Capítulo 6

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Matías se encontraba recostado en las piernas de Patito, quien sujetaba un paño con hielo y lo aplicaba cuidadosamente en el rostro de su novio. A pesar de los días transcurridos, el labio de Matías permanecía inflamado. El silencio llenaba la habitación, creando un ambiente sereno y reconfortante, aunque en lo más profundo de su ser, Patito no podía evitar sentir una pequeña inquietud, como si algo estuviera fuera de lugar.

Después del incidente con Bruno, Patito y Matías habían tenido una breve discusión. De manera irónica, Matías había logrado suavizar el estado mental de Patito, convenciéndola de que él era la verdadera víctima en toda esta situación. Le prometió amor, dulzura y un nuevo comienzo sin peleas ni discusiones. Patito, ingenuamente, creyó en sus palabras. Para Matías, todo parecía estar bien. Con movimientos suaves, tomó el rostro de su novia y la besó tiernamente, como si fuera la primera vez. En ese momento, Patito no pudo evitar recordar cuando todo era perfecto, cuando su relación parecía un maravilloso cuento de hadas.

El silencio llenaba el lugar, solo interrumpido por la lenta respiración de Matías, indicando que estaba profundamente dormido. Patito dejó de limpiar su labio y simplemente lo observó. Su pareja era guapa, con facciones hermosas, y mientras dormía, parecía la persona más dulce y vulnerable del mundo. Sin embargo, pensamientos turbulentos asaltaban su mente, apretando su corazón y sumiéndola en la soledad. El miedo volvía a apoderarse de ella.

Patito quería a Matías, pero temía que dejarlo fuera un error. Aunque aún sentía cariño por él, ya no lo amaba. ¿Estaba bien dejar de quererlo? Bruno le había dado su opinión, pero él no sabía lo que ella realmente sentía y cómo sus pensamientos la atormentaban.

Bruno... Su amigo había sido amable con ella, de buen corazón. ¿Cómo podía estar enojada con él? Lo que realmente le molestaba era que no había cumplido su promesa. Había sido un secreto entre ellos, y la única reacción de Bruno había sido golpear a Matías. No podía tener una conversación normal con él debido a las restricciones impuestas por Matías. Además, Matías siempre estaba ahí para ella, o uno de sus amigos actuaba como un perro guardián. Aunque, en realidad, todo había sido fácil porque Bruno había sido expulsado por una semana.

¿Cómo estaría Bruno? Patito había intentado saber de él escribiendo mensajes, pero los borraba al instante porque no sabía qué decir. Antonella, la novia de Bruno, ni siquiera la miraba como para preguntarle cómo estaba él. La relación que habían acordado tener se había ido al traste.

En ese momento, alguien golpeó la puerta, y la madre de Matías apareció en el umbral con una sonrisa.

La madre de Matías entró en la habitación y saludó a Patito con amabilidad. Notó las heridas de Matías y se preocupó de inmediato.

—¡Ay, Dios mío! ¿Qué le ha pasado a mi hijo? — exclamó la madre de Matías, acercándose rápidamente.

Patito bajó la mirada, sin saber cómo explicar la situación.

—Ha sido un accidente — respondió Patito, tratando de minimizar la gravedad de la situación. —Se cayó mientras estaba jugando fútbol.

La madre de Matías frunció el ceño, sin parecer convencida. Sabía que algo no estaba bien, pero decidió no presionar a Patito en ese momento.

—Bueno, lo importante es que esté bien — dijo la madre de Matías, acariciando suavemente el cabello de su hijo. —Voy a buscar un poco de medicina y vendas para curarlo.

La madre salió de la habitación, dejando a Patito y Matías a solas nuevamente. Patito sintió una mezcla de alivio y culpa. No quería ocultar la verdad a la madre de Matías, pero tampoco quería complicar más las cosas.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora