Capítulo 14

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Las miradas de los jóvenes en la clase iban de un lado a otro mientras el profesor de canto explicaba sobre el desplazamiento en el escenario. Bruno estaba sentado al lado de Gonzalo, perdido en sus pensamientos. Antonella jugaba con su cabello, aparentando interés en la lección, aunque su mente estaba en otro lugar. Matías, sentado junto a Santiago, no podía apartar los ojos de Patito, quien se había acomodado al lado de Tamara. Bruno había notado la llegada de Patito, pero se contuvo para no saludarla efusivamente, respetando a su exnovia, quien lucía abatida. Gonzalo captó las intenciones de Bruno de acercarse a Patito y, con un gesto, lo detuvo, tratando de mantenerlo distraído con otros temas.

Cada uno de los cuatro jóvenes se hallaba inmerso en su propio mundo de pensamientos y emociones.

En ese momento, Fito y el profesor de canto, llamaron a Patito al escenario para hacer una demostración de canto. Ella se levantó nerviosa y caminó bajo la atenta mirada de todos. Bruno la observó subir y una sonrisa se dibujó en su rostro. Fito se dispuso a poner una canción pregrabada para la demostración, pero Patito lo detuvo, pidiéndole cantar acapella una nueva canción en la que había estado trabajando. Fito emocionado aceptó la solicitud, mientras algunos murmuraban y Antonella solo rodaba los ojos.

Patito empezó a cantar, dejando que su voz se elevara en el aire. Los murmullos cesaron, dando paso a su melodía. Cerró los ojos y se sumergió en cada nota que fluía de su boca, permitiéndose expresar sus sentimientos a través de su voz.

La atmósfera en el escenario se llenó de emoción, su voz era como un bálsamo para el alma, transmitiendo una intensidad y pasión que atrapó a todos los presentes. Para Bruno, escucharla cantar era como revivir momentos compartidos, la música evocaba recuerdos de lo que habían sido. Su corazón latía con fuerza, deseando protegerla y hacerla feliz.

Matías también se dejó llevar por la dulce voz de Patito, sus fibras sensibles se vieron conmovidas, recordándole lo que habían compartido y lo que habían perdido. Ansiaba poder abrazarla y decirle lo mucho que la amaba.

Finalmente, Patito dejó que la última nota se desvaneciera en el aire y abrió los ojos lentamente, encontrándose con la mirada expectante de todos. Sus manos temblaban ligeramente, pero en su interior, sentía una extraña satisfacción.

Fito se acercó a ella, con una sonrisa de orgullo en su rostro.

- Eso fue increíble, Patito. Tu voz es única y transmites tanto sentimiento -le elogió el profesor de canto, mientras el aplauso de sus compañeros llenaba la sala.

Bruno no pudo evitar levantarse y aplaudir con entusiasmo, siendo seguido por Josefina y otros compañeros contagiados por la emoción. Sin embargo, Antonella permaneció sentada con una mueca de desagrado.

Patito bajó tímidamente del escenario, agradeciendo con una sonrisa y una ligera reverencia. Sus mejillas se colorearon por la emoción y el apoyo que había recibido.

Pero la situación dio un giro inesperado cuando alguien comenzó a aplaudir lentamente, atrayendo la atención de todos. Bruno se volteó a observar a Matías, pero solo vio a Matías mirando hacia la entrada del salón con desagrado. Lucas se acercaba sonriendo hacia Patito.

Lucas llegó rápidamente junto a Patito, sin poder contenerse.

-Patito, estuviste fantástica. Tu voz es hermosa -le dijo Lucas, mirándola con admiración y amor desbordando por sus poros.

Patito le agradeció con una sonrisa, pero antes de que pudiera decir algo, Matías también se acercó a ella y, dominado por la emoción, Bruno también decidió acercarse a la chica.

Entonces, Matías dirigió una mirada de desprecio a Lucas y soltó una frase provocativa.

-¿No te cansas de ser un mendigo? -dijo Matías, mirándolo de arriba abajo.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora