El ambiente en el colegio estaba cargado de emoción mientras se organizaba un apasionante e inesperado viaje fuera de la ciudad: un campamento. Los miembros de la clase de comedia musical, llenos de ansias, anhelaban vivir una aventura inolvidable junto a sus amigos y profesores a cargo. Entre ellos, Patito y sus amigos no podían contener su entusiasmo por embarcarse en esta experiencia única.
La abuela de Patito, también directora, Inés de Díaz Rivarola, escuchó el rumor que involucraba a su nieta. Con astucia, buscó la mejor manera de ayudarla de forma indirecta, consciente de que Patricia no aceptaría su ayuda de buenas a primeras. No quería ser imprudente, así que decidió abordar el tema con unos amigos en una cena espectacular y llegó a un acuerdo con un viejo amigo para que los chicos de comedia musical asistieran a un campamento donde podrían despejar sus mentes. Además, se lo merecían por ser representantes del colegio.
Finalmente, el día del viaje llegó. Al amanecer, los estudiantes se reunieron en la entrada del colegio con sus mochilas cargadas de ilusiones. Los autobuses aguardaban listos para transportarlos a una zona montañosa rodeada de exuberante naturaleza y senderos llenos de misterio. Esa mañana, Patito se levantó emocionada por el viaje. Había preparado su bolso el día antes junto a su mamá, Carmen, pero antes de salir, se detuvo un momento al mirar la ropa infantil que llevaba consigo. Era un campamento, un lugar perfecto para iniciar una nueva faceta.
Miró entre su armario en busca de prendas más adecuadas para una chica de su edad: vestidos casuales pero coloridos, nada de rosas y girasoles gigantes, nada de lana, solo ropa a la moda para chicas de su edad. Optó por unos jeans holgados y una sudadera negra, dejó su cabello suelto y se aplicó un poco de brillo labial.
Cuando llegó a la entrada del colegio, sus amigos la miraron sorprendidos por su nueva apariencia. Patito se sintió un tanto nerviosa por el cambio, pero también se sentía más segura de sí misma. Sabía que era hora de dejar atrás las prendas infantiles y dar paso a una nueva etapa en su vida. Sus amigos la saludaron. Sol y Belén elogiaban mucho su vestimenta tan linda y Josefina volvió a fijarse en esos detalles en Patito que rara vez solía sacar a relucir, como el brillo labial que tenía puesto. No le comentó nada, simplemente sonrió y le dijo que se veía muy linda.
Bruno, mientras conversaba con su hermano y Santiago, miraba de reojo a Patito. A sus ojos, ella lucía hermosa. Santiago y Gonzalo notaron la distracción de Bruno durante su charla. Hacía unos días atrás que Gonzalo sospechaba de los sentimientos de su hermano hacia Patito, y Santiago lo tenía más claro que el agua: Patito y Bruno se gustaban, pero no sabían hasta qué punto. El único que sabía todo de antemano era Santiago por ser más perspicaz que el resto.
- ¡Imposible! ¡Lo perdimos! -exclamó Santiago negando con la cabeza mientras hacía gestos a Bruno.
- Mi hermanito ... está completamente cegado. - añadió Gonzalo con una sonrisa, dándole un golpe en la cabeza a Bruno para que se concentre.
- ¡¿Qué les pasa?! -preguntó Bruno, confundido, volviéndose hacia los chicos mientras soba su cabeza.
- Bruno, como tu hermano, debo decirte que debes empezar a disimular, aunque sea un poco. -dijo Gonzalo en un susurro, con cuidado de que nadie más los escuchara.
Bruno frunció el ceño, sin entender a qué se referían. Miró a Santiago y luego volvió su mirada hacia Gonzalo.
- ¿De qué hablan? - preguntó Bruno confundido.
Santiago hizo un gesto con la cabeza hacia Patito, Bruno la miró y luego volvió a enfocar su atención en los chicos.
- Disimular que te gusta Patito, Bruno eres demasiado obvio ¡Todos se darán cuenta! - susurró Santiago, con una mezcla de complicidad y diversión en su voz.
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Imposible no enamorarse
FanfictionPatito a estado por bastante tiempo enamorada de Matías, ella siempre estuvo para él en todo momento, soportando esos drásticos cambios de humor y ciertas infidelidades pero ¿Quien estaba para ella en sus peores momentos? (Aquí escribiendo por un im...