Capítulo 21

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Patito subió al bus junto con Josefina, mirando en busca de un asiento disponible. Sabía que Josefina se sentaría con su novio, Guido, y ella, supuestamente, ocuparía el asiento junto a Bruno. Sin embargo, al acercarse a Bruno, notó que él colocaba su bolso en el asiento libre al lado de él. La sorpresa y la confusión se reflejaron en el rostro de Patito.

Con un gesto de decepción, Patito se dirigió al asiento delantero y se sentó junto a un chico a quien no conocía del todo, pero había visto en algunas ocasiones en el campamento. La incertidumbre y la tristeza la invadieron, sin entender por qué Bruno estaba actuando de esa manera.

Santiago subió al bus con evidente pesar, y al encontrarse con Patito, ella le hizo un gesto preguntándole qué le ocurría a Bruno. Santiago se encogió de hombros, incapaz de comprender la razón detrás de la actitud de su amigo.

El bus comenzó a moverse, alejándolos de los buenos momentos que habían compartido en el campamento y dejando a Patito con un nudo en el estómago, sin entender por qué Bruno la había evitado de esa manera. La incertidumbre y la preocupación se apoderaron de ella mientras observaba por la ventana, preguntándose qué había sucedido entre ellos.

Patito estaba exhausta después del largo viaje de regreso. Lo único que quería en ese momento era llegar a su casa y descansar hasta la próxima semana. Cuando finalmente llegaron al colegio, todos descendieron del autobús con expresiones de cansancio y agotamiento. Patito buscó con la mirada a Bruno, pero él ya estaba caminando junto con Gonzalo hacia su casa. La distancia entre ellos se sentía aún más grande.

Josefina se acercó a su amiga y le tocó el hombro con simpatía.

— ¿Ya te vas a tu casa? —preguntó Josefina, notando la fatiga en el rostro de Patito.

Patito asintió con la cabeza.

— Sí, estoy cansada y agotada... Te llamo más tarde —respondió, deseando tener tiempo para pensar en lo que estaba sucediendo entre ella y Bruno.

Josefina sonrió y le dio unas palmadas reconfortantes en el hombro antes de dirigirse hacia su propio destino. Patito se despidió de sus amigos y se encaminó hacia su casa, con un peso en el corazón y muchas preguntas sin respuesta.

Patito llegó a casa, saludó a su familia y se dirigió directamente a la ducha. Anhelaba la sensación del agua tibia sobre su piel cansada. Después de ducharse, se recostó en su cama, pero su mente estaba llena de pensamientos sobre la situación con Bruno. Se dio vueltas varias veces en la cama, pero le resultó imposible conciliar el sueño.

Finalmente, vencida por la incertidumbre y la necesidad de aclarar las cosas, tomó su teléfono celular y con cierta duda, decidió enviarle un mensaje a Bruno: "¿Estás despierto?" Esperaba que él respondiera, sintiendo la urgencia de aclarar lo que había sucedido entre ellos en el campamento y comprender por qué él se había mostrado tan distante.

El mensaje no fue respondido de vuelta, Patito se dijo a sí misma que quizás él ya este durmiendo. Respiro hondo y se giró sobre su cama para dormir. Mañana tenían clases y sería demasiado agotador.

Al mañana siguiente Patito decidió que lo mejor era intentar concentrarse en la clase de comedia musical a pesar de las distracciones a su alrededor. Sin embargo, no podía evitar notar la distancia tanto en la actitud de Bruno como en la de Matías. Ambos chicos parecían estar pasando por momentos complicados, y Patito se sentía atrapada en medio de una situación que no entendía del todo.

Mientras observaba el ensayo del grupo de Antonella en el escenario, Patito trató de enfocarse en la música y la actuación, pero su mente seguía divagando. Se preguntaba si había hecho algo para causar la actitud distante de Bruno y si había algo que pudiera hacer para solucionarlo. Al mismo tiempo, sentía preocupación por Matías, quien también parecía estar lidiando con sus propios problemas.

Imposible no enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora