza.
–¡Estás loca! –vocea.
Mi mano arde, mis hormonas están que echan chispas y mi cuerpo se encuentra en la cúspide., Él se restriega la mejilla. Está mucho más irritado que antes y estaá vez, se acerca con más ímpetu. Yo retrocedo con miedo, pero antes de que llegue a mí, el chico de la pañoleta. Que es tan alto como el rubio, y se cruza en medio de ambos.
–Disculpa, amigo... –coloca las manos en el pecho del rubio para detenerlo–. No permito que se les falte el respeto a las damas en mi bar... Te tranquilizas o te pediré amablemente que te retires –su voz es grave y su acento se me hace muy gracioso. Empiezo a reírme, el mandril engreído me mira con cara de pocos amigos, tuerce el gesto y se da la vuelta.
–¿De qué te ríes? –Él de la pañoleta ahora me hace frente y tengo que mirar hacia arriba para poder mirarlo a la cara. Está muy guapo, tengo que aceptarlo, aunque ahora lo veo muy borroso–. Te he preguntado algo...
Me vuelvo a reír.
–Hablas muy chistoso.
–¡Caramba mujer! Yo te estoy ayudando y tú simplemente te burlas de mí –empieza a retirarse ofendido.

ESTÁS LEYENDO
Dulce Curva
RomantikToda mi vida he vivido bajo la sombra de mi madre, siempre he tenido que hacer lo que ella quiere; mi vida se ha basado en complacer todos sus caprichos. El arte ha sido mi refugio, es en lo único que he podido decidir por mi cuenta.