CAPÍTULO II. Nuevo en Milán.

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Louis apretujó el brazo de su amigo con fuerza cuando los jades de su vecino se posaron sobre ellos, provocando pensamientos como: "Mierda, seguro que ha averiguado donde estudio para darme una denuncia por acoso callejero o algo por el estilo. Estoy acabado".

Sin embargo, le regaló una simpática sonrisa.

Devolvió la mueca en un intento de disimular sus inmensas ganas de cavar un hoyo para enterrarse y desaparecer de la faz de la tierra. Incluso podría darle una pala a Zayn para que le ayudase, tal vez podría...

—¿Le conoces de algo? —cuestionó su amigo, devolviéndole a una realidad donde Harry todavía les miraba.

—... Puede ser.

Zayn abrió la boca para –seguramente- comenzar con uno de sus famosos interrogatorios, pero entonces Harry comenzó a caminar hacia ellos y Louis sacudió el brazo de su amigo con disimulo, queriendo huir de allí cuanto antes.

Maldijo mentalmente en ocho idiomas diferentes cuando su amigo se quedó estático en el lugar, sin cumplir sus silenciosas plegarias.

¿Qué no me puedes leer la mente o qué?

Definitivamente, Louis estaba delirando por culpa de la angustia que escaló hasta lo más profundo de su pecho, teniendo que disimular en el momento que tuvo a Harry a unos centímetros de distancia, respetando su espacio personal.

—Buenos días, Louis —saludó el más alto de los tres.

El mencionado despegó sus labios sin ser capaz de soltar más que un tembloroso suspiro que le hizo ver como un idiota. ¿Qué mierda le estaba pasando? No era tan complicado hacer funcionar sus cuerdas vocales y decir algo como: "Buenos días a ti también, Harry".

—Hola —dijo al final.

Zayn miró a ambos vecinos con una mueca llena de incomodidad, comenzando a sentir que su brazo se caería al suelo por culpa de los apretujones que Louis le estaba dando sin pensar en su delicada piel.

—¿Te encuentras bien? —Harry habló de nuevo, ladeando su cabeza como un cachorro curioso.

—No ha dormido bien hoy, no te preocupes —intervino Zayn—. Normalmente es más normal.

Las palabras de su amigo le hicieron reaccionar, dándole un leve pellizco antes de sonreír como si no acabase se hacer el ridículo frente a Harry.

—Buenos días a ti también —respondió, provocando que su vecino escondiese una gran sonrisa sin mucho éxito. Los hoyuelos le delataron.

—No sabía que íbamos a la misma universidad.

—Uh... eso parece. —Louis parecía ser el único que notaba la tensión en el ambiente, ¿o solo era cosa suya?

Se quedaron en silencio unos segundos, donde pudo ver como su vecino se relamía los labios, desviando su mirada en algún punto del largo y ancho pasillo.

¿Dónde había una pala para enterrarse cuando hacía falta?

—¿Eres nuevo? —Zayn pareció ser el único que necesitaba romper con esa horrible incomodidad.

Louis odiaba los silencios pesados, esos que parecían cargarse sobre sus hombros hasta hundirle poco a poco en un bochorno imposible de arreglar con el más mínimo comentario como: "Hace buen tiempo, ¿no crees?". Por eso amaba tanto a Zayn, porque este siempre conseguía sacar un tema de conversación que se extendía y se extendía por largos minutos.

Sin embargo, Louis nunca tenía tanta suerte.

—¡Zee! —exclamaron a sus espaldas antes de que Harry pudiese responder la pregunta que le hizo el chico de cabello oscuro.

LAS VOCES QUE ME MIENTENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora