Capítulo 19

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El lago reflejaba la tenue luz de la luna, creando destellos plateados en la superficie del agua. Patito permanecía en el puente, con una mezcla de emociones que la envolvían. Había liberado lo que había guardado por tanto tiempo, y aunque se sentía aliviada por haber sido honesta con Matías, sabía que las consecuencias de esa conversación estaban lejos de haberse agotado.

Bruno, desde su escondite, había sido testigo de todo el intercambio. La sorpresa inicial, el rechazo y finalmente la partida de Matías. Había esperado a que el joven se alejara lo suficiente antes de dar un paso cauteloso hacia adelante. Su mente estaba llena de pensamientos y preguntas que deseaba compartir con Patito.

- Patito... - murmuró, acercándose con cautela mientras la miraba con ojos llenos de preocupación.

Patito se sobresaltó levemente al escuchar su voz y se giró para enfrentar a Bruno. Sus ojos se encontraron en medio de la noche, y una tensión incómoda llenó el espacio entre ellos.

- Bruno... -respondió Patito, con un tono tranquilo pero nervioso- ¿Hace mucho tiempo estás aquí?

Bruno asintió con la cabeza, quedándose cerca de ella. Ella se volteó para mirar el lago, recogió una piedra pequeña y la lanzó al agua mientras Bruno la observaba en silencio.

- Sí... también escuché su conversación.

- Está mal escuchar conversaciones ajenas y a escondidas.

- No me arrepiento de nada, Patito. -Bruno dijo con una sonrisa y ella negó con la cabeza. Una vez cerca uno del otro, ella apoyó su cabeza en el brazo de él, sin decir nada mientras Bruno dudaba sobre lo que quería decir.

- Oye, ¿crees que fui muy dura? -preguntó Patito después de un rato de silencio.

- No, fuiste sincera, y eso está muy bien -respondió Bruno con calma, deseando transmitirle su apoyo y comprensión.

La risa de Patito resonó en la noche, sacando una sonrisa de alivio en el rostro de Bruno.

- Creo que no volveré a beber nunca más... siento que fui muy dura con él y ya me siento mal. Voy a llorar.

Bruno se acercó a Patito y la abrazó con ternura.

- No te preocupes, Patito. A veces, las palabras más difíciles de decir son las más necesarias. Y recuerda, estás rodeada de amigos que te apoyan, incluyéndome a mí.

Patito apoyó su cabeza en el hombro de Bruno mientras él continuaba abrazándola. La noche avanzaba y el frio era notorio entre los jóvenes, pero entre la acalorada fiesta, ninguno fue sensato al percatarse de ello. Patito aun mantenía esa insensatez y sinceridad por el alcohol, que le devoraba por completo la realidad. Patito y Bruno compartían un momento de cercanía y confidencias. Aunque la noche estaba fría, la emoción y el calor de sus emociones los mantenían envueltos en su propio mundo.

- Estoy rodeada de amigos... - repitió Patito con una voz suave y reflexiva, y Bruno asintió con una sonrisa cálida.

- Sí, Patito, estás rodeada de amigos que te aprecian y están aquí para ti.

El silencio los envolvió como una manta cálida que los abrazaba. Patito miró a Bruno y él a ella con una expresión de preocupación.

- ¿Te sucede algo? ¿Te sientes mal? -preguntó Bruno, preocupado por su amiga.

Patito lo miró directamente a los ojos, sintiendo el peso de lo que iba a decir, pero sabiendo que no podía guardarlo más tiempo.

- Me gustas.

Bruno quedó inmóvil en su lugar, sus ojos se abrieron un poco más en sorpresa mientras procesaba las palabras de Patito. El silencio entre ellos se hizo más profundo, y la tensión en el aire era palpable. Bruno buscó las palabras adecuadas, pero su mente estaba llena de pensamientos y emociones que no podía expresar con facilidad.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora