Capítulo 20

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Patito despertó con pesar, su cuerpo se sentía pesado y adormecido, pero la calidez de unos brazos la rodeaba, lo que la hacía resistirse a abrir los ojos. Cada movimiento era un esfuerzo, y cuando jadeó ligeramente, sintió que su compañero se removía, pero no quería despertar, apretando más su agarre y atrayéndola hacia él. El aroma agradable y familiar que la rodeaba la hacía sentir cómoda, pero también intranquila. Algo no estaba bien.

Poco a poco, Patito comenzó a entrar en razón, su mente lenta tratando de entender la situación. Abrió sus ojos con cuidado y se encontró con la sorpresa de que Bruno estaba durmiendo plácidamente a su lado. Una mezcla de emociones la invadió: sorpresa, confusión y un ligero pesar, pero mentalmente se calmó, ya que es algo normal para ella dormir en los brazos de Bruno.

Frunció el ceño mientras su cabeza latía intensamente. No recordaba con claridad lo que había sucedido en la fiesta la noche anterior. Sabía que había estado con las chicas, riendo y bailando, pero después de eso, las imágenes se volvían borrosas y fragmentadas. Parpadeó, tratando de recordar, pero solo conseguía fragmentos de recuerdos difusos.

Patito, con cuidado, fue aflojando el agarre de Bruno, notando que la falda de su vestido estaba un poco subida sobre sus piernas. Se sintió avergonzada por la situación y, al mismo tiempo, preocupada por lo que había sucedido la noche anterior. Miró inmediatamente a Bruno, quien a simple vista no parecía mostrar señales de estar incómodo o haber despertado.

Con extremo cuidado, Patito se deshizo de las manos que la abrazaban por completo y arregló su vestido, sintiéndose un poco más presentable. Aunque la confusión y la preocupación seguían nublando su mente, decidió que lo primero que necesitaba era un buen trago de agua. Su boca estaba seca y sentía una sed intensa que la urgía a buscar líquidos.

Con cuidado para no hacer ruido y despertar a Bruno, Patito salió de la tienda, y el resplandor del sol la golpeó de lleno, haciendo que frunciera el ceño en respuesta. Instintivamente, buscó sus lentes de sol, pero se dio cuenta de que no estaban en su lugar habitual. Esto solo aumentó su sensación de desorientación.

Decidió que lo más urgente era encontrar algo de agua para calmar su sed. Con pasos cuidadosos pero decididos, se dirigió hacia donde recordaba haber visto un puesto de bebidas en la fiesta.

- Buenos días... - escuchó a su lado una voz que sonaba igual de afectada por la resaca, era Alan.

- Buenos días, Alan. ¿Cómo estás? -respondió Patito, notando que no era la única que parecía haber pasado una mala noche.

- De mil demonios, Patito..

Alan tomó un vaso y lo llenó de agua, luego lo bebió de un solo trago. Poco a poco, otros de sus compañeros fueron apareciendo, todos con expresiones de malestar.

Patito buscó con la mirada a sus amigas y las vio caminando hacia ella con gestos de incomodidad. Josefina, al ver a Patito, abrió los ojos sorprendida y corrió hacia su amiga.

- Buenos días -saludó Patito a las chicas mientras las demás también se acercaban.

Josefina tomó a Patito del brazo y la llevó a un lado, su rostro mostraba preocupación.

- Mi hermano... Matías, está furioso -le dijo Josefina en voz baja a Patito.

Patito frunció el ceño, confundida.

- ¿Y por qué? -preguntó, sin entender la razón de la ira de Matías.

- No sé, Patito, pero se le ve de muy mal humor... -respondió Josefina, preocupada por la situación.

Patito comenzó a razonar con Josefina, sugiriendo que tal vez el mal humor de Matías se debía a la cantidad de alcohol que había consumido la noche anterior, dado que todos parecían estar de mal humor debido a la resaca. Sin embargo, Josefina la miró con tristeza y negó con la cabeza.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora