Nos encontramos en el auto frente a la puerta del piso, esperando a Dave; quien baja con una cámara colgada sobre su pecho y se sube al auto con emoción.
–¡Morning!
Una vez dentro asoma su cabeza al frente y nos besa a ambos en las mejillas. Erskin lo empuja hacia atrás y se limpia mientras yo me muero de la risa. Me volteo para ver a Dave y lo saludo.
–¿Cuál es la primera parada? –Me acomodo en mi lugar y coloco mi mano sobre la pierna de Erskin mientras lo observo.
–Esteban tiene práctica de básquet hoy, primero nos encontramos con ellos y luego iremos a otra parte.
–¿Y quién se encargará del bar si Gia estará con nosotros?
–Tú no te preocupes por eso –me regala una sonrisa y me guiña el ojo.
Emprende nuestra marcha mientras me divierto conversando con Dave. Le muestro monumentos y él emocionado hace tomas con su cámara como si fuera un niño.
Nos platica con calidez sobre Morgan y su impresionante habilidad de comprender y enfrentar las cosas por más incomprensibles que fuesen para un adulto a pesar de solo tener 4 años... No ve la hora de mostrarle todas las fotografías que ha tomado. No conozco a la pequeña. Solo la he visto en la foto que cuelga sobre la pared del bar y allí solo era una pequeña recién nacida, pero me encantaría conocerla algún día.
Nos detenemos frente a una especie de gimnasio y descendemos del auto. Erskin rodea el auto y llega a mi lado sorprendiéndome al tomar mi mano y dándome una vuelta para terminar colocando su brazo sobre mi hombro.
–Luces hermosa con ese vestido –Besa mi sien.
La práctica ya ha empezado cuando llegamos a dentro. Busco a Esteban entre los jugadores y me distraigo al escuchar la voz de Gia quien nos llama. Nos acercamos y me siento junto a ella, mientras que Erskin y Dave toman asiento detrás.
–¿Cómo estás? –pregunta Gia con una mueca de ironía.
–Bien –«Mucho mejor» Sonrío tratando de reprimir que mi yo interior está brincando y gritando el nombre de Erskin.
–Ese bien no me convence, pero esa sonrisa y esa mirada me dicen demasiadas cosas –me carcajeo.
Erskin me abraza por encima de los hombros y me besa la coronilla para luego apoyar su quijada sobre ella. Tomo sus manos y las acaricio con mi pulgar.
–Ustedes lucen increíbles juntos... –Gia nos mira con devoción.
–Lo sé, somos perfectos.
–¡Eres un engreído!, deja de exagerar las cosas –ataco a Erskin.
–Son muy graciosos.
Gia niega con la cabeza y se burla de nosotros. Yo aún sigo buscando a Esteban, hasta que lo encuentro. Es quien lleva el balón en las manos. No lo había podido reconocer porque lleva el cabello amarrado en una coleta y carga una vincha sobre la frente. Sonrío. Nunca lo había visto de esa forma.
–¿Quieres algo de comer?
Levanto la cabeza y Erskin me toma dócilmente por la quijada y me besa, recuerdo la escena del hombre araña... Asiento y él se levanta pidiéndole a Dave que lo acompañe.
–Has sacado la mejor parte de Erskin, yo nunca había visto ese lado de él.
–Ha estado viviendo en un frasco, solo tenía que romperlo un poco –sonrío.
–No, tú llegaste. Tú lo redimiste –toma mi mano y me sonríe–. Debo agradecerte por eso. Aunque dudé un poco si podrías llegar a perdonarlo. Cuando supe su "oscuro pasado" –achina los ojos y muestra una expresión de terror–. Pase semanas viéndolo y preguntándome cómo eso era posible... llegó aquí tratando de escapar de esa oscuridad y no te voy a mentir. Esa señora ha estado detrás de él desde que supo en dónde estaba él, es un dolor de culo...
–Pues ahora está conmigo –digo tranquilamente.
Por el rabillo del ojo veo, que se acercan los dos hermanos y levanto la vista para encontrarlos hablando y riendo de algo que ha dicho Dave... Ambos traen dos hot-dogs con refrescos. Son tan diferentes físicamente. Dave no tiene ningún tatuaje a la vista y es delgado, lo único en lo que se asemejan es el color rojizo de sus cabelleras, el verde en sus ojos y el tono de piel, en todo lo demás hay diferencia.
–¿Dave está solo?
Le pregunto a Gia mientras dirijo mi mirada a Esteban que trata de quitarle el balón a otro chico.
–Digamos que no, pero las cosas no están yendo bien hace algún tiempo.
–Erskin los tiene bien informados.
–Somos familia –se encoge de hombros–. Y también te incluyo a ti.
–¡Ya estamos aquí! –anuncia Dave.
Esta vez él se sienta junto a mí y me entrega un hot-dog con una Coca Cola, le sonrío en agradecimiento. Erskin le entrega el otro a Gia y se vuelve a sentar en el mismo lugar.
–¿Cuándo vienes a visitarnos, Carla? –pregunta Dave mientras le da un mordisco al pan.
Miro Erskin sonriéndole.
–Cuando Erskin decida llevarme.
–¡Morgan se volvería loca!
–Puedo imaginármela –menciona Erskin y lo miro emocionada–. ¿Te gustaría ir? –Se dirige a mí con una sonrisa amplia.
–Me encantaría –asiento despacio.
–Bueno, te aseguro Dave que muy pronto iremos. Iremos todos.
Al acabar la práctica, Gia se retira para encontrarse con su gran galán, mientras nosotros los esperamos afuera del gimnasio.
Erskin me abraza y se recarga sobre el auto, deposita unos cuantos besos sobre mi cabeza. Dave está un poco más adelante tomándole fotos a cualquier cosa.
–¿Por qué siempre que llegamos a algún sitio el trato hacia ti es algo diferente?
–Algunas personas con unos cuantos dólares tienen ciertos beneficios.
–De acuerdo, no niego que vivas cómodamente. No quiero mencionar el precio de mis regalos navideños.
Él se ríe a carcajadas y me aleja un poco para tomar mi rostro entre sus manos y besarme.
–Yo solo intento adorarte.
–Gastar mucho dinero en mí no es adorar... Yo solamente quiero decir que no necesito algo material para sentirme adorada.
–Entiendo.
–Con el hecho de estar a tu lado me siento adorada –esbozo una sonrisa tranquilizadora y él vuelve a abrazarme.
–¿Qué? ¿Pero en qué momento esto ha sucedido?
Volteo hacia Esteban, quien ahora está cambiado de ropa, pero aún lleva el cabello recogido. Sus ojos centellan regocijo y en sus labios se dibuja una amplia sonrisa que muestra sus dientes.
Se acerca a nosotros y nos envuelve en un efusivo abrazo, Dave se acerca y saluda a Esteban con emoción.
–¡Mi hermano! Cuánto tiempo...
Tengo que admitir que verme en esta posición me llena de regocijo; sentirse parte de algo, una familia. Estar rodeada de personas que me quieren y aprecian es... reconfortante.
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Dulce Curva
Storie d'amoreToda mi vida he vivido bajo la sombra de mi madre, siempre he tenido que hacer lo que ella quiere; mi vida se ha basado en complacer todos sus caprichos. El arte ha sido mi refugio, es en lo único que he podido decidir por mi cuenta.