Capítulo 29. Situaciones raras de la vida

17.2K 1.1K 56
                                    

Nivel: estoy tomando un café con mi ex novio gay, contándole mi vida durante los últimos meses, donde lo principal es que estoy saliendo con el hermano de mi mejor amigo, con el cual estoy peleada.

Todo era muy normal aunque en un principio hubo un poco de silencio pero fue solo hasta romper el hielo. Y aunque podría haberme imaginado esta reunión cientos de veces, no era concordante con algunos de mis escenarios imaginados; nada de gritos, ni llantos, ni derrames de bebidas por escenas de celos o de cachetadas por haber mentido, o juramentos de venganzas.

Solo éramos Dylan y yo conversando, como en los viejos tiempos, y en momentos como ese recordaba porque él había sido uno de mis amigos más cercanos. Se nos daba fácil iniciar conversaciones, no temíamos en bromear o hacer comentarios pervertidos.

— Debo reconocer que en algún momento estuve celoso de lo que significaba Aiden para ti, así que saber que estás con él no me sorprende —me dijo. Lo miré confundida y sonrió ante mi expresión, meneando la cabeza.

— ¿Lo que él significaba? —inquirí. Él entrecerró los ojos sobre mí, cual águila cazadora.

— Él siempre fue importante en tu vida, de alguna forma u otra. Te la ingeniabas para hablar de él y quejarte sobre cuán horrible había sido tu vida a costa suya, pero nunca te centraste en lo bueno, porque eso te gustaba quedártelo para tu intimidad. Los recuerdos de los buenos tiempos con Aiden eran tu tesoro más preciado, y yo sentía celos porque deseaba que algún día tuvieses ese recelo de protección y melancolía por los momentos nuestros —comentó.

Lo contemplé en silencio. Él parecía nunca haberse dado cuenta de la importancia que tenía en mi vida. Había sido el único novio formal y real que tuve, y hubiese dejado todo por él si me lo hubiese pedido.

— Tú también eres importante en mi vida —le aseguré, queriendo que lo supiera. Dylan sonrió con tristeza, y pasó sus manos por su barba, para descargar tensión.

— Tú también lo eres —murmuró, posando sus ojos del color de la miel, sobre mí con templanza—. Te amé, y te amo, pero lo nuestro no se compara a lo que tienes con él. Lo nuestro es más fraternal. Creo que las cosas suceden por algo, y que nosotros no estábamos destinados a acabar juntos —dijo con convicción, haciéndome doler el alma pero también liberándome de la agonía.

Suspiré, volviendo a tomar un poco de café para luchar contra el silencio que brotó.

— No quiero preguntarte nada de tu sexualidad por respecto a tu privacidad, pero quiero saber una cosa —le dije. Su mirada me inspiraba tranquilidad y una confianza que extrañaba; tras meditarlo asintió—. ¿Fuiste feliz conmigo? —pregunté, y mi voz se quebró a mitad de la oración.

Dylan se movió para estirar su mano y alcanzar la mía. La sostuvo un tiempo con fuerza, regalándome una de sus sonrisas más hermosas.

— Fui el hombre más feliz —respondió, y sentí las lágrimas caer silenciosamente por mis mejillas—. Tú no te das cuenta, pero potencias lo bueno en las personas, y me hiciste el mejor hombre que pude ser —agregó solo para que mi corazón se revolcara un poco más en la melancolía.

— Yo también fui muy feliz contigo —le aseguré, secando mi lágrimas mientras enlazaba sus dedos con los míos. Y ahí me di cuenta, que sentía una paz que no había experimentado antes. Un gran peso se liberó en mí, haciéndome más liviana y permitiéndome centrar en lo que realmente importaba.

~~~

Alrededor de dos horas después, Dylan y yo nos despedimos para ir en diferentes direcciones. Me dio un beso en la mejilla con un abrazo tan fuerte que podría haberme roto, sin embargo, lo que hizo fue sanar esa herida que se estaba tardando en cicatrizar.

Sin Anestesia (SA #1) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora