EPÍLOGO. Concierto.

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—¡Ya empieza, ya empieza! —vociferó Louis, sacudiendo el brazo de Harry enérgicamente.

Estaban rodeados de gente, sin embargo, habían tenido la suerte de estar en primera fila. Louis estaba a punto de presenciar a su banda favorita. ¡En persona! Tantas noches soñando que les escuchaba en directo se estaban haciendo realidad esa noche.

El corazón le palpitaba con fuerza, y sus ojos eran incapaces de dejar atrás el escenario vacío. Sabía que podrían salir en cualquier momento. Imagine Dragons estaría ahí encima, tocando sus canciones favoritas durante un par de horas.

Realmente no podía dar crédito.

Durante los últimos cuatro meses, las cosas habían mejorado muchísimo. La rehabilitación para su pierna había llegado a su fin, pudiendo caminar con normalidad siempre y cuando no hiciese movimientos bruscos. La herida de su cabeza era una sutil cicatriz que solo se percibía si se rebuscaba entre sus cabellos, y Matteo...

Matteo estaba en la cárcel.

Carlotta se mantuvo en contacto con la madre de su ex, pues estas se consideraban amigas a pesar de lo que había sucedido. Louis no estaba enfadado con eso, la madre de Matteo era maravillosa. Al parecer, después del juicio donde intentaron, por última vez, salvar el pellejo de Matteo, no hubo nada más que hacer.

Su exnovio estaba cumpliendo con el castigo que merecía, y Louis disfrutaba de su paz mental, estando a punto de estallar de los nervios por la tardanza del grupo en salir al escenario.

—Me voy a desmayar como no salgan de una vez —bromeó, apretando el brazo de Harry.

—Entonces te sacarán de aquí —sonrió, rodeándole de la cintura. Todo el público parecía estar igual de ansioso, empujando, saltando. Agobiando.

—Vecinito, escúchame bien —alzó su rostro, mirándole a los ojos—. Aunque me desmaye, vomite o me pase cualquier cosa mala, no permitas que me saquen de aquí.

—Lucharé contra los guardias de seguridad si hace falta.

Louis asintió de acuerdo con sus palabras, sin realmente saber que las palabras de Harry eran para seguirle el juego. Durante esos últimos meses, el mayor aprendió que el dramatismo de Louis solo aumentaba, así que pensó que sería divertido acompañarle en esos momentos.

También aprendió que Louis amaba las comidas familiares, habiendo organizando unas cuantas al juntar a los Tomlinson con los Styles. Eran momentos divertidos donde todos hablan con todos. Gemma y Liam quedaron como amigos, llevándose estupendamente a pesar de que a veces a Liam le tocase hablar de series de adolescentes que no comprendía.

"¿Se puede saber que es Crónicas Vampíricas?". Le cuestionó una vez en secreto, siendo descubierto por Gemma. Si Harry no se equivocaba, iban por la segunda temporada de la famosa serie.

Harry también había formado una buena amistad con Liam, consiguiendo ser un poco más independiente a la hora de estar con Louis. Estaba siendo aceptado en el grupo de Liam, y eso era algo que le hacía muy feliz. Y a su psicóloga también, la cual le felicitó por estar haciéndolo todo tan bien.

En cuanto al tabaco...

De vez en cuando fumaba algún cigarro, pero si lo comparaba con las fechas de octubre o noviembre, prácticamente lo había dejado.

Louis estaba estudiando como nunca, empeñado en conseguir las becas que tanto necesitaba, por lo que también era un "alivio" saber que Harry no dependía tanto de él para hacer planes en la calle cada día. Aunque eso no quería decir que le echase de menos. De hecho, se lo demostraba cada vez que se quedaban a dormir juntos, teniendo un par de revolcones en la cama mientras aseguraba cuanto le amaba.

Nunca olvidará la noche en la que hicieron el amor por primera vez. La noche en la que Louis se dio cuenta que, cuando Matteo le aseguró haberle hecho "el amor" no fue más que una falacia pintada de ilusión para encadenarle un poco más a él.

Los besos que fueron delicados, las palabras susurradas y las caricias llenas de amor hicieron el momento. Las penetraciones no eran duras como siempre, Harry fue cuidadoso esa noche, besando su rostro como si no tuviese suficiente.

—Te amo tanto, Louis —dijo entre besos—. Tanto, tanto...

Fue imposible no derramar un par de lágrimas mientras le abrazaba, enroscando un poco mejor sus piernas en las caderas contrarias.

—Te amo, vecinito —correspondió.

A pesar de toda la felicidad, hubo un par de tardes donde el estrés de los estudios hizo que Louis acabase explotando, soltando todo lo que resguardaba en su corazón a pesar de que no viniese a cuento. Fue a través de una llamada telefónica, donde Louis pidió perdón por no haberse confesado antes.

Como era de esperar, Harry dejó sus planes con el grupo de Liam y fue a consolarle, haciéndole saber que todo estaba bien.

—Podríamos haber disfrutado antes de todo lo que tenemos ahora... —Se lamentó.

—Lou, más vale tarde que nunca.

También hubo un par de noches donde Harry tuvo una pequeña crisis en cuanto a su antigua adicción. Louis le intentó calmar con sus palabras, se se sentó sobre su regazo y le abrazó hasta que todo pareció volver a la normalidad.

Actualmente, mientras las luces de todo el recinto comenzaban a brillar con mayor intensidad, Louis podría decir con orgullo que todo se había asentado a la perfección. Nancy estaba muy satisfecha con los avances de Harry, y eso también se reflejaba en el rostro de su novio y en su comportamiento.

¡Ya no escondía su cicatriz!

—Ahí están —anunció el rizado.

Louis saltó un par de veces y clavó su mirada en Dan Reynolds, el cantante de la banda. Perdió la noción del tiempo, grabando cuanto pudo mientras chillaba las canciones con todas las fuerzas que sus cuerdas vocales le permitían.

Los minutos pasaban incluso sin darse cuenta, lloró con su canción favorita y bailó con Harry en las más divertidas. Escuchar como tocaban la guitarra, el bajo...

—¡Este es el mejor día de mi vida! —Gritó feliz, estampando sus labios contra las de Harry—. Es el mejor regalo de cumpleaños que laguna vez me hayan podido hacer.

Harry se dejó besar, totalmente complacido con las palabras de su querido novio. Lo tenía claro, esa sería una de las muchas experiencias que pensaba compartir con él. Pensaba planear cientos de viajes, excursiones, más conciertos...

Quería compartir toda su vida con Louis.

A pesar de saberse pocas canciones de Imagine Dragons, bailó y disfrutó hasta el final, llorando con Louis cuando tuvieron a Dan Reynolds justo delante.

—¡Me ha mirado! ¡Sabe que existo!—Se emocionó el menor.

Louis sacudió a Harry de su camisa floreada, haciéndole saber lo emocionado que estaba por ello. Desde luego, Louis pensaba guardar ese día en un rinconcito de su mente para poder revivirlo hasta el día de su muerte.

Y no solo por estar presenciando a su grupo favorito, sino porque también lo estaba haciendo con el amor de su vida.


¿Acabo de reflejar mi fanatismo con Imagine Dragons en Louis? Si, y con orgullo.

Dale a la estrella ;)

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