Capítulo 18. La primera vez

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Que vi a Aiden, fue cuando tenía 9 años, y estaba jugando con Logan y otros chicos más, en una plaza cerca de nuestras casas. Logan y yo estábamos corriendo alejándonos de uno de ellos. Entre risas y gritos, escuchamos la voz de alguien que se erigía en lo alto y nos obligó a detenernos.

Busqué aquella voz en todos lados y me detuve en la imagen de un chico que lo rodeaba un aura de belleza y serenidad. Tenía el pelo bien corto y rubio, y la luz que nos rodeaba hacía resaltar sus ojos de un verde oscuro como las hojas de los árboles. Logan gritó, y Aiden le respondió, yéndose rápidamente y sin siquiera acercarse a nosotros.

Logan se encogió, pateó la tierra bajo nuestros pies y se quejó, antes de darme un beso en la mejilla e irse tras su hermano. Pero yo no pude hacer nada, porque aún seguía eclipsada por aquella imagen.

Cuando conocí oficialmente a Aiden, tenía 10 años y me encontraba en la casa de Logan para su cumpleaños. Había pasado un año mirando a Aiden a la distancia en la escuela pero nunca había hablado con él. Solo escuchaba cosas de mis compañeras y de Logan; a las chicas les encantaba y los chicos solían detestarlo.

Ese día, me había quedado más tarde que todos los demás, como solía suceder. Estaba en el patio jugando y esperando que Logan decidiera volver a donde estaba. De pronto, oí gritos y miré a todos lados hasta que vi a Logan gritar como un desaforado siendo perseguido por alguien. Se fue acercando cada vez más a mí hasta que se agachó, y sentí la tierra caer encima mío.

No pude evitar gritar y cerrar los ojos. Empecé a sacudirme hasta que oí una voz que se disculpaba continuamente, y me preguntaba cómo estaba. Tardé en responder, sintiéndome sucia.

— Estoy bien —había dicho. Abrí mis ojos un poco y me encontré con los ojos más bonitos que había visto.

Siempre me caractericé por prestar atención al color, ya que los míos eran cafés y los veía demasiado comunes. En ese momento quedé enmudecida, y él ladeó la cabeza analizándome.

— ¿En serio? —preguntó y yo asentí. Aiden me sonrió suave y tímidamente, y de pronto gritó del dolor tras el golpe que recibió por parte de Logan.

— Mira lo que has hecho idiota —le gritó Logan protectoramente. Aiden lo empujó lejos de él y de mí, y lo miró con furia.

— Tú comenzaste tirándome tierra. No sabía que serías tan cobarde de huir —se defendió Aiden, y volvió a la vista a mí—. En serio, no quise tirarte tierra —me dijo, y volví a asentir, porque no tenía palabras—. ¿Cómo te llamas? —me preguntó.

— Ella es Piper, y es mía, aléjate —dijo Logan rodeándome con sus brazos. La expresión de Aiden se volvió sombría sobre él.

— Creo que ella puede responder por sí misma —comentó molesto, y me miró junto a Logan por unos segundos—, o quizás no —agregó con cierta diversión que me hizo sonreír.

Yo iba a decirle algo porque deseaba poder hablar algo con él, pero en ese instante la mamá de ellos nos llamó y no quedó más alternativa que hacerle caso.

El tiempo pasó, y fuimos creciendo. En un primer momento fuimos una especie de trío que iba a todos lados, aunque no faltaban las peleas de ambos hasta que llegó un tiempo en que nos fuimos alejando y solo quedamos Logan y yo. A Aiden lo veíamos de vez en cuando.

Él solo tenía tiempo para estudiar, salir con chicas y con el grupo de amigos de la escuela. Pasó de ser el tímido inteligente al encantador, apuesto e inteligente de la escuela. Su actitud pedante y nuestro comportamiento inmaduro fueron generando una brecha más y más grande.

Y aunque, hacíamos muchas cosas juntos, de pronto, todo se detuvo cuando él se fue a Oxford mientras Logan y yo preferimos quedarnos en Londres. Años después, Aiden decidió irse a Estados Unidos, y eso había sido todo.

Sin Anestesia (SA #1) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora