Capítulo 12

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Bruno había regresado al colegio, y aunque algunos pensaron que estaría afectado por lo sucedido con Antonella, para sorpresa de todos, se le veía feliz y lleno de vida. Saludó a todos los chicos, quienes lo recibieron con curiosidad y cierto desconcierto.

Guido lo miraba con una sonrisa, contento de ver a su amigo tan bien.

- Parece que resfriarte te hizo bien, ¿verdad? -comentó Guido.

Bruno alzó las cejas y asintió lentamente, tratando de disimular su sonrisa. En su interior, se sentía radiante por la increíble semana que había pasado bajo los cuidados de Patito. El hecho de que ella le hubiera dedicado tanta atención le causaba una profunda alegría y emoción. Aunque seguía riendo y bromeando con sus amigos, no pudo evitar buscar con la mirada a su querida mejor amiga, pero no la encontró en ninguna parte. Josefina y las chicas lo observaron, y comenzaron a murmurar entre ellas, al igual que el grupo de las divinas, donde detuvo brevemente su mirada en Antonella, quien lo observaba en silencio. Ambos compartieron una mirada que hizo que la sonrisa de Bruno desapareciera.

Mientras Felipe y Alan hablaban sobre nuevas canciones para la banda, Guido los escuchaba atento, pero Bruno no dejaba de mirar a Antonella. Sería una gran mentira decir que Bruno no sentía nada por la chica más hermosa del colegio, Antonella. Quizás sus sentimientos no fueran tan intensos como antes, pero sentía cierta culpa por haber terminado su relación de manera brusca.

- Ah, mira quién apareció -una voz molesta llamó la atención de todos. Matías caminaba hacia el grupo de amigos junto a Santiago, quien miró a Bruno con felicidad, pues quería hablar urgentemente con él.

El encuentro con Matías no era algo que Bruno esperara, y trató de ocultar su incomodidad tras una sonrisa descarada. Sabía que Matías no era su mayor admirador después de la ruptura con Anto, y aunque Bruno no se arrepentía de haber tomado esa decisión, sabía que había lastimado a Antonella en el proceso.

- ¡Eh, Matías! ¿Qué tal, amigo? -dijo Bruno, tratando de sonar despreocupado mientras estrechaba la mano de Matías.

- Bien, Bruno, gracias -respondió Matías con una mirada seria que dejaba entrever su inquietud interior. Sabía que necesitaba hablar con Bruno y abordar el tema de Patito, pero no quería hacerlo en medio del grupo de amigos.

Santiago notó la tensión y decidió intervenir para calmar las aguas. Se dirigió a Bruno con entusiasmo, tratando de cambiar el enfoque de atención.

- Bruno, fue genial que pudieras volver al colegio y ver a todos de nuevo. Y parece que te sienta bien que Patito te haya cuidado durante tu resfriado, ¿verdad? -dijo Santiago, tratando de abordar el tema de manera sutil pero directa, aunque se arrepintió al ver la expresión de Matías.

Bruno asintió, sin querer revelar demasiado. Sabía que sus amigos eran perceptivos y que no podría ocultar por mucho tiempo sus verdaderos sentimientos.

- Sí, claro, Patito es genial en su rol de enfermera -dijo Bruno con cierto tono insinuante, lo que no pasó desapercibido por Matías. Bruno lo miró con una sonrisa y continuó hablando-. Pero Matías debe saber eso, ¿no? Patito tiene un don especial...

-¡Claro que lo sé! Es mi novia, y está más que claro que la conozco a fondo -respondió Matías, mostrando cierta molestia ante el comentario de Bruno.

Bruno, todavía sonriendo, se acercó a Matías y le susurró.

-¿Estás seguro de ello?

El tono insinuante de Bruno y su comentario provocaron molestia en Matías. La sonrisa en el rostro de su amigo solo avivaba su incomodidad. Apretó los puños, luchando por mantener la calma y no dejar que la situación se saliera de control frente a todos.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora