Capítulo 24. Quiero vacaciones.

23K 1.2K 24
                                    

Sí, realmente necesito vacaciones, y creo que no soy la única.

Suspiro antes de tomar un trago de mi licuado y sigo mirando a Aiden cada cierto tiempo. Él está en su estudio mientras yo solo descanso en el sillón de su casa, lejos del trabajo y del calor del verano. Al parecer, julio se decidió a regalarnos unos cuantos días de agobiante calor acompañado de más humedad y días nublados. ¡Ay, el encanto de Londres!

— ¿Cómo vas? —pregunté elevando mi voz. Me muevo un poco para verlo torcer los labios con disgusto mientras sigue leyendo y escribiendo en su computadora.

— Bien —responde, pero puedo oír en el tono de su voz que no está completamente seguro.

Siento pena por él y me levanto para ir hacia el estudio, donde todo es un completo desastre. Miro todo y no puedo creer que el metódico de Aiden pueda estar allí, pero claro, él está más ocupado pensando en la conferencia que dará en el congreso que en el orden que no hay en aquel sitio.

— ¿Quieres? —le pregunto haciéndome paso hasta su lado.

Aiden movió su pelo con frustración y me miró con ojos cansados. Con una suave sonrisa agarró mi vaso mientras aproveché para pispiar sus anotaciones. Técnicas, laboratorios, investigadores, más técnicas, fechas, estadísticas y más fechas... que divertido.

— No creo terminar pronto —murmuró largando el aire con pesadez antes de volver a tomar otro sorbo—. ¿Realmente quieres quedarte? No quiero aburrirte —me preguntó dejando el vaso a un lado y dándome una mirada llena de culpa.

Aprovechando el momento, pasé mi mano por su pelo para peinarlo o despeinarlo, qué más daba. Me encantaba la sensación que me generaba, la suavidad y aspereza se mezclaban, y a él parecía no disgustarlo ya que siempre cerraba los ojos moviendo la cabeza hacia atrás.

— Ya te dije que voy a quedarme —le aseguré; si había algo que sabía con seguridad era que mientras estuvieses ocupado en algo importante, lo mejor es que alguien más se encarge del resto.

Porque si hay algo para lo que la vida parece no alcanzar es para estudiar o trabajar y cocinar, limpiar, comer, bañarse... es decir, vivir.

Aiden emitió un sonido que no llegaba a reconocer como estar en desacuerdo o de acuerdo, solo se acomodó en la silla mientras yo seguía masajeando su cabeza como si fuese un perrito. Sonreí y me acomodé, sentándome a horcajadas para continuar.

— Creo que podría estar así no sé... para siempre —susurró Aiden con voz ronca, y sentí sus manos en la parte baja de mi espalda.

— Sí, pero primero debes terminar de memorizar lo que estás leyendo —le recomendé. Una sonrisa torcida apareció entre sus labios, al mismo tiempo que percibía sus manos moverse lentamente.

— Lo sé —dijo y abrió uno de sus ojos; el verde de su iris estaba lleno de picardía pese al cansancio—, pero podría tomarme algún tipo de descanso —agregó. No pasó ni un segundo para que yo negara.

— Nop, nada de eso. Tú mismo me insististe cuando tuve que estudiar, ahora te toca a ti —sentencié. Aiden abrió sus ojos con expresión horrorizada.

¿Yo debía hacer lo que él decía pero no valía para sí mismo?

— Pero... —intentó defenderse, sus dedos se clavaron en la mitad de mi trasero y aunque me hubiese gustado que siguiera, la discusión que llevábamos era más importante.

— Pero nada —dije con determinación—. Piensa lo siguiente: si ahora te esmeras para hacer todo y que resulte brillante, después nos merecemos una jodidas buenas vacaciones... o por lo menos unas horas para poder dormir y comer como es debido —dije. Él levantó sus cejas con soberbia y una sonrisa sarcástica.

Sin Anestesia (SA #1) [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora